El tribunal integrado por los jueces Hebe Marcogliese, Román Lanzón y Nicolás Vico Gimena absolvió en forma unánime por beneficio de la duda a Cristian A. y a Gerardo G., quienes habían sido acusados por el fiscal Alejandro Ferlazzo del homicidio de David Moreira.
El fiscal Alejandro Ferlazzo había acusado a G. y A. del delito de homicidio en agresión por considerar que habían participado de la brutal paliza contra Moreira el 22 de marzo de 2014 en Marcos Paz entre Larrea y Liniers, cuando fue agredido por un grupo de personas por haber robado una cartera.
Sin embargo, los jueces consideraron que la prueba producida durante el juicio no fue suficiente para lograr la certeza y convicción necesaria para imponer una sentencia condenatoria, por lo que resolvieron por unanimidad absolver a ambos acusados por el beneficio de la duda.
El homicidio
La tarde del 22 de marzo del 2014 dos jóvenes en moto intentaron robar la cartera a una chica que iba con su bebé, la mujer intentó zafar a los gritos y fue escuchada por vecinos del lugar. Un conductor de un utilitario chocó la moto por detrás a la altura de Liniers y Marcos Paz. Ambos ocupantes cayeron al piso, el conductor logró escapar por calle Liniers pero David Moreira corrió por Marcos Paz y fue atrapado por un grupo de personas que estaba a media cuadra del lugar frente a un club, lo golpearon salvajemente. Moreira sufrió pérdida de masa encefálica tras abrirle el cráneo a puñetes, patadas y palazos contra el cordón de la vereda. Unos segundos de la agresión quedó registrado en un video que fue evidencia importante para el caso. La víctima no resistió las lesiones y falleció tres días después.
El primer condenado fue Isaías Ducca, el chico que iba con Moreira en la moto. Recibió una condena exprés a cinco años de cárcel casi tres meses después del hecho. Distinta fue la situación de los sospechosos del crimen de Moreira. En junio de 2015 fue nuevamente condenado en procedimiento abreviado a la pena de 5 años de prisión efectiva por el delito de robo calificado por el uso de arma de fuego apta para el disparo en grado de tentativa en concurso real con resistencia a la autoridad.
La madre de Moreira se presentó como querellante en la causa pero por mucho tiempo no hubo un acuerdo con la fiscalía en relación a la calificación legal. El fiscal que entonces tuvo la causa, hoy juez penal, encuadró el caso en un homicidio en agresión mientras que la familia planteó un homicidio calificado y ello generó varias idas y vueltas hasta que se encuadró el hecho en la calificación menos gravosa.
En noviembre del 2019 uno de los imputados, Nahuel Yamil Pérez, firmó un acuerdo abreviado y fue condenado a 3 años de prisión en suspenso. Tras el cambio de fiscal, la causa quedó en manos de Alejandro Ferlazzo. El reclamo fiscal se cerró en 3 años de prisión efectiva para los dos imputados Cristian Ariel Antonioni y Gerardo Fabián Capocha Gutiérrez por el delito de homicidio en agresión. Mientras que la querella pidió 6 años de cárcel para ambos.
Juicio
El inicio del juicio fue postergado en cinco oportunidades, desde noviembre de 2020. “Indudablemente, este caso no estaba dentro de la agenda de la Oficina de Gestión Judicial”, dijo en LT8 el querellante Norberto Olivares, quien presentó diferentes pedidos para que se realice el debate. “Se llega al juicio después de 9 años, 8 meses y algunos días. La perseverancia y el deseo de los familiares de que los que están imputados dentro del caso sean juzgados, obtuvieron su respuesta”.
Además, el abogado relató cómo fue el derrotero de la causa. “En principio compartimos la calificación legal, que era homicidio agravado, con posibilidad de condena a prisión perpetua. Pero después, Fiscalía cambió la carátula a homicidio en agresión, que contempla un asesinato en donde no se puede comprobar quién es el autor material del hecho. Eso tiene una condena de entre 2 y 6 años de prisión. Pedimos (como querella) la mayor pena”.
“¿Qué hizo David para merecer un suplicio social televisado?”, preguntó el abogado querellante en su alegato, en relación al video que circuló por aquellos días, sobre la golpiza. Y aseguró: “Fue una muerte absurda y condenable”.
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