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A tres años de la tragedia de Monticas, el recuerdo y el reclamo de justicia

Sobrevivientes y familiares de las víctimas se reunieron en el kilómetro 779 de la ruta 33, lugar del siniestro en el que fallecieron 13 personas


El viernes 24 de febrero de 2017 a las 10.45, dos colectivos de la ex empresa de transporte interurbano Monticas chocaron de frente en la ruta nacional 33, entre las localidades de Zaballa y Pérez. Fue uno de los siniestros más trágicos de la provincia de Santa Fe en el que 13 personas murieron y otras 37 resultaron heridas. La principal hipótesis de la causa del choque fue la explosión de un neumático viejo de uno de los colectivos que hizo que perdiera el control y embistiera al otro vehículo que viajaba en el sentido contrario. Apenas se conoció la noticia, la ex empresa Monticas y el sistema de transporte provincial y nacional estuvieron en debate porque no era la primera vez que había irregularidades en los controles de seguridad vial tanto de la compañía como de esa ruta. Pero a tres años de la tragedia, la causa judicial tuvo poco avances, con 6 imputados y sin fecha de inicio de juicio.

Este lunes por la mañana sobrevivientes del siniestro vial y familiares de las víctimas hicieron un acto de homenaje y volvieron a pedir justicia en el lugar de choque, en el kilómetro 779 de la ruta nacional 33. Hicieron un minuto de silencio con el acompañamiento de la Federación de Choferes del Transporte (Foetapra) y organizaciones civiles y ONGs vinculadas a la seguridad y educación vial.

La causa judicial

La investigación de las 13 muertes del siniestro vial de Monticas está a cargo del fiscal Walter Jurado, de la Unidad de Homicidios Culposos del Ministerio Público de la Acusación de Santa Fe. La principal hipótesis es que la causa y la mecánica del accidente están en la explosión del neumático del colectivo interno 145, que al perder el control impactó de frente con el interno 105. De acuerdo con el fiscal, la explosión de esa rueda tuvo responsables humanos dentro de la empresa porque hubo “omisión del deber de vigilancia, control, supervisión y selección idónea del personal de organización y provisión de los medios y recursos necesarios para la prestación en adecuadas condiciones de seguridad del servicio de transporte interurbano de pasajeros por ruta”. Es que las pericias probaron que el neumático era usado con fecha de fabricación de casi seis años antes del accidente, de mayo de 2011. “No cumplía con las condiciones de seguridad para el servicio de transporte interurbano de pasajeros por tratarse de un neumático usado, siendo que el mismo no era el adecuado ni apto para su empleo en ruta de acuerdo a sus características y a la especificaciones del fabricante”, explicó Jurado.

Con estos argumentos, hoy hay seis imputados por el delito de homicidio culposo agravado por la multiplicidad de víctimas. En diciembre de 2018 fueron acusados cinco directivos de la empresa: Juan Antonio C; el jefe Operaciones de la compañía, Pablo César D; el jefe de taller, Carlos L; el presidente de la firma, Alejandro L; y el vicepresidente, Raúl R. En octubre de 2019 se sumó una sexta imputación al jefe de la sección Gomería de la empresa por no dar la orden de cambiar el neumático usado.

En junio de 2019 la Justicia rechazó el pedido de constitución de querellante en la causa Monticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), la Asociación Gremial de Docentes e Investigadores (Coad) y la Municipalidad de Casilda con el argumento de que el delito que se investiga afecta bienes individuales y no colectivos. Sólo se admitió el pedido de participación de la familia de una de las víctimas, María Belén Genga, quien sufrió lesiones que la dejaron en estado vegetativo.

Después de las imputaciones, familiares de las víctimas y sobrevivientes esperan que se defina la fecha de la audiencia preliminar en la que se pedirá la elevación de la causa a juicio oral y público.

Una empresa con irregularidades

La ex Monticas pertenecía al Grupo Flecha Bus y hacía servicios de corta, media y larga distancia desde Rosario hacia el resto del sur de Santa Fe y Córdoba. Cubría gran parte de las localidades de las rutas nacionales 33 (llegando dentro de la provincia hasta Rufino), 8 y 9 (la línea que une Roldán, Carcarañá, Cañada de Gómez y Las Parejas).

