Tras varios años con un delicado estado de salud y pronta a cumplir 100 años, la actriz Zsa Zsa Gabor falleció el domingo en su mansión de Bel Air en Los Ángeles de un ataque al corazón rodeada de los suyos y junto a su último y noveno marido, Frederic Von Anhalt. Si bien supo participar de grandes éxitos cinematográficos y televisivos, Gabor fue reconocida como la primera celebrity de la historia, ganando fama por sus escándalos y amoríos, algo que se volvió muy común en la actualidad.
Gabor había empeorado mucho los últimos días y su marido invitó a los allegados para que celebren con ella su centenario por adelantado. La actriz tenía un delicado estado de salud, sobre todo, después de una fractura de cadera sufrida en 2011; dolencia que se sumaba a algunos problemas motrices que le quedaron como secuela de un accidente de tránsito en 2002 y una embolia en 2005.
La actriz, que iba a cumplir 100 años el 6 de febrero, nació en 1917 en Hungría y llegó a Hollywood tras los pasos de su hermana Eva. Ella transcendió la pantalla inaugurando un nuevo tipo de fama: el de “celebridad”.
Llegando a ser “famosa por ser famosa”, como ella misma se definió, Gabor se casó nueve veces y desató escándalos que la convirtieron en habitué de las portadas de la prensa rosa en todo el mundo. Entre otros romances se cuentan el de Frank Sinatra y Howard Hughes.
También fue reconocida por abofetear a un policía de Beverly Hills en 1990 (fue condenada a tres días a la cárcel y tuvo que realizar 120 horas de servicios comunitarios), por pronunciar de una manera muy peculiar el inglés, por su extraño nombre y por sus excentricidades tanto en el vestuario como en su joyería.
En lo que respecta a su labor como actriz Gabor participó en Moulin Rouge (1952), de John Houston, donde interpretó a una modelo del pintor Toulouse Lautrec. Lili (1953), La Chica del Kremlin (1957) y Touch of Evil (1958) fueron algunos de sus otros éxitos de taquilla.
Gabor también se hizo un nombre en la pequeña pantalla con sus apariciones en las series Bonanza y Batman.
En 1983 contrajo matrimonió con el mexicano Felipe de Alba, una unión que duró tan sólo una semana y que acabó en anulación entre múltiples reproches e insultos mutuos que fueron comidilla de la prensa amarilla. En contraparte su matrimonio más duradero fue el último, con el misterioso príncipe alemán Frederick Von Anhalt. Ambos contrajeron matrimonio en 1986 y siguieron casados hasta la muerte de la actriz.
En 1992 publicó sus memorias bajo el título Una vida no es suficiente, con jugosas revelaciones sobre sus maridos y amantes. Mordaz y siempre dispuesta a burlarse de sí misma, Gabor hizo una marca registrada de las frases: “Querido, éstos son sólo mis diamantes de trabajo” o “nunca he odiado a un hombre lo suficiente como para devolverle sus joyas”. A partir de allí fue convocada para muchísimos programas de chimentos sobre las celebridades del cine y la televisión para que opinara sobre la actualidad de algunos de sus colegas. En todos se sintió muy cómoda.
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