Edición Impresa

Despegado

Absolvieron a Strauss Kahn

Un tribunal de justicia del norte de Francia dejó sin cargos al ex director del Fondo Monetario Internacional por la acusación de proxenetismo al contratar a prostitutas para realizar orgías. Sólo uno de 14 imputados fue condenado.


Un tribunal de Francia absolvió ayer a Dominique Strauss-Kahn de los cargos de proxenetismo agravado por las orgías que tuvo con prostitutas mientras era director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y en medio de la crisis financiera mundial.

El Tribunal Correccional de Lille, en el norte de Francia, exculpó al dirigente socialista y a 12 de los otros 13 encausados de los cargos por los que fueron imputados, como organizadores de una red de prostitutas al servicio de Strauss-Kahn.

Tras el juicio celebrado el pasado febrero, en el que la Fiscalía ya había solicitado la absolución del ex ministro de Finanzas y aspirante a la candidatura socialista para las presidenciales francesas de 2012 (conocido por sus iniciales, DSK), el tribunal consideró que no había pruebas de delito.

Aunque quedó establecido que el político tuvo “un comportamiento de cliente” con las mujeres que acudieron a esas orgías entre 2007 y 2011, cuando estaba al frente del FMI, los magistrados hicieron notar que no se trata de una infracción de la legislación, informó la agencia de noticias EFE.

Además, señalaron que no se presentaron pruebas concluyentes para establecer que Strauss-Kahn supiera que las mujeres que participaban en las orgías eran prostitutas, tal como argumentó la defensa del político socialista durante las tres semanas del proceso.

El Tribunal Correccional de Lille coincidió igualmente en que la vestimenta o las prácticas sexuales de esas prostitutas no eran razón suficiente para justificar que DSK, de 66 años, fuera consciente de que eran profesionales del sexo.

Las propias prostitutas, que se habían constituido en acusación particular, retiraron las demandas de indemnización contra él hacia el final del juicio, a la luz de sus escasas posibilidades de éxito.

Sólo una de las otras 13 personas que se sentaron junto a Strauss-Kahn en el banquillo terminó condenada: René Kojfer, quien fuera responsable de relaciones públicas del hotel Carlton de Lille, establecimiento que sirvió de base de operaciones para la red de prostitutas.

Kojfer fue sentenciado a un año de cárcel exento de cumplimiento al aparecer como el verdadero eje de la organización, gracias a una nutrida agenda que le permitía poner en contacto a las mujeres, que cobraban por sus servicios.

Strauss-Kahn dejó en manos de sus abogados la reacción pública a su absolución y se fue del tribunal por una puerta que le permitió evitar a las decenas de cámaras y micrófonos, no sin antes soltar en la sala de audiencias una conclusión: “Todo eso para esto. ¡Menuda destrucción!”.

Uno de sus letrados, Henri Leclerc, denunció que el juicio y el veredicto han puesto en evidencia la dimensión “totalmente ideológica” de esta instrucción, de la que se empezó a tener noticia poco después de que DSK cayera en desgracia en mayo de 2011 al ser detenido en Nueva York por las acusaciones de violación de una empleada del hotel de lujo donde se alojaba.

Leclerc se quejó de que con su cliente se quiso dar a este caso “un contenido que no tenía” y que la acusación “se basaba en criterios morales y no jurídicos” y que, en definitiva, “no había ningún hecho para que se pudiera decir que había cometido un delito de proxenetismo”.

“Este veredicto (…) debería permitir reflexionar a todos sobre lo que es una instrucción secreta”, comentó tras insistir: “Sabíamos que el debate contradictorio y público mostraría el vacío de este sumario”.

Otro de los absueltos en Lille, el conocido proxeneta Dominique Alderweireld, alias Dodo la Saumure, dijo estar “muy agradablemente sorprendido” por el veredicto, teniendo en cuenta que la fiscalía había pedido para él prisión firme.

Estimó también que la acción de los jueces instructores fue “política” y que su objetivo era hundir la carrera de Strauss-Kahn.

DSK queda limpio de la acusación de proxenetismo y de la amenaza de una condena potencial de hasta 10 años de cárcel y 1,5 millón de euros, pero un eventual restablecimiento de su figura pública que le permitiera volver a la política parece imposible.

Su imagen es inseparable de los detalles de sus correrías sexuales con prostitutas conocidas durante el juicio y ya había quedado muy golpeada con el escándalo de Nueva York, aunque la empleada del Sofitel acabara retirando los cargos tras obtener una compensación económica.

Comentarios