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Decisión política, judicial y deportiva

Por la crisis económica, llegó el ajuste a Newell’s

La presión del juez Fabián Bellizia fue fuerte para recortar el plantel, reducir el presupuesto y achicar la deuda.


La crisis económica en el Parque no es un tema nuevo, pero se evidenció fuerte en el pasado semestre a partir de los conflictos que se generaron fuera de la cancha. Con paro de jugadores y empleados del club, declaraciones cruzadas de directivos con el técnico y el plantel -comunicados de por medio-; y una presión judicial para hacer un ajuste a la hora del mercado de pases que no se había evidenciado en ocasiones anteriores.

Casi milagrosamente, lo deportivo pudo sobrevivir a un problema financiero muy grave y Newell’s pudo engrosar el promedio, ingresar a la Copa Sudamericana y pelear palmo a palmo con los más poderosos de bolsillo. Y si no hubiese sido por el desgaste de la exposición pública de las discusiones internas, tal vez incluso hubiera ingresado a la Copa Libertadores.

La situación no es sencilla. El pasivo declarado en el último balance asciende a 264 millones de pesos, y en el que cerró el pasado 30 de junio y aún no sometido a Asamblea para su aprobación la deuda sería aún mayor. No hay dudas que hay una asfixia financiera que no le da margen de maniobrabilidad a la dirigencia, que tiene que pegar “manotazos de ahogado” para solucionar “la diaria” como el pago de sueldos. Así, la venta del 50 por ciento del juvenil Ezequiel Unsain por sólo 300 mil dólares limpios generó enormes cuestionamientos y algo similar estuvo a punto de suceder con otra promesa, Milton Valenzuela, pero la demora en el grupo inversor español en pagar los 750 mil euros por la mitad del pase, obligó a la dirigencia a dar marcha atrás a partir de los tres buenos partidos que tuvo el lateral en el cierre de torneo.

“La situación económica es muy grave”, reconoció finalmente el presidente Eduardo Bermúdez, tras un año donde cada vez que se cruzó con un micrófono habló de un club que estaba “bárbaro”. Obviamente las declaraciones del mandamás leproso iban en contra de las corridas del tesorero Alberto Sauro y del protesorero Carlos Cantarelli, que en muchas ocasiones tuvieron que dar la cara con Futbolistas Argentinos Agremiados y con el plantel para calmar la bronca por una deuda grande y promesas incumplidas.

Reconocer públicamente el problema fue sólo un paso. La medida más importante para comenzar a actuar fue recortar el presupuesto del plantel. La presión ejercida por el juez Fabián Bellizia fue grande y además solicitó buscar soluciones a las deudas en dólares con Sunderland y Cruz Azul, que amenazaban con un reclamo vía Fifa que podía provocar inhibición del club y hasta pérdida de puntos.

Scocco y Formica, más de 60 millones de pesos cancelados

El magistrado que maneja el salvataje leproso se puso más firme que nunca. Y le solicitó a los directivos vender a Scocco para cancelar los 2,4 millones de dólares adeudados al club inglés, de los cuales 600 mil estaban vencidos desde septiembre de 2016. Fue tal su ingerencia en el tema que River, uno de los interesados, le acercó una oferta al juzgado antes que a la dirigencia. No importó lo deportivo. A Bellizia le alcanzaba con cancelar la deuda. Y finalmente Nacho fue transferido por 2,8 millones de dólares brutos (2,2 millones limpios aproximadamente). Y la deuda con Sunderland quedó prácticamente cancelada. Y además, para que la negociación sea más favorable, el jugador resignó cobrar 600 mil dólares que el club le adeudaba. Así, en un abrir y cerrar de ojos la Lepra canceló ¡50 millones de pesos!

Con la venta de Scocco y Formica cancelaron deudas y se achicó el presupuesto. (Foto: Juan José García).

Algo similar sucedió con Mauro Formica. Si bien el Gato, al igual que Scocco, había manifestado diferencias con la dirigencia y ese parecía ser el motivo de su salida, la realidad es que su venta a Pumas le permitió a Newell’s cancelar 300 mil dólares adeudados con atraso a Cruz Azul; terminar con la deuda que había con el jugador; y quedarse con unos 400 mil dólares residuales. Otros 13 millones de pesos que desaparecieron del pasivo.

Ajuste en el plantel

Un paso necesario para iniciar un buen ajuste fue meter mano en el plantel. La Lepra se vio obligada a traer refuerzos costosos para salir de un apremio en los promedios, pero muchos de estos jugadores terminaron en el banco y terminaron siendo un gasto innecesario.

Por eso, apenas concluido el torneo llegó el ajuste. Una fuerte reducción del plantel. En algunos casos, obligada. Y en otros, consensuada deportivamente entre Bermúdez y el Chocho Llop. Así, además de Formica y Scocco, se fueron Facundo Quignon (con una opción de compra de 2,2 millones de dólares impagable), Néstor Moiraghi (el juez no autorizó a pagar los 450 mil dólares del pase); Sebastián D’Angelo, Germán Voboril, Sebastián Prediger, Eugenio Isnaldo, Fabricio Formiliano, y Sebastián Domínguez, a quien no se le renovó el préstamo.

Diez sueldos importantes, algunos de los más altos del plantel, que permiten reducir considerablemente el presupuesto mensual. Y si bien se sumarán seis o siete refuerzos, el dinero destinado a esos contratos es muy inferior al que se pagaba por los que se fueron. En un cálculo estimado de la dirigencia, la Lepra pagaría unos 12 millones menos por sueldos y primas en el segundo semestre de 2017.

Agremiados, AFA y Superliga

De enero a esta parte Futbolistas Argentinos Agremiados se metió de lleno en el problema de Newell’s con el plantel. Si bien Gerardo González siempre estuvo cerca de los jugadores y buscó consensuar la deuda con la dirigencia, en enero la presencia de Sergio Marchi en la pretemporada en Mar del Plata fue el inicio de una relación complicada entre el gremio y los directivos.

Marchi, con el aval de los jugadores, habló siempre de promesas incumplidas. Y muchas veces se cruzó con Eduardo Bermúdez, quien incluso no quiso recibirlo allá por el mes de abril cuando el líder gremial llegó a Rosario para resolver el problema de atraso de sueldos. Cheques devueltos o retenidos, pagos fuera de término y enojo de los jugadores fue una constante del semestre.

Y para evitar una segunda parte del año tumultuosa, el lunes el protesorero Carlos Cantarelli viajó a Capital para reunirse con Marchi, quien había incluido en la orden del día de la reunión de Comité Ejecutivo de AFA la deuda de Newell’s y Banfield con los jugadores. “Hay muchos clubes que deben como nosotros y Agremiados actúa distinto. Incluso hablan de una deuda que es el doble de lo real”, se quejó un directivo ante la consulta de El Hincha.

¿La realidad? La Lepra le debe al plantel en concepto de primas del primer semestre de 2017, más sueldos de mayo, junio y aguinaldo, una cifra cercana a los 20 millones de pesos. Y Cantarelli llevó una propuesta de pago de esa deuda con cheques que están respaldados por pagos genuinos que deberá recibir el club, como los 500 mil dólares que Colón entregará por la compra del 50 por ciento de Guillermo Ortiz (8,5 millones de pesos), cobro de plata de la Superliga (desde julio la Lepra recibirá cerca de 7 millones de pesos por mes) y otros ingresos comprobables. Si Agremiados acepta, Newell’s podrá inscribir a los refuerzos. Caso contrario, deberá conseguir dinero con mayor celeridad.

Un detalle que molestó en el Parque fue el dinero que debía enviar AFA por pagos de TV. De los 7 millones que esperaba la dirigencia apenas se acreditaron 650 mil. ¿El motivo? La entidad de calle Viamonte decidió cancelar con ese dinero la deuda que Newell’s mantenía en AFA, pero que estaba acordada pagar en cuotas con un convenio realizado en diciembre del año pasado. Lo mismo sucedió con otros clubes, aunque en muchos casos, el dinero no les alcanzó a pagar la deuda ya que es mucho mayor.

“No debemos nada en AFA”, declaró el vice Cristian D’Amico. Y es real, aunque desde el juzgado de Bellizia consideraron que esta decisión arbitraria de AFA fue incorrecta e incluso no se descarta que envíen un oficio a AFA para que envíen el dinero, del cual el juzgado retiene el 15 por ciento para pago a acreedores.

La interminable deuda López

El salvataje financiero fue la única solución posible para que el club funcione desde 2009 a partir de la deuda del período Eduardo López, que amenazaba con dejar al club sin margen de maniobra financiero. Incluso los 72 millones de pesos, que lógicamente se fueron ajustando con los años, terminó siendo una cifra mucho menor a la que amenazaba con consolidarse si se aceptaban cada uno de los reclamos.

Pero entrar al salvataje tuvo sus riesgos. Hoy el juez Bellizia se puso más firme que nunca a la hora de aprobar la llegada de refuerzos e incluso obligó a la venta de Scocco. Y la Lepra sabe que esto se prolongará con el tiempo, ya que el final de la historia será recién en mayo de 2021.

Newell’s debe pagar unos 20 millones de pesos por año en la Justicia. Y el juez retiene para llegar a esa cifra un porcentaje de venta de jugadores, ingresos por publicidad o marketing, dinero de la televisión, pagos extraordinarios de AFA como derechos de formación, y otros. Así, se garantiza con anticipación tener el dinero para pagar cada cuota semestral.

En ese sentido, Bellizia ya tiene en la cuenta judicial el monto que la Lepra deberá pagar en el segundo semestre. Ahora, habrá que juntar para el 2018, ya que vencen 5 millones de pesos en abril y 16 millones en octubre.

A potenciar juveniles

A la hora de pensar cómo achicar la deuda, la Lepra carece de un recurso que a otros clubes le dio oxígeno en los últimos dos años: la venta de jugadores. Tras el traspaso millonario de Ezequiel Ponce en 2015 (dinero cobrado en su totalidad), el club del Parque no tuvo ingresos importantes por transferencias. Scocco (2,8 millones de dólares) y Formica (750 mil dólares) fueron para cancelar deudas; Unsain (300 mil por el 50 por ciento) apenas sirvió para pagar gastos corrientes; y los 500 mil dólares por la mitad del pase de Ortiz y los 250 mil por el mismo porcentaje de Francisco Fydriszewski llegaron casi de manera inesperada, por jugadores que se prestaban sin demasiada expectativa.

Pero a la hora de repasar el plantel leproso, la realidad indica que los juveniles con partidos en primera aún no están consolidados para pensar en ventas millonarias. Salvo Milton Valenzuela, por quien se ofreció 750 mil euros por el 60 por ciento del pase, o Nehuén Paz, por quien la dirigencia pretende un palo verde, hoy hay poco para vender.

River quiere a Denis Rodríguez, pero 1,5 millón de dólares por la mitad de la ficha es mucho para los de Núñez y pretenden un préstamo. Y si bien Franco Escobar (alguna vez hubo una oferta de un millón por el pase), Jalil Elías, Brian Rivero, Héctor Fertoli, Matías Tissera y Mauricio Tevez ya suman varios partidos con la rojinegra, la realidad indica que necesitan mostrarse más para aspirar a una venta importante.

Héctor Fertoli, una de las apuestas entre los juveniles que buscan ser potenciados. (Foto: Alejandro Guerrero).

Apostar a inferiores era una premisa de esta dirigencia. Y la presencia de Martín Mackey en Bella Vista una pata fuerte de la campaña electoral. Pero los resultados no llegan rápido. Mucho menos cuando la necesidad relegó a los juveniles para sumar puntos. Ahora parece ser un buen momento, aunque la dirigencia debería enviar un fuerte mensaje hacia afuera, porque sino una vez más los resultados condicionarán al entrenador y los pibes podrían quedar otra vez relegados. Y así, lo único que se potenciará es el valor de los refuerzos que llegan a préstamo, como pasó con Quignon o Moiraghi.

El ajuste llegó al Parque. Por convicción, por necesidad, o por presión judicial. No importa el motivo. La deuda es grande, la plata no alcanza y la única solución es achicar. Y si bien lo deportivo puede resentirse, no hay alternativa.

REVÉS PRESUPUESTARIO

La dirigencia sufrió un revés a la hora de aprobar el presupuesto 2017/18 y ahora deberá manejarse con el del año pasado incrementándolo en un 15 por ciento. Deberían transferirse jugadores por 4,5 millones de dólares para equilibrar las cuentas. Hubo que ajustar los que se presupuestó para pago de sueldos y primas, algo que ya se proyectó reducir en un 35 por ciento. La dirigencia definirá la marca de indumentaria que vestirá al equipo desde el próximo año.

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