Estrenada en 2010 y con un importante recorrido por diversos escenarios, la recordada obra teatral local Mujeres de ojos negros, de Romina Tamburello, con dirección de Paola Chávez y las actuaciones de Tamburello y Camila Olivé, regresa este jueves a la agenda local con una única función en la sala Lavardén, en el marco del ciclo provincial Una para todas que tiene lugar en el marco del Mes de la Mujer y la Memoria.
La obra propone un retrato de dos mujeres en el contexto de una familia matriarcal a punto de romperse. “Un día, todos los días; tres identidades en una sola. Un timbre que no suena, una mirada irónica sobre las relaciones femeninas”, adelantan.
Mujeres de ojos negros, obra adelantada a su tiempo, que una década después adquiere otra resonancia en el contexto de la visibilización de derechos de los colectivos de mujeres que marcan la agenda del presente, fue premiada en 2009 en el marco de Coproducciones Municipales, hoy Cosecha Escénica.
El montaje traza una diagonal en relación con el vínculo entre madres e hijas, problemática ampliamente transitada en la dramaturgia universal, pero aquí con otros condimentos. Con esta obra, la también actriz Paola Chávez debutó en la dirección, y concretó un espectáculo en el que el humor coquetea con el drama sin llegar a la tragedia, merced al estupendo trabajo de ambas actrices.
“Básicamente, la obra habla de la relación de una madre con su hija, pero también de las relaciones entre las mujeres en general, porque se pueden hacer otras lecturas a partir de ese vínculo que aparece a primera vista; podrían ser madre e hija, pero también hermanas o amigas”, expresó Chávez a El Ciudadano al momento del estreno.
Con relación al registro de actuación y a un modo de relato en el que se juegan ciertos elementos de un teatro que no reniega de la ficción dentro de la ficción, la directora expresó: “Partimos de la idea de lo femenino en un sentido más amplio que el vínculo que se ve en escena, y en eso estuvimos mucho las tres, porque todo lo que fue surgiendo en la obra fue apareciendo, más allá de la idea previa, en las improvisaciones. Y como pasa siempre cuando uno improvisa, el mundo propio, lo que uno tiene más cerca, se filtra. Además, en nuestras historias personales, familiares, lo femenino, lo matriarcal, también es muy determinante. Por eso, pequeñas cosas de las historias de cada una de nosotras, conviven en la obra”.
Los “ojos negros” a los que alude el título son una marca en tres generaciones de mujeres que, invariablemente, repetirán una historia, casi como un guiño a la tragedia más clásica, como un juego absurdo en el que el paso del tiempo no importa porque a lo que se hace referencia allí (con ese conflicto por todos conocido) es a eso que “no cambia ni cambiará jamás”, porque “mamita siempre va a estar”.
Se trata de un trabajo que partió de la dramaturgia de Romina Tamburello, hoy consagrada director de teatro y cine, en el que se filtran los legados de una familia matriarcal donde la construcción del imaginario pueril de una niña se ve atravesado por el doloroso camino recorrido antes por la madre, quien dejará en ella las huellas de su propio pasado vivido con padecimiento, casi sin poder evitarlo.
Por otra parte, a través del humor (por momentos desopilante e incluso hasta impensado) y en otros pasajes mediante la contemplación de algo que resulta espantoso, la dramaturgia de Tamburello y la propuesta escénica consiguen poner énfasis (accionar) en los lugares comunes de los mecanismos perversos de las relaciones de sometimiento.
Para agendar
Mujeres de ojos negros se presenta, con los protocolos vigentes, este jueves a las 21 en el Teatro de la Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza), en el marco del ciclo provincial Una para todas. Las entradas anticipadas y generales a 200 pesos se pueden adquirir, por burbujas, en la página https://abiertoalcielo.com.ar/detalle/UNA-PARA-TODAS–Mujeres-de-ojos-negros/
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