La prestación de Monticas en la región era casi monopólica lo que la convirtió en la única conexión que tenían muchas localidades con Rosario. El monopolio y la falta de competencia, porque era la única concesión autorizada, fueron el escenario de las malas condiciones del servicio que debía prestar. En los años previos al siniestro de febrero de 2017, eran una constante las denuncias y quejas de usuarios y usuarias. Diputados, diputadas, concejales y representantes de distintos municipios hicieron pedidos de informe en la Legislatura provincial y en distintas entidades públicas sin resultados. Se cuestionó el financiamiento de la empresa, las condiciones en que tenía los vehículos y cumplía con las normas para tener la concesión.

Ya en 2014 la Comisión Nacional de Regulación de Transporte hizo inspecciones en la Terminal de Rosario a varios coches de Monticas y detectó todo tipo de infracciones (lo que derivó en varias multas) y el informe final fue lapidario. Las fallas incluyeron “el no funcionamiento de tacógrafos; la falta de presentaciones a controles; señales luminosas que no funcionan; baños clausurados o sin agua; vidrios trizados; incumplimiento de servicios diarios; falta de martillos de emergencia; puertas trabadas; neumáticos dañados, lisos o desinflados; carencia de asientos; faltante de matafuegos; verificación técnica vencida o ausencia de cinturones de seguridad”.

Tres días después del accidente que dejó 13 muertes, el entonces gobernador Miguel Liftchtiz ordenó caducar la concesión que tenía Monticas. Lo mismo pasó el 3 de marzo de 2017, cuando el gobierno nacional dispuso rescindir la concesión en todo el país. A fines de ese mes, el gobierno provincial anunció que el Grupo Bermúdez había ganado la licitación de los 4 corredores que explotaba Monticas.

En memoria

Durante el homenaje de este lunes, familiares y sobrevivientes recordaron a las 13 víctimas del siniestro y sus historias. Ellas fueron:

Cintia Albornoz. Tenía 38 años, era rosarina pero vivía desde hacía 16 años en Casilda. Tenía dos hijos.

Natalia Angiorama. Tenía 31 años. Nació en Mar del Plata pero desde muy chica vivió en Casilda. Estudió la carrera Administración de Empresas y se recibió.

Sergio Chena. Tenía 72 años y era de Rosario. Era jubilado y tenía una hija.

Marcelo Machado. Tenía 23 años y vivía con su familia en Fray Luis Beltrán. Trabajaba como obrero de la construcción en Pérez.

Aníbal Pontel. Tenía 58 años y  era rosarino. Trabajó como chofer de la línea Metropolitana (propiedad de Monticas) durante siete años.

Joana Fernández. Tenía 20 años y vivía en Zavalla. Tenía dos hijas y era madre soltera.

Gianella Fernández. Tenía 20 años y era de Zavalla. Estaba cursando el primer año del secundario y jugaba al fútbol femenino en un equipo del pueblo.

Juan Burzacca. Tenía 82 años y era oriundo de Zavalla. Trabajó durante más de 30 años en la Facultad de Ciencias Agrarias.

Gabriela Márquez. Tenía 35 años y era de Casilda. Se recibió de profesora de inglés y trabajaba en escuelas de Casilda y alrededores.

Juana Ferreyra. Tenía 69 años y era de Corrientes. La mayor parte de su vida vivió en Zavalla y se dedicó a cuidar a su familia.

Gustavo Souza. Tenía 48 años. Vivía en Zavalla y fue chofer de Monticas durante 14 años. Tuvo tres hijos: un varón y dos nenas.

Jorge Fargioni. Tenía 62 años. Nació en Zavalla. Trabajó 35 años en Gherardi, una fábrica de implementos agrícolas de Casilda y se había jubilado unos meses antes del siniestro.

Jorge Ledesma. Tenía 58 años. Vivía en Zavalla pero hacía un tiempo que se había mudado a Pérez. Trabajaba como no docente en la Facultad de Ciencias Agrarias.

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