Espectáculos

Sigue en la incertidumbre el concierto de Domingo en el Colón

Trabado por el conflicto del  Colón, recién esta tarde se sabrá si el tenor canta mañana, en el teatro y en la 9 de Julio, o  si habrá cambios. La Orquesta Estable y la Filarmónica se niegan a tocar en el teatro.

Plácido Domingo con la santafesina Virginia Tola

A pocas horas de su anunciada realización sigue la incerdidumbre sobre la actuación, mañana, de Plácido Domingo en Buenos Aires, nueva víctima del conflicto del Teatro Colón. Según dijo ayer el propio tenor español en una varias veces demorada conferencia de prensa (primero se anunció para la 1 de la tarde, luego para las 17 y finalmente se inició a pasadas las 18) recién hoy a las 13 se sabrá si se hace y, en ese caso, cómo será la presentación, por la férrea negativa de los integrantes de la Orquesta Estable y la Filarmónica a tocar, sobre todo, dentro del teatro. «Hay tres posibilidades», explicó un sereno y ecuánime Domingo, «que el concierto se haga tal como estaba previsto, una parte en el Colón y otra en el Obelisco; que se haga sólo la parte al aire libre, o directamente se posponga».

