Política

Justicia y corazón

Palabras para el “Gran Satán”: una despedida al juez Mario Juliano

Juliano sabía de la importancia de lo simbólico, tanto para lxs destinatarixs de sus resoluciones como quienes ocupan lugares de poder más concretos y aplican las propias.


Por Bernardette Blua, Co-coordinadora del Capítulo Santa Fe de la Asociación Pensamiento Penal

 

Ayer me desperté y las primeras canciones que escuché mientras me preparaba

para ir a trabajar fueron “De Nada Sirve” de NTVG y “Sobreviviendo” de Víctor Heredia. Por supuesto, yo todavía no sabía lo que había pasado, pero se ve que mi teléfono se adelantó y me quiso dar ánimos de antemano.

A pesar de que siempre digo que nadie es imprescindible, hoy me pregunto ¿qué consuelo queda cuando se va un imprescindible? Tal vez encuentre respuesta en aquello que Mario construyó y por lo que militó toda su vida: en lo colectivo.

Para aquellxs que trabajamos en el poder judicial, a veces resulta insoportable presenciar muchas situaciones: derechos impunemente vulnerados, personajes trajeados arruinando vidas ajenas y ocultándose detrás de escritorios, burócratas que se acostumbraron… Para algunxs solo se hace posible recorrer esos pasillos sabiendo que tenemos un grupo de compañerxs de militancia que nos apoyan y nos animan cuando nos sobrepasa esta realidad.

Otra gotita de miel la encontramos en saber que en este sistema tan violento como es el penal, también hay juecxs, funcionarixs y trabajadorxs como Juliano. Personas que forman parte del poder estatal más clasista y conservador, pero que lo saben y se incomodan por eso. Es lo que nos anima a seguir cuando se hace muy pesado: la esperanza de que las cosas puedan y deban cambiarse “desde adentro”.

Pero Mario era más que esto, era un compañero que estaba en todas, y no solo en relación al derecho penal. Él lo trascendía, él buscaba un mundo más justo, él realmente pensaba que de la Pandemia íbamos a salir mejores y trabajó para ello. Un juez solidario, incansable, siempre pensando en cómo seguir creciendo, plantendo cosas nuevas y habilitando proyectos desde APP. No terminábamos algo y ya estaba pensando en qué hacer después y cuando algo venía propuesto por él, nadie dudaba. Y no por una obediencia boba, sino porque el tipo era un estratega confiable, entonces lo que salía de  pensamientopenalsantafe@gmail.com www.facebook.com/appsantafe/ @appsantafe, tenía garantía de calidad y de que sacudiría aquellas cosas horribles pero que están naturalizadas. Y, mejor aún, habilitaba la mirada y la participación activa del otrx, tenga o no “título”.

Juliano sabía de la importancia de lo simbólico, tanto para lxs destinatarixs de sus resoluciones como quienes ocupan lugares de poder más concretos y aplican las propias.

Se expresaba con un lenguaje claro, filosamente irónico (a veces ofensivo para quien no lo conocía), burlón de la “Justicia paqueta” y alejada de la realidad que juzga todos los días.

Una vez caminé a su lado en Bell Ville, ciudad que había sido sede del Encuentro Nacional de APP. ¿Qué le puedo decir yo a Mario Juliano que le interese?, pensaba asustada en ese momento. Pero inmediatamente me relajé y seguí con la charla, porque realmente le interesaba lo que yo tuviera para contarle, sea lo que sea. Era así: humilde, pero no la humildad del que no se siente porque no hace, sino la humildad del que abre camino para dar la oportunidad parar otrxs hagan. Pido perdón por ni siquiera intentar ser objetiva, pero estoy enojada, porque no terminamos de reponernos de la pérdida de alguien que con su caso nos animaba a luchar por cambiar las cosas, como fue el de Cristina Vázquez, que tenemos que enfrentar otra. En el contexto de esta pandemia de mierda, todo sea hace más difícil, más doloroso, más desesperanzador.

Pero, como dije, el consuelo está en lo colectivo y seguiremos llevando la bandera de APP que este cuadro político que fue Mario Juliano creó, luchando por un derecho penal que deje de sumar dolor al dolor, por una justicia que se incomode con ella misma y por una academia que ponga los pies en el barro. Porque él hizo las cosas bien y no seguir con lo que pudo sembrar sería faltarle el respeto (respeto que él entendería no merece). El ejemplo está en que se trata de una persona que está siendo llorada tanto por presxs, víctimas, putas, penitenciarixs, operadores judiciales, investigadorxs, estudiantes, en toda la Argentina y la región… Yo realmente dudo que existan muchxs juecxs en esa situación.

Mario Juliano, vos sí que pusiste “el corazón sobre todo” hasta el final y sos un ejemplo para muchxs… ¡Nos estamos viendo, Gran Satán!

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