El Hincha

Copa de la Liga 2024

A Newell’s le costó mucho generar juego y lo pagó con un pálido empate sin goles con Platense

La Lepra extrañó la jerarquía de Ever Banega, Larriera eligió mal los intérpretes y el Rojinegro nunca le encontró la vuelta al planteo mezquino del Calamar. El punto lo mantiene en la zona de los clasificados a los cuartos de final, pero dependerá de los resultados cuando termine la fecha


JUAN JOSÉ GARCÍA

Extrañó horrores a Banega. La primera reflexión del empate 0 a 0 entre Newell’s y Platense refleja con claridad lo sucedido en el Coloso en una lluviosa noche de viernes. Sin Ever, el equipo de Larriera careció de ideas, no tuvo un conductor y no pudo inquietar a un rival que se relegó con orden y con eso bastó para no sufrir demasiado. Y ahora la Lepra puso en riesgo la chance de permanecer en zona de clasificación a cuartos de final.

La primera acción del partido fue un desborde a pura potencia de Méndez, quien puso un centro medido a la cabeza de Pérez Tica, pero el testazo del atacante se fue sobre el travesaño cuando todo el Coloso preparaba el grito de gol por la soledad con la que ingresó el jugador leproso al área chica rival. Fue un engaño, un espejismo de un primer tiempo que no tuvo correlación con los otros 44 minutos restantes.

Si alguien imaginó que Newell’s no iba a extrañar a Banega estaba muy equivocado. Sin Ever, la conducción del equipo pasó de mano en mano y nadie pudo hacer algo decente. Intentó Fernández Cedrés, pero Platense cerró bien los caminos a su área y hacía falta más que buenas intenciones para poner a un jugador leproso de cara al gol.

Así, la única alternativa viable era atacar por afuera. Méndez-Panchito por un lado, Schor-Martino en otro. Pero la realidad es que pocas veces pusieron trasladar avances amenazantes en chances genuinas de gol. Apenas un cabezazo débil de Panchito González y un remate de Schor a las manos del arquero pudieron anotarse como opciones de grito leproso. Incluso fue más peligroso otro desborde de Méndez cuyo centro a la cabeza de Ramírez lo desactivó con lo justo Vázquez.

El segundo tiempo fue más de lo mismo. Newell’s no tuvo una idea de cómo inquietar a Platense, salvo algunos embates a pura potencia de Méndez, el único jugador que desestabilizó un poco al Calamar.

Larriera demoró demasiado en romper el doble cinco defensivo. Está claro que el DT leproso no confía en sus relevos, que tampoco responden cuando ingresan. Aguirre pareció no sentir el tirón de orejas que lo puso en el banco y perdió casi siempre, aunque tuvo un remate desde afuera que pudo ser gol y desactivó el arquero rival.

Y Ramírez esta vez no pudo resolver el problema con su aporte goleador. Tuvo una sola chance al encontrar un rebote en el aire, pero su volea apresurada por el arquero se fue sobre el travesaño.

Y al final hubo impotencia dentro de la cancha y reprobación afuera. Porque Newell’s dejó dos puntos en el camino que al final pueden doler mucho.

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