El Hincha

A ponerse el chip del Apertura

La ilusión de la Copa para el rojinegro terminó. El miércoles por la noche en Guayaquil la Lepra chocó contra la dura realidad, se despertó del sueño continental y, a partir de ahora, deberá volver a focalizar sus cañones en el Clausura doméstico. Un regreso cargado de bronca

Por Federico Cánepa

Hace unos días, el domingo más precisamente luego del triunfo ante Boca, el técnico Roberto Sensini le dijo a este diario que había que sacarse el chip del torneo y tenían que apuntar a la Copa. Pues bien, a la fuerza y por obligación deberá ponerse nuevamente el chip del Clausura sino quiere navegar por la intrascendencia en lo que resta de campeonato.

Y quizás sea lo mejor que le pudo haber pasado a Newell’s. No para los dirigentes, porque la Copa da dinero, que tanto se necesita por estos días en el club y prestigio. Tampoco para los jugadores, porque jugarla significa una vidriera internacional innegable. Y mucho menos para los hinchas, que tienen esa ilusión y sueño a flor de piel.

Pero sí para el conjunto en general. Y esto es quizás lo más difícil de entender, aceptar y sobrellevar. Porque si algo quedó en claro en estos dos partidos ante el Emelec es que más allá de los dichos (desde la dirigencia afirmando que había jugadores para apuntar a los dos frentes y del cuerpo técnico con las palabras de Sensini) este no es un plantel para jugar dos torneos a la vez.

Sensini tendrá que levantar el ánimo del plantel y reapuntar al Clausura | Archivo.
Sensini tendrá que levantar el ánimo del plantel y reapuntar al Clausura | Archivo.

Sin entrar en actuaciones puntuales en forma individual o errores colectivos, hay muchos lugares en donde no está el recambio y a la larga en un calendario tan acotado se hubiera sentido e indefectiblemente dejado de lado el torneo local. Que en definitiva es lo que te permite jugar a nivel internacional. Y si se mira desde ese lado, una campaña aceptable de 23-25 puntos estaría catapultando a la Lepra a la Sudamericana en el segundo semestre del año.

Y a la hora del balance, haber participado, aunque aún un fuera la zona de grupos, en Libertadores y estar en la Sudamericana en el mismo año, no es poca cosa. Se vería como un gran logro y una continuidad internacional nada sencilla de lograr.

Parece difícil y hasta en vano querer explicarle por estas horas al hincha que quedar fuera de la zona de grupo de la Libertadores no es lo peor que podía pasarle a Newell’s. Porque viéndolo de otro punto de vista, en el Clausura el triunfo ante Boca cambió los aires y puso de pie al equipo. Se está a sólo tres unidades de la punta.

Una punta que tiene a un Godoy Cruz que parece ser más una golondrina de verano que una estación en lo más alto de la tabla. Un Vélez que sí, es quizás el único capaz de afrontar los dos torneos de la misma manera. Después Estudiantes, el mejor equipo argentino, demostró el Apertura pasado que con otro objetivo a la vista el plantel sufre el recambio. River sigue en medio de sus dudas, ni hablar de Boca. Racing que se reforzó muy bien estará para la lucha de sumar por el descenso y eso puede desviarlo de la pelea grande. San Lorenzo ya perdió demasiado (dos de tres si se tiene en cuenta que el promedio de derrotas es de cuatro, parece ser mucho).

Tan sólo Independiente, junto a lo dicho de Vélez, parece ser de lo más firme y sólido por estos días. Si se tiene en cuenta que Newell’s mantuvo la base del sub-campeón, le incorporó a Estigarribia y Alayes porque no pensar en enfocar la mira hacia otro destino, cambiar el chip y apuntar todo a soñar con un gran Clausura.

Para ello sí demostró que tiene con qué. Más allá de haber perdido nuevamente a un pilar como Mateo y tener que corregir algunos errores puntuales, ya sabe que puede. Y tiene un gran hándicap a favor. Ya peleó el torneo anterior y en circunstancias parecidas, seguramente no repetirá fallas.

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