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Creer en la palabra de la hija

Abuso sexual y resiliencia: “Que Bianca lleve mi apellido es un orgullo inmenso”

Bianca fue abusada por su padre desde los 8 a los 21 años, Quedó embarazada y con el apoyo de su madre lo denunció. Fue condenado y está preso. Bianca ahora lleva el apellido de su madre, esa mujer que hoy cuenta la historia que vivió


Flavia Campeis / Especial para El Ciudadano

Resiliencia. Esa palabra decidieron tatuarse en el hombro Bianca y Lorena Emile. Madre e hija la eligieron porque significa para ellas haber podido superar la situación más compleja de su vida. Fue en 2019, cuando acababan de denunciar por abuso sexual a Enrique Pochón, el marido de Lorena y el padre de Bianca.

Después de un juicio realizado en los Tribunales sanlorencinos, Enrique Pochón fue condenado el 13 de abril pasado a 20 años de prisión por “Abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado y lesiones leves agravadas”. El hombre de 46 años oriundo de Capitán Bermúdez fue juzgado por violar a su hija desde los 8 a los 21 años, cuando quedó embarazada y lo denunció. El fiscal Juan Carlos Ledesma apeló esa condena y pidió 10 años más, pero este 25 de noviembre se ratificó que Pochón pasará 20 años en la cárcel.

Horas después de conocer la condena de su padre, Bianca comenzó el proceso legal para hacer el cambio de apellido y llevar el de su madre. Eso se confirmó semanas atrás y ahora Bianca Emilie ya no tiene que presentarse usando el nombre que le recuerda a su abusador.

En el nombre de la madre

“Que Bianca lleve mi apellido es un orgullo inmenso, eso me dice que hice las cosas bien, siempre estuve para ellos, fui incondicional, aguanté cosas por ellos y el día que salió todo a la luz Bianca confió en mí, yo confié en ella, la ayudé y todo salió bien. Saber que Bianca es una “Emile” me llena de orgullo”, expresó Lorena Emile, madre de la joven que además tiene cuatro hermanos varones.

Lorena nació en la localidad de Maciel, llegó a Capitán Bermúdez en 1994, a los 16 años, cuando se casó con Enrique Pochón. Una semana antes de cumplir el año de casados nació su primer hijo, Ayrton. En ese momento Pochón se quedó sin trabajo y se fueron a vivir a Maciel, ambos hacían changas para vivir y en 1997 quedó embarazada de Bianca, quien nació en esa localidad el 2 de enero de 1998, en el mismo hospital que su madre.

La familia estaba compuesta por Enrique Pochón, Lorena Emile y sus cinco hijos, cuatro varones y Bianca y vivían en Capitán Bermúdez.

Durante varios años la familia vivía junto a los padres de Pochón, en una misma casa. Cuando Lorena quedó embarazada de su quinto hijo, el lugar se empezó a hacer cada vez más chico ya que eran siete personas viviendo en una habitación. El matrimonio tenía un ciber que instalaron luego de que Pochón fuera despedido de General Motors.

Lorena estudió técnica en hemoterapia y comenzó a pasar más tiempo fuera de la casa por las prácticas que le requería la profesión: “Cuando me recibo empiezo a hacer horas ad honorem para hacer experiencia, hacía guardias, pero también seguía limpiando casas, trabajaba en una granja, en una rotisería”, relató.

En 2013 se recibió, siguió trabajando en casas de familias y luego comenzó a viajar por distintos pueblos en campañas de donación de sangre del CUDAIO. Fue en 2015 que Pochón nuevamente se quedó sin trabajo. “Estaba en la portería de Fábrica Militar en una empresa de vigilancia y lo despidieron y de ahí no arrancó más a trabajar. Hacía reparación de computadoras en casa, pero nada más y éramos una familia muy grande para vivir de una reparación de computadoras”, recordó Lorena.

“Hasta ese momento, en teoría, era el papá que acompañaba, el papá que hacía, que todo el mundo veía, el papá ejemplar, hasta que sucedió lo que sucedió. El afuera mostraba una cosa y dentro de casa era otra”, sentenció.

Lorena Emile nunca sospechó que su ex marido fuera a aprovechar los momentos en que ella viajaba a Rosario para abusar sistemáticamente de su única hija mujer, durante más de 13 años. Sin embargo, recuerda que cuando salió a la luz el caso: “En Bermúdez se dijeron cosas feas que no eran necesarias, han subido cosas a redes sociales y me han hecho la pregunta “¿Y la madre dónde estaba?” La madre estaba trabajando porque pensaba que a mis hijos yo los dejaba con su papá, no con cualquier persona, y qué daño les podría haber llegado a hacer. Hasta que se supo. Pero no era la manera de juzgarnos. Quien no estaba en casa no sabía lo que pasaba”.

 

Creer en la palabra de Bianca

Un día martes de julio de 2019, Lorena se enteró que Bianca estaba embarazada. Un día después le contó que ese embarazo había sido por la violación del padre e inmediatamente hicieron la denuncia y lo detuvieron.

El embarazo fue lo primero que la joven le contó: “Bianca me lo cuenta por mensaje. Yo estaba trabajando, él me pide que lo llame por teléfono y me cuenta que la había visto a Bianca mal, con muchas pastillas, que le había preguntado qué le pasaba y ella le dijo que le dolía mucho el ojo. Él lloraba y me decía que no quería ver a mi hija así. Ahí yo le escribo y ella me dice que sentía que me había fallado a mí y al padre y que estaba embarazada”.

