Gremiales

¿Final?

Aceiteros de duelo: confirman el cierre de Buyatti y deja 80 trabajadores a la intemperie

El largo derrotero de la planta de Puerto San Martín está conectado con Vicentin, para la que hizo sus últimos trabajos de molienda y con la que hay cruce de apellidos en los puestos directivos de una y otra firma. El gremio Soea está alerta en todo el Cordón, pero admite difícil encrucijada


¿Llega el final? La directiva de la firma de molienda de granos Buyatti confirmó el cierre total de la planta de Puerto San Martín, tras un largo proceso de agonía del que no surgía ninguna buena noticia: la firma, que entró en convocatoria de acreedores en el año 2000 en los últimos tres años sólo abrió por 9 meses y lo hizo para almacenamiento de granos, con trabajo activo para sólo 30 de los 80 empleados. Tampoco sirvió en ese lapso el convenio especial en el que los trabajadores cedieron en parte ingresos para mantener los puestos laborales, ya que en marzo, precisamente la fecha hasta la que habia que “aguantar” para que un tercero hiciera derrame con un engargo de fasón –alquiler de la planta con todo el proceso productivo– el establecimiento cerrará definitivamente. El Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (Soea) de San Lorenzo, al que están afiliados los trabajadores de Buyatti, se declaró en estado de alerta y movilización en todas las plantas, más de una decena, del Cordón Industrial. Pero el propio gremio reconoce que las carencias de la firma –sobre todo la falta de un puerto propio y de modernización de sus propias instalaciones– son demasiado grandes para una salida propia: en cambio inició gestiones con las demás firmas para reinsertar al personal en ellas.

Buyatti, cuyos directivos tienen no pocos cruces de apellidos con la malograda Vicentin, firmó en el Ministerio de Trabajo de la provincia un convenio para mantener puestos y salarios hasta fines de febrero. La idea del Soea es que a partir de esa fecha pudiera surgir en el horizonte alguna posibilidad. Pero el propio titular del Soea, Pablo Reguera, admitió las dificultades para ello: la capacidad de molienda de Buyatti es de unas 3.000 toneladas diarias, contra 16 mil y 18 mil que tienen otras plantas cercanas, que además cuentan con puerto propio. Así una tonelada puesta en barco del producto que sea tiene un precio de 25 dólares, “contra 12 dólares que ofrecen las demás plantas”.

El último contrato de fasón que tuvo la firma fue, precisamente, de Vicentin. Pero con la caída del gigante cerealero de Avellaneda, Buyatti, que lleva dos décadas sin marcas propias como productora de alimentos, dice no tener sobrevida.

El Soea confirmó que los directivos ya se están comunicando informalmente con los trabajadores para ofrecerles un acuerdo económico, hasta en 30 cuotas, aparentemente, para el personal de mayor antigüedad.

Hay trabajadores que están hace tres décadas: Buyatti fue una de las primeras plantas del complejo agroexportador del Cordón Industrial. Opera desde 1985 y lo hizo hacia el mercado interno hasta 1997, cuando comenzó a ofrecer fasón. Tres años después, la deuda se hizo inmanejable. Pero el fin de la convertibilidad dio nuevas chances, pero también amplió la competencia, lo que a la larga se tradujo en obsolescencia.

Según medios especializados, antes que Vicentin trabajó para Molinos Cañuelas elaborando aceite, lecitina y harina de soja. Finalizado el convenio, en marzo de 2018 presentó un procedimiento preventivo de crisis y la planta permaneció un año parada. Cuando se reactivó, la planta de 125 trabajadores había pasado a ser de 85. Ahora se apunta a 0.

La empresa Buyatti, además de la planta en San Lorenzo, es propietaria de una desmotadora en Chaco y otra planta dedicada a la molienda de girasol y semillas de algodón en Reconquista.

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