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A disposición, pero el lunes

Mediante un escrito, uno de los dos integrantes de la banda Los Monos que no fue arrestado el martes anunció que se presentará en Tribunales. Para su abogado, la causa se convirtió en una "caza de brujas".

Por: Ana Laura Piccolo

Un joven de 23 años, sindicado como integrante de la banda Los Monos, que no fue encontrado durante los allanamientos realizados el martes pasado en los barrios La Granada y Las Flores, se puso a disposición de la Justicia y, mediante un escrito, indicó que se presentará el próximo lunes ante la jueza de Instrucción Raquel Cosgaya. El martes había sido desbaratada la cúpula de la banda, sindicada como la mayor organización delictiva que opera en la zona sur de la ciudad, en el marco de la investigación por la muerte del adolescente Walter Cáceres, quien fue baleado durante una emboscada perpetrada sobre la autopista Aramburu, frente a barrio Las Flores, en la madrugada del 4 de febrero pasado, cuando el fallecido volvía en colectivo junto a numerosos hinchas rojinegros luego de presenciar el partido entre Newell’s y Huracán en Parque Patricios.

La pesquisa que derivó en los operativos realizados el martes pasado comenzaron el viernes 5 de febrero, un día después de la fatal balacera, cuando una joven se presentó en el juzgado en turno, a cargo de Roxana Bernardelli, para denunciar que su concubino la golpeaba y que en la seccional 11ª no la atendían porque los policías conocían a su pareja.

Pero además, la mujer confió que había escuchado una conversación entre su concubino, Oscar Chino Fleitas, acerca de la emboscada ocurrida un día antes. Ese comentario, más el dato de que el Chino vendía drogas para Los Monos, fueron suficientes para pedir primero la captura de Fleitas y continuar la pesquisa con datos más precisos. Durante el primer fin de semana de febrero se allanó la vivienda de Fleitas, pero no fue encontrado. 

Quienes sí quedaron tras las rejas fueron tres hermanastros del Chino, Pablo A., y Emilio y Jonhatan C., quienes quedaron imputados como presuntos partícipes de la emboscada. Además fue arrestado un tío del prófugo, el policía Guillermo A., de 44 años, sospechado de haber entregado las armas para el ataque.

El gobierno provincial se hizo eco de la denuncia de la pareja de Fleitas y dispuso el cambio de jefes de la seccional 11ª y una investigación para aclarar los hechos. Días después, Fleitas se entregó en Tribunales.

La investigación continuó y el martes de la semana pasada personal de la división Judiciales de la UR II, de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) y de Seguridad Rural realizaron varios operativos simultáneos en los barrios Las Flores y La Granada, donde secuestraron un Mini Cooper, una Toyota Hilux doble cabina, un Peugeot 206, dos motos de alta cilindrada, varias armas de fuego, algunas réplicas, alrededor de 40 teléfonos celulares, cerca de 45 mil pesos y documentación.

En total fueron arrestadas 12 personas, entre ellos a Ariel Máximo Cantero, sindicado como líder de la banda Los Monos y conocido como “el Ariel”; su hermano Jorge y su hijo Claudio, conocido en la zona como Pájaro, quienes quedaron imputados de instigar el ataque.

En tanto, la policía continuó la búsqueda de al menos dos integrantes más de la banda, quienes no fueron hallados en sus casas al momento de los operativos. Uno de ellos, identificado como Daniel Alejandro D., de 23 años, presentó por intermedio de su abogado un escrito en el tribunal diciendo que se ponía a disposición de la jueza a partir del próximo lunes.

Colgarse la medalla

En tanto, el abogado Carlos Varela –defensor de los Cantero– dijo que las detenciones realizadas el martes pasado tienen más que ver con cuestiones “políticas” que con la investigación de la muerte de Walter Cáceres y acusó al “gobierno socialista” de querer “colgarse la medalla” de meter presos a los Cantero.

Algo parecido expresó Marcos Cella, abogado del muchacho que ayer se puso a disposición de la jueza Raquel Cosgaya, al indicar que en esta causa “existe un claro indicio de que se necesitan presos a cualquier precio, aunque sean inocentes o no tengan pruebas necesarias”. En ese sentido, el letrado sintetizó: “Son todos presos políticos”, en una causa que se convirtió en una “caza de brujas”.

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