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Abusada en su propia casa

Una joven de 27 años denunció que al término de una fiesta celebrada anteayer en su casa de barrio Echesortu fue violada por uno de los invitados. Es el cuarto caso similar denunciado en sólo tres días.

La denuncia presentada ayer por una joven de 27 años por abuso sexual en su departamento de barrio Echesortu destapó una modalidad que se ha tomado como costumbre en distintos puntos de la ciudad, que muchas veces termina de la peor manera. Según relató la víctima, anteayer a la noche hizo una fiesta en su casa de la que participaron más de 20 personas, y que muchas de ellas habían sido invitadas por conocidos y por conocidos de esos conocidos, por lo que a varios era la primera vez que los veía. Uno de los invitados –del que solamente conocen el nombre de pila– se quedó dormido en un sillón, y cuando ella estaba en la habitación con su pareja, este muchacho apareció en la pieza y, tras golpear al joven, sometió sexualmente a la dueña del lugar. Luego los maniató y encerró en la habitación y se marchó con dinero en efectivo, una notebook y dos celulares. Éste es el cuarto caso de un abuso sexual de similares características denunciado en sólo tres días.

La invitación a una fiesta, en una casa, era la excusa perfecta para salir de noche, dejar de lado los boliches, con el ensordecedor ruido y los gritos, para dar paso a una velada distinta, con gente “nueva”. En una suerte de moda, desde hace un tiempo vienen proliferando encuentros de jóvenes (y no tanto) en casas o departamentos, para pasar un rato divertido en distintos puntos de la ciudad. Solamente hay que traer bebidas alcohólicas, y un amigo.

La invitación es abierta, así que es común que ese amigo o amiga invite a otro, y la cadena se va ampliando hasta llegar a medio centenar de personas, que llegan al lugar de la fiesta con sus correspondientes botellas.

Eso es lo que pasó anteayer a la noche, en un departamento ubicado a pocas cuadras de la plaza Buratovich, en barrio Echesortu, donde reside una joven de 27 años. Todos los concurrentes cumplieron con el ritual de llevar alguna bebida alcohólica y un amigo o conocido, refirieron fuentes policiales.

La velada transcurrió con normalidad, y entrada la madrugada los invitados se fueron retirando, hasta que en un momento solamente quedaron tres personas: la dueña de casa, su pareja y un joven que horas antes había dicho tener 19 años, quien estaba profundamente dormido en un sillón.

Voceros del caso indicaron que, como no pudieron despertarlo, optaron por dejarlo en el lugar, mientras la pareja comenzó a limpiar y ordenar el departamento.

Cansados, se fueron a acostar en la habitación principal, pero unos instantes después el muchacho que creían dormido irrumpió en forma violenta en la pieza con un arma blanca en la mano. Luego de golpear a la pareja de la dueña del departamento, se acercó a ella y la atacó sexualmente.

Tras esto, el muchacho maniató a sus víctimas, los encerró en la pieza y huyó del lugar, llevándose alrededor de 1.200 pesos en efectivo, una notebook y los celulares de las víctimas.

La pareja recién pudo zafar de sus ataduras a media mañana de ayer y luego de lograr abrir la puerta de la pieza, radicaron la denuncia en sede policial. Al joven atacante lo describieron vagamente, y mencionaron su nombre de pila, pero hasta anoche no había podido ser ubicado.

Una moda preocupante

La modalidad de celebrar fiestas o encuentros de personas en ámbitos privados ha proliferado en los últimos meses, “no es algo que se hace en estos días, por el fin de año”, confió Mariel Arévalo, titular del Centro de Atención a la Víctima de Delitos Sexuales (también conocido como Comisaría de la Mujer). “Lamentablemente estamos en presencia de hechos recurrentes, donde el encuentro de diferentes personas, que en muchos casos no se conocen, terminan en un delito, en este caso de abuso sexual”, agregó Arévalo.

“En los casos que estamos investigando se nota la presencia de abundante cantidad de bebidas alcohólicas, no podemos hablar de exceso, pero no me parece un dato menor que las personas que cometen estos hechos no puedan ser identificados”, sostuvo la comisario, ya que eso dificulta la tarea policial porque no hay datos concretos sobre los autores de los ilícitos.

En referencia al abuso cometido antenoche en barrio Echesortu, comentó que hasta el momento el atacante no ha sido detenido, ya que las víctimas solamente conocen su nombre de pila y, si bien contaban con la pista del lugar donde trabaja (dato dado por el joven de 19 años), el mismo resultó falso. “En estas reuniones parece que se consume tanto alcohol que luego ninguna de las personas que asistió logra identificar a nadie”, refirió un vocero policial, quien agregó que en varios casos las jóvenes que asisten “admiten delante de sus padres que bebieron alcohol en el lugar en el que fueron dejadas la noche anterior, pero que no recuerdan nada más”.

La Policía investiga al menos otros dos hechos similares ocurridos en los últimos tres días en distintos puntos de la ciudad, en el cual resultaron víctimas tres adolescentes de 14, 15 y 17 años.

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