Pochón ya estaba al tanto del embarazo, pero quería que Bianca mintiera y dijera que era por una relación con un compañero de estudios. Lorena recordó que se encontraron en el Supermercado de Rosario, Easy, que él inició la charla diciendo que no quería ver a sus hijos así, que Bianca contara qué le pasaba. “Bianca no decía nada, lloraba. Yo pensaba que si lo contaba ahí delante de la gente no iba a pasar nada y le dije “lo que pasa acá es que Bianca está embarazada”. Entonces él se apoya en el carro de las compras y dice “decime quién fue el hijo de puta” se va caminando, llorando, la abrazó a Bianca, viene, nos abraza y nos dice que juntos íbamos a salir adelante. Nos subimos al remis para volver a casa y él iba lo más tranquilo, hacía chistes”, rememoró Lorena entre indignación y tristeza. Cuando volvieron del hipermercado, Bianca y su padre fueron a dar clases de folclore como hacían siempre y Lorena a la casa, allí llegó al comedor y se puso a llorar, “pensaba por qué no me confió a mí esto, que yo la hubiera hecho cuidar o llevado al ginecólogo”, y agregó: “a su vez pensaba en la reacción que él había tenido, pensaba o él ya sabe o no sé. Viene Ayrton, le cuento y le dije que estaba embarazada de un chico de la facultad, que decía que no tenía redes sociales ni nada. Él me contesta, qué raro que un chico no use redes sociales y me pregunta por la reacción de  papá cuando se enteró. Tranquilo, le digo y ahí le pregunto: ¿vos alguna vez viste algo raro?”.

Lorena aseguró que esa reacción de Pochón fue lo que terminó de delatarlo: “yo esperaba otra cosa de él. No pensaba que se iban a ir al folclore como si nada”, dijo. Agregó: “Ayrton me cuenta que una vez lo había visto salir del baño cuando estaba Bianca adentro, pero me dijo “no puede ser tan hijo de puta así” y yo le dije “no sé pero algo pasa””.

La confirmación

Según Lorena “esa noche nos fuimos a acostar, al otro día nos levantamos y cuando nos íbamos, él me dice: tratá de sacarle toda la información que quieras a Bianca”. Madre e hija viajaban en colectivo hacia el médico en Rosario y “cuando le pido a Bianca que me diera el teléfono del chico que era el padre, porque la obligación era de los dos, ella me decía “perdoname mamá y lloraba y se me ponía en el hombro, y yo le decía Bianca decime que pasa, y le hice la pregunta: ¿esto fue papá? y ella me dijo “sí, todo fue Papá”.

“Ella me pidió que la ayudara y la ayudé. Y la voy a seguir ayudando y creí en ella y lo hicimos en silencio para que no pase nada. Porque ella decía que él siempre la amenazó con hacerle daño a los hermanos o a mí. Decidimos todo solas, calladas y seguimos, llegamos al hospital, le conté a la ginecóloga lo que pasaba. Cuando le hicieron la ecografía salió que estaba embarazada de 32 semanas y había que seguir adelante. En ese interín él constantemente escribía preguntando qué le dijeron. Lo llamé y le dije que estaba de 32 semanas y que no podía ser del chico que ella dijo que estuvo en marzo. Le dije que había problemas con el embarazo y que al otro día la tenía que llevar al hospital para que le hicieran algo más profundo. Sentía bronca y ganas de enfrentarlo y decirle todo en la cara, pero nos iba a mentir, porque es una persona tan cínica que se cree su propia mentira”, reconstruyó Emile.

La denuncia y detención

Al otro día, Lorena y Bianca volvieron al hospital de Rosario, allí la joven decidió seguir adelante con el embarazo y darlo en adopción. Viajaron a San Lorenzo acompañados con una pareja de amigos para realizar la denuncia ese mismo día.

“El fiscal primero quería exclusión del hogar y la perimetral. Bianca les dijo que no porque nos iba a matar, además los padres viven al lado. Insistimos, le explicamos al fiscal lo que estaba pasando y nos fuimos para Bermúdez para sacarlo”, dijo Lorena.

“Cuando llegamos a la casa, él sale afuera porque estaba hablando conmigo por teléfono y lo apresan en la puerta ¿Lorena qué me hiciste? me decía. Ahí se enteraron de todo mis hijos, los vecinos, sus padres. Bianca se acerca a nosotros cuando se lo llevan y estaba destrozada, lloraba muchísimo, estaba muy shockeada. Sus hermanos y sus abuelos se estaban enterando de la verdad ahí”, expresó.

La importancia de creer

Sobre la denuncia, Lorena aseguró que ella “sabía que lo que me estaba diciendo Bianca era así, porque no iba a decirme tremenda barbaridad, siempre creí en ella, siempre. Después de eso hubo muchos mensajes de mujeres que han querido hablar y que las madres no le han creído, una chica nos contó que la madre la echó de la casa porque no le creía que el padrastro había abusado de ella”.

Tras la condena a su ex marido, en las escalinatas de los Tribunales de San Lorenzo Lorena fue contundente: “Créanle a sus hijas”. Ella asegura que en casos de denuncias de acoso o abusos “hay que creerles, porque los chicos no van a mentir en eso, porque mucho tiempo estuvieron sometidos, mucho tiempo tuvieron miedo y si encontraron ese poquito de coraje para hablar y sacarlo a la luz hay que creerles porque es así, no van a mentir”

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