La dirigencia del campo viene sufriendo mutaciones desde el conflicto por la resolución 125, casi una década atrás. En aquel momento, Federación Agraria Argentina (FAA), Sociedad Rural, Coninagro y CRA se unieron contra el proyecto de retenciones móviles del gobierno de Cristina Kirchner, que terminó fracasando por el voto “no positivo” del entonces vicepresidente Julio Cobos.
Hoy, con Mauricio Macri al frente del Ejecutivo nacional, en la mesa de enlace las diferencias se colocaron por encima de las coincidencias y FAA, a cargo de Omar Príncipe, decidió romper la unidad. En diálogo con El Ciudadano, el titular de Coninagro Santa Fe, Marcelo Braidot, consideró que “hay que potenciar la unidad de las entidades agrícolas” y cuestionó la actitud de Príncipe: “No creo que sea una decisión de las bases”.
En el marco de la presentación del libro de Coninagro “El campo y la política III” realizado en el hotel Savoy, Braidot apuntó al “costo impositivo de la mano de obra” como principal motivo por el cual las economías regionales no son rentables.
—¿Cómo tomaron la decisión de la Federación Agraria de romper con la mesa de enlace?
—Es una decisión de su conductor por su ideología y puntos de vista. No creo que las bases piensen lo mismo. Tenemos que potenciar la unidad de las entidades agrícolas para que la voz que negocia con el gobierno sea una sola. Tenemos que limar las asperezas porque la unidad le haría bien al sector, que persigue los mismos fines.
—La devaluación, ¿ayudó a mejorar la situación de las economías regionales?
—Ayudó en un principio pero una vez en marcha el aumento del dólar hizo subir los costos. El principal problema de las economías regionales es el costo impositivo de la mano de obra. Estas actividades ocupan mucha mano de obra y lo que percibe el empleado es poco en comparación con lo que se paga. Casi el 50% de lo que se paga por empleado se lo llevan los aportes patronales. El transporte también genera mucho gasto.
—Por eso la importancia de desarrollar el ferrocarril…
—Sin lugar a dudas el tren de cargas es la única alternativa de abaratar costos de transporte. Además, descongestionaría las rutas. Si queremos aumentar la producción, el camión tiene que transportar a distancias cortas y el tren a distancias largas. Esto permitiría que sea más sustentable producir lejos de los puertos.
—¿Qué hace falta para que el campo genere más trabajo y arraigo?
—Se deben generar las condiciones para que la materia prima se procese en las mismas localidades del interior. En muchos pueblos se carece de infraestructura básica como energía eléctrica y gas natural. Es una materia pendiente que generaría empleo en el interior y descongestionaría las grandes ciudades.
—La quita de retenciones, ¿llegó en un 100% al productor o favorece más a los exportadores?
—Sirvió para desahogar al productor, que no tenía más viabilidad y venía con una carga de deudas muy difícil de frenar. Pero actualmente es el mercado el que está fijando los precios de los commodities y esperamos una nueva quita de retenciones a la soja para que los lugares más alejados de los puertos puedan sembrar ese cultivo.
—Pero, ¿quitarle retenciones a la soja no favorece el monocultivo?
—No afectaría porque a otros cultivos ya se le quitaron todas las retenciones. Esto potenció sobre todo al maíz, que nos ayuda a cuidar más el suelo. Pero lo más importante para que la tierra sea cultivable a largo plazo es que los granos sean transformados en carne, para favorecer la ganadería y que no sea todo producción agrícola.
