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Sombra narco

Tiene domiciliaria por enfermedad, pero pide trabajar

El Tuerto Cárdenas, sindicado narco de la zona noroeste y con vínculos con la barra brava de Central, cumple arresto domiciliario por una enfermedad desde diciembre pasado por el crimen del célebre traficante de drogas Ramón del Valle Padilla, alias Tuerto Boli.


El Tuerto Cárdenas, sindicado narco de la zona noroeste y con vínculos con la barra brava de Central, cumple arresto domiciliario por una enfermedad desde diciembre pasado por el crimen del célebre traficante de drogas Ramón del Valle Padilla, alias Tuerto Boli. En una audiencia de apelación, la defensa ratificó su pedido de salidas laborales argumentando que, al no poder trabajar en su fábrica de aberturas, está a punto de quebrar. Mientras que la Fiscalía se opuso, el camarista Carlos Carbone hizo notar una contradicción en la solicitud: si está en reposo en su casa por una enfermedad, no puede trabajar. De todas maneras, difirió por un mes su decisión y emplazó a la Fiscalía a definir la situación de fondo de la acusación que pesa sobre Cárdenas, mientras que requirió un nuevo informe médico sobre su estado de salud y que se determine cuál es su actividad laboral.

Detenido

Cárdenas, de 44 años, fue detenido el 23 de octubre del año pasado en una estación de servicios de Circunvalación y Juan José Paso luego de que un custodio lo acusara de amenazarlo. Fue indagado al día siguiente por el crimen de otro Tuerto, Boli, condenado como dueño de la primera cocina de cocaína desbaratada en Rosario –a principios de 2008– y quien fue asesinado a tiros mientras se desplazaba en un Chevrolet Astra por Donado al 300 en diciembre de 2012 mientras estaba en libertad condicional. En aquel momento trascendió que Cárdenas estaba a la vez “mencionado” en otros cinco homicidios, en los barrios Hostal del Sol, Emaús y Parque Casas.

En diciembre pasado, su defensor, Germán Mahieu, logró un arresto domiciliario para Cárdenas a partir de la diabetes que padece. Luego presentó un pedido de salidas laborales que fue denegado por el juez de Instrucción Luis María Caterina, por lo cual ayer hubo audiencia apelatoria ante la Cámara Penal.

Defensa

La defensa sostuvo que la denegatoria no tenía fundamentos y explicó que su cliente se está fundiendo al no poder trabajar en su fábrica de aberturas. Sobre la cuestión de fondo, dijo que las únicas pruebas son testimonios de la madre y la hermana de Padilla, a quienes atribuyó condenas por comercialización de drogas y quienes lo acusan porque Boli les dijo que si alguna vez le pasaba algo seguramente Cárdenas estaría detrás, dijo el abogado. Añadió que el cruce de antenas telefónicas no puede determinar que el celular del acusado hubiese estado en la escena del crimen y también cuestionó que le atribuyan a la vez autoría material e intelectual, por lo cual su cliente “no sabe cómo defenderse”.

Objeción

A su turno, la fiscal de Cámaras Cristina Rubiolo se opuso al pedido de la defensa: describió que la domiciliaria fue otorgada como medida excepcional, que se dispuso nuevo dictamen médico, y que el fiscal de primera instancia Enrique Paz sostiene que en un mes tendrá lista la acusación.

A su turno, el magistrado Carlos Carbone opinó que una prisión domiciliaria por salud y una morigeración laboral podrían verse como una contradicción: si tiene problemas de salud cómo podría trabajar.

Además, el magistrado consideró que no existen informes médicos actualizados ni constatación efectiva de la actividad laboral del acusado, y señaló que hay un testimonio que sostiene que incumplió al arresto domiciliario. Por ello, el magistrado dispuso un paréntesis de 30 días para resolver el pedido realizado por la defensa del acusado, luego de determinar a qué se dedica Cárdenas, su estado de salud real y esperar la acusación final de la Fiscalía.

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