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A ocho años de un título que movió 40 mil personas

Por Rodrigo Arévalo.- Newell’s celebra un nuevo aniversario de la obtención del Apertura 2004, que significó una movilización de hinchas visitantes jamás vista. Ver video. Copa Libertadores: a cruzar los dedos


gallego

Newell’s celebra los ocho años de su última vuelta olímpica, que implicó una movilización de hinchas visitantes jamás vista. El 12 de diciembre de 2004, la Lepra festejaba en el viejo estadio de Independiente su sexto campeonato, esta vez de la mano de Américo Rubén Gallego.

Una caravana impresionante de vehículos se traslado hacia Buenos Aires desde bien temprano a puro bocinazo y aliento hasta llegar a la mítica avenida 9 de Julio y teñirla de rojinegro.

Aprovechando la amistad entre las hinchadas, no fue mucha la gente del Rojo que fue al estadio, por lo que las cuatro tribunas estaban colmadas de leprosos, incluso sobrepasando su capacidad.

Poco importó la derrota por 2 a 0 ante los de Avellaneda con goles de Federico Insúa y Jairo Castillo, ya que Vélez empató con Arsenal 1 a 1 y no le alcanzó para llegar a los 36 puntos que ostentaba Newell’s, por lo que la Vieja Visera se transformó en puro festejo rojinegro.

Antes de la vuelta a Rosario, los hinchas coparon el Obelisco porteño, ante la atónita mirada de la gente que pasaba por allí. El país hablaba de Newell’s y en los días posteriores, los jugadores de aquel plantel recorrieron los medios más importantes de la Argentina.

Ese día, por el título y por los 40 mil de visitante quedará grabado en la memoria de cada hincha leproso, de los que estuvieron y de los que no. Rosario invadió Buenos Aires, y la Lepra festejó su sexta estrella.

El equipo

El Tolo Gallego preparó un plantel para pelear el título desde el comienzo. La contratación de Ariel Ortega y del goleador brasileño Mario Jardel (que no rindió como se esperaba) daba cuenta de eso.

Además, se sumaron el experimentado defensor Julián Maidana, quien venía de descender con Talleres, y se transformó en uno de los pilares del equipo junto a otro refuerzo, el paraguayo Justo Villar, quien hoy es un ídolo indiscutido del club. También llegó Rubén Capria. El Mago, según los más jóvenes, fue fundamental para apuntalar al grupo.

Estos jugadores se complementaron con los que ya estaban, como Ariel Rosada y Ariel Zapata, y con jugadores surgidos de la cantera, que se consolidaron en ese torneo, tales son los casos de Sebastián Domínguez, Germán Re, Luciano Vella, Fernando Belluschi, Guillermo Marino, Ignacio Scocco e Iván Borghello.

El entrenador se encargó de armar un conjunto ganador, que por momentos lucía y sabía cuándo llegaba la hora de ponerse el overol y defender el resultado.

A pesar de comenzar el torneo con una derrota ante Vélez por 1 a 0 en el Coloso, la recuperación fue inmediata derrotando a Central en el clásico jugado en Arroyito, por 1 a 0 con gol de Maidana. A partir de allí el equipo se fue encaminando hasta consagrarse.

Durante las 19 fechas, Newell’s sumó 36 puntos, con 10 triunfos, 6 empates y 3 derrotas, marcando 22 goles y recibiendo 11. Belluschi y Borghello, con 4 tantos, fueron los goleadores de la Lepra.

El plantel completo estaba integrado por Justo Wilmar Villar y Luciano Darío Pocrnjic (arqueros); Sebastián Enrique Domínguez, Germán David Ré, Julián Edgardo Maidana, Luciano Germán Vella, Hugo Germán Iriarte, Leandro Sebastián Fernández, Alejandro César González, Pedro Domingo Aguirrez, y Ezequiel Marcelo Garay (defensores); Guillermo Andrés Marino, Fernando Daniel Belluschi, Rubén Oscar Capria, Javier Ariel Rosada, Ariel Hernán Zapata, Marcelo Alejandro Penta, Damián Alejandro Manso, Ariel Arnaldo Ortega, José Luis Almaraz (volantes); Ignacio Martín Scocco, Iván Emilio Borghello, Héctor Damián Steinert, Lucio Darío Cereseto y Mario Jardel Almeida Ribeiro (delanteros).

El cuerpo técnico estaba integrado por Américo Rubén Gallego como director técnico, junto a quien trabajaban Ángel Bernuncio (ayudante de campo), Jorge Fleitas y Gustavo Unsalo (preparadores físicos).

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