El gobierno de Hermes Binner tomó la decisión de volver a concesionar la autopista Santa Fe-Rosario a un operador privado. Aufé dejará de prestar servicios el 28 de junio, cuando se hará cargo una unidad ejecutora provincial de manera transitoria. El pliego de la licitación está en manos de Fiscalía de Estado, que revisa la conveniencia de remitirlo -o no- a la Legislatura. La Concesión se hará por 10 años.
El ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, Antonio Ciancio, lo confirmó esta mañana a diputados provinciales durante un informe que ofreció en el despacho del presidente de la Cámara baja, Eduardo Di Pollina.
Junto al subsecretario de Obras Públicas, las autoridades reconocieron que no hay crédito ni inversores que aporten obras como condición contractual, por lo que el esquema prevé primero recaudar y avanzar con obras paulatinamente.
El personal de Aufe será indemnizado pero en el pliego se incluirá la obligación del nuevo concesionario de tomarlo como plantel de la nueva prestadora. El mismo grupo de gente trabajará para la unidad ejecutora transitoria; el gobierno provincial espera que “bastante antes de fin de año” esté todo en manos del nuevo prestador.
Primero hay que pagar
El borrador del nuevo contrato prevé el cobro de peajes en un esquema similar al actual, pero con mayor tecnificación y descuentos para los usuarios santafesinos que adhieran al telepeaje y para el transporte de pasajeros. Ambulancias y organismos de seguridad tendrían libre paso.
La recaudación se distribuirá entre el concesionario y un fondo de obras que se conformará con el canon. Sólo progresivamente y en la medida que los fondos lo permitan, se desarrollará un programa de obras que privilegiará la repavimentación completa de la doble calzada.
El pliego contempla la construcción de la tercera vía en cercanías de Rosario y Santa Fe, nuevos accesos a San Lorenzo y Capitán Bermúdez y la solución del “nudo vial” que se genera en las colectoras contiguas al puente sobre el Salado, en la zona de clubes y countries.
Los sistemas inteligentes de señalización y los postes de socorro cada 6 kilómetros están contemplados en sucesivas e indeterminadas etapas. Se contempla también una estación para el control de cargas.
Además se prevé convertir a la autopista en un “corredor biológico”. Ya no se permitirá la siembra de soja en las banquinas, por el impacto del uso de agroquímicos. En cambio se plantarán 15 mil ejemplares arbóreos de especies consistentes con la topografía.
Fuente: ellitoral.com
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