Paola Cándido
Luciano es electrodependiente. Tiene 10 años y padece encefalopatía crónica no evolutiva, una enfermedad neurológica que afecta la parte neurológica, motriz y con el tiempo se va agravando. Griselda, su mamá, contó a El Ciudadano que la Obra Social del Personal de la Actividad del Turf (Ospat) dejó de asistir a su hijo con los insumos que necesita para poder vivir, entre ellos un respirador: le “avisaron” que este viernes irán a su casa a retirarle los equipos.
“Me llamaron esta mañana de parte de quien brinda prestaciones a Ospat y me preguntaron si había leído los diarios. Le respondí que no. Entonces, me dijeron que desde el 1° de mayo mi hijo no tiene cobertura. No puedo creer con la informalidad que me avisan que no tengo prestaciones”, contó desesperada la mujer.
Y siguió: “Luciano está traqueotomizado, tiene asistencia mecánica respiratoria constante, con internación domiciliaria, asistencia de enfermería las 24 horas, visitas médicas diarias. Tenemos una terapia intensiva en mi casa. Se alimenta por un botón gástrico, a través de una bomba, porque no puede alimentarse por la boca”.
Griselda explicó el funcionamiento de la obra social Ospat: tiene su sede central en Buenos Aires, y se expande en todo el país, a través de prestadoras.
“Me dieron una nueva dependencia. Intenté comunicarme y nadie me atendió. Llamé a Ospat, a Buenos Aires, y tampoco me atendieron. Mi esposo fue hasta calle San Juan al 3000, que es la dependencia que nos toca ahora, y lo derivaron al Hospital Italiano. Allí un médico le dijo que el niño puede estar 12 horas internado y 12 en su casa”, detalló la mamá de Luciano.
Griselda contó que su hijo está postrado en una cama y para poder sobrevivir necesita de varios insumos: respirador, aspiradores, concentrador de oxígeno y un oxímetro, entre otros.
“Les conviene que mi hijo esté internado en un sanatorio porque para la obra social es menos costoso. Hoy, alquilar un respirador sale unos 100 mil pesos por día”, remarcó la mamá de Luciano.
La mujer contó que tampoco cuenta con una ambulancia para trasladar a su hijo: “Le pueden dar convulsiones sin cesar y no sé qué voy a hacer. Pero en la obra social me hicieron el descuento como todos los meses”.
Griselda y su esposo están desesperados y dijeron que “están jugando con la vida de su hijo”. “Es una locura por la que estamos pasando. Nadie nos da una solución”, señaló.
Figurita repetida
A fines del año pasado, Griselda le salvó la vida a su hijo: tuvo que asistirlo de urgencia e improvisar una birome como insumo, por falta de equipos que la obra social no le había entregado.
La mujer recordó ese día y relató que “después de tanto reclamar a la obra social, tuve que asistir a Luciano. Lo encontré morado porque la traqueo se tapó. Suele suceder pero se soluciona cambiándola. Bo tenía insumos y tuve que aspirarlo, retirar la traqueo y poner el tubo de plástico de una birome. Lavar el traqueo y volver a ponerla. No tenía otra cosa”.
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