Espectáculos

El Cigala deleitó con sus versiones de Tango

Debut en Rosario de Diego El Cigala con sus versiones de "Cigala & Tango". Quedaron las ganas de escuchar clásicos del flamenco en su voz maravillosa y la certeza de la aceptación de los rosarinos. Por Patricia Dibert

Hoy está El Cigala

De la platea al paraíso el teatro está colmado. Gente de todas las edades, un público con ganas de hacer palmas y de escuchar. Diego El Cigala debutó en el Teatro Fundación Astengo con entradas agotadas. La banda comenzó a tocar, comandada por el guitarrista flamenco más solicitado del panorama flamenco actual, muchacho de Jeréz, hijo de músicos: Diego del Morao. Al piano Jaime Colabuch, experto en los pases de jazz y flamenco. Yelsy Heredia es contrabajista cubano, experto en voces de rumbas. Sabú Porrina toca percusión, pero lo suyo es sin lugar a dudas, el cajón que caracteriza al género. Para algunos temas el bandoneón ausente en el concierto fue reemplazado por violín.

Si bien muchos esperaban un concierto a la manera de un tablado, El Cigala vino a presentar el disco Cigala y Tango, grabado en Buenos Aires con el aporte del bandoneón de Néstor Marconi.

Flaco, trajeado, de largos rulos en la espalda, y manos largas coronadas con anillos brillando y porte de bailarín andaluz. El Cigala hizo su entrada para cantar “Garganta con arena”, la ovación obligó a posponer el comienzo del tema de Cacho Castaña. “Que Dios os guarde y os bendiga”, fue el saludo del cantaor, y los 1200 rosarinos presentes respondieron al afectuoso saludo.

Los tangos se redimensionan en la manera de cantar de este madrileño de gran proyección dentro y fuera de España. “Las cuarenta”, “El día que me quieras”( en versión similar a un bolero), “Tomo y obligo”, “Sus ojos se cerraron”, “En esta tarde gris”, “Alfonsina y el mar” (casi un vals), el gran momento de profundidad de “Nostalgias”, después siguieron “ Soledad”(los arroyos están secos, en las calles hay mil huecos que te gritan sin cesar….), una celebrada versión de “Inolvidable”, “Dos gardenias”  y la sobresaliente “Youkali” donde el tango habanero de Kurt Well se escucha entremezclado con “Libertando de Piazzolla, sorpresa auditiva y de interpretación del concierto y del disco.

El Cigala marca con las palmas los temas, bebe naranja (¿sola?), y hace percusión en sus piernas o en la mesa próxima. Se ríe, está contento y da la impresión de no quedarse quieto ni un instante. “Te quiero” le grita una muchacha. “Dime cuánto debo pagarte”, responde él.

Algunas personas pedían “Nieblas del Riachuelo”, pero ante la ausencia de Bebo Valdés el Cigala regaló “Lágrimas Negras” y las dos horas de concierto fueron un deleite para quienes por primera vez se aproximaban a su interpretación.

En muchos quedaron ganas de más flamenco. “La bien pagá y “Se equivocó la paloma” sirvieron para saldar parte de la deuda, también  para comprobar que el vuelo interpretativo de Diego El Cigala en bulerías y tangos flamencos es diferente a su manera de cantar nuestros tangos. Porque quizás para un primer encuentro, el repertorio de tangos suene demasiado familiar para nosotros y las ganas de escuchar aires de Camarón de la Isla en fandangos, bulerías y alegrías quedan pendientes para una próxima visita, que seguramente se realizará después de quedar claro que hay público con ganas de disfrutar de El Cigala.

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