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Aburridos y poco saludables

Los platos de la dieta en Argentina no cuentan con la variedad alimenticia necesaria. La comodidad de lo que ya se conoce y el poco tiempo disponible para la cocina son algunos de los factores estudiados.

La alimentación diaria de los argentinos es poco variada, monótona y depende de algunos productos básicos como trigo, carne vacuna, aceite de girasol y papa, dejando a un lado las recomendaciones de los especialistas sobre una dieta “saludable”.

Así se desprende del estudio privado “Hay que cambiar la mesa de los argentinos”, realizado por los nutricionistas Agustina Saraví y Sergio Britos, miembros del Programa de Agronegocios y Alimentos.

Susana Dueñas, directora del Instituto del Alimento en Rosario, manifestó a este medio que cuando se habla de alimentación saludable hay que detallar “qué hábitos hacen a la alimentación saludable”.

“A veces es por costumbre, o por comodidad. Lo cierto es que si no estamos teniendo una alimentación sana y variada es porque no nos tomamos el tiempo suficiente para elaborar platos ricos en nutrientes, o bien, probar productos que no sabemos si nos gustarán o no y hacen a la alimentación equilibrada”, explicó.

La directora aclaró no ser nutricionista.

“Pero nuestro trabajo desde el Instituto del Alimento consiste en conocer la salubridad de aquello que ingerimos, por ende hay que prestar atención a los factores biológicos o químicos sobre el alimento”, añadió.

“Respecto a la elección del alimento, debemos inclinarnos a aquellos naturales, donde se aporta una gran cantidad de minerales, vitaminas, aminoácidos que hagan que al tener la ingesta de estos alimentos se beneficie nuestra salud, a nuestra calidad de vida. Además, hay que tener en cuenta que mediante una buena alimentación se previenen muchas enfermedades, entre ellas la obesidad”, sostuvo.

Consultada sobre la preferencia de alimentos naturales a los enlatados o freezados, Susana Dueñas indicó que “siempre es mejor aquella verdura, hortaliza o fruta que proviene de una huerta, de la tierra misma, aunque los controles sobre las conservas son bastante estrictos y seguros”.

“Elegir entre los alimentos conservados y los naturales están en una línea muy delgada. Es decir, todo aquello que tiene una conserva está debidamente cuidado y aprobado por una lista de aditivos sobre su tratamiento térmico que está permitido” indicó.

Según el trabajo del Programa de Agronegocios y Alimentos, la alimentación diaria de los argentinos no respeta las pautas de una dieta “saludable” que incluyen variedad de pastas y cereales preferentemente enteros, legumbres, verduras y frutas de todo tipo y color, leche, yogur y quesos, cantidad moderada de carnes magras de distintos tipos de animales (vaca, cerdo, pollo, pescado) y aceites de diverso origen (girasol, oliva, soja, canola).

La investigación reveló que existe una brecha negativa del 58 por ciento en promedio, y del 65 por ciento en los hogares pobres, entre la dieta habitual de los argentinos y alimentos esenciales en una dieta saludable: lácteos, hortalizas, pastas, arroz y cereales, frutas, carne porcina, pescado y aceites.

La Argentina produce alimentos en cantidad suficiente para alimentar a más de 400 millones de personas.

Sin embargo, diversos estudios señalan la persistencia de deficiencias nutricionales en probablemente un 15 por ciento o 20 por ciento de la población, en particular niños, en paralelo a un creciente número de niños y adultos con sobrepeso y obesidad (3 de cada 10 niños y una de cada 2 mujeres tienen exceso de peso).

Un denominador común de los problemas nutricionales de los argentinos es la monotonía alimentaria, la alta dependencia de unos pocos productos básicos (trigo, carne vacuna, aceite de girasol, papa) y la escasa variedad de alimentos y comidas que conforman el típico menú argentino (ensalada de lechuga, tomate, papa y cebolla, pastas, tartas, pan, milanesas, asado, pizza, sándwiches al paso).

En la “mesa de los argentinos” se consume menos verduras, frutas, legumbres, leche y aceites que lo recomendado y más carne (vacuna) que lo ideal pero ante la pregunta ¿se consumen pastas o arroz en exceso como se cree?, la respuesta indica que no.

Y ello se debe a que el grupo de cereales comprende a productos como por ejemplo las pastas o el arroz, cuya composición nutricional refleja casi exactamente lo que se espera de un cereal (hidratos de carbono complejos o de asimilación más lenta, en algunos casos fibra y vitaminas del grupo B), como así también a otros productos con diferente composición.

Según los nutricionistas, el pan por ejemplo, mantiene los hidratos de carbono pero agrega en su elaboración una cantidad apreciable de sodio. Las galletitas o los derivados de la panificación también agregan sodio, grasas, en muchos casos saturadas y, si son dulces, también suman azúcares.

Algo similar ocurre con los alfajores, barras de cereales o los mismos cereales de desayuno.

“Si bien en todos los casos, su ingrediente base es un cereal, hay que tener cuidado porque puede ser un cereal que además transporta cantidades variables de algunos nutrientes cuya ingesta debe moderarse o limitarse”, dijo Britos.

Además, destacó que es por eso que en la investigación, se separan a los cereales en tres grupos: las pastas y arroz, el pan y el resto de alimentos con base de cereal pero con otros ingredientes (galletitas, alfajores, panificados dulces y salados, snacks, barras, cereales de desayuno).

La conclusión es que con esa mirada, “la mesa de los argentinos no tiene exceso en el consumo de pastas sino más bien un déficit (consumo versus dieta saludable) que en términos cuantitativos está en el orden de medio kilo por mes por persona”, sostiene el autor del estudio, Sergio Britos.

El estudio intenta además analizar las brechas alimentarias que existen en los alimentos de mejor densidad o calidad nutricional, determinar el impacto en la demanda que supondría el cierre de aquellas brechas y propone lineamientos para las políticas alimentarias.

Para el desarrollo del mismo, se realizó un modelo de dieta saludable contra el cual se compararon los resultados de cuatro estudios alimentarios en niños escolares, mujeres, hogares y la disponibilidad nacional.

Los estudios analizados fueron: Encuesta Nacional de Nutrición (del Ministerio de Salud, 2004/2005); unas mil quinientas encuestas de consumo en escolares, realizadas por el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni) entre 2004 y 2008; Encuesta Nacional de Gasto de Hogares (Indec, 2006/2007) y Hojas de Balance de Alimentos (FAO, 2005).

Las guías internacionales de nutrición proponen que los alimentos saludables constituyan un porcentaje cercano a un 80 por ciento de las calorías totales requeridas en una dieta. En cambio en la “mesa de los argentinos”, los alimentos de menor calidad nutricional relativa representan entre 3 y 4 de cada 10 calorías.

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