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Sandro sigue mejorando

La familia ya está buscando posibles moradas en la provincia. La madre del joven donante de los organos, habló en Caras.

Roberto Sánchez pasó su quinta noche postrasplante con tranquilidad y su evolución sigue siendo favorable. Por ahora el cuerpo del cantante aceptó con normalidad los pulmones y el corazón que le fueron donados por un joven de 22 años, catalogado por los médicos como “el mejor donante” que podría haber tenido El Gitano. La familia analiza los posibles lugares donde se instalará Sandro una vez que deje el hospital, Chacras, Palmares y Dalvian, son las localidades mencionadas.

La mamá del donante habla en la Revista Caras.

“Mi hijo no pudo aprender a vivir pero pudo ayudar a que otros lo hagan”, dijo la progenitora del joven que donó sus pulmones y corazón a Sandro.

La revista Caras publicó un artículo referido al donante de los órganos si bien no está permitido revelar la identidad del donante, lo revelador está en las circunstancias que llevaron a que una muerte se convirtiera en una vida que continúa.

Dice el artículo de la revista: “El joven convivía con un enemigo silencioso llamado esquizofrenia. Como en la mayoría de los casos de las personas que padecen este cuadro psiquiátrico, la enfermedad se manifiesta en la adolescencia. Se trata de un grupo de trastornos mentales crónicos que afectan alrededor del 1% de las personas y producen alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad y, en consecuencia, dificultades para mantener conductas motivadas y una casi inevitable disfunción social. Quienes lo conocieron aseguran que era una persona reservada, con dificultades para integrarse grupalmente. En el último tiempo, no salía demasiado del departamento donde vivía con su madre y su hermano menor Su compañero más estrecho era un labrador dorado, que paseaba a diario, casi siempre por la noche. No era la primera vez que intentaba poner fin a su vida. Sin embargo, la sorpresa y el dolor arrasaron a sus familiares y amigos y, en especial, a su madre, quien compartió con él el ostracismo final En un testimonio exclusivo, habla del consuelo de una tragedia que se convirtió en un milagro popular”.
El muchacho tenía 22 años, padecía esquizofrenia. Hijo de un cardiólogo y una profesora de francés, era delgado, de buena contextura física y buena salud. El jueves 19 ingresó a la guardia del Hospital Italiano de Almagro con una herida de bala en la cabeza, los médicos le declararon muerte cerebral. A 30 cuadras del lugar, en el Instituto del Diagnóstico de Barrio Norte, estaba Sandro, quien esperaba desde hacía ocho meses un doble transplante de corazón y pulmones, y estaba primero en la lista de emergencia del INCUCAI.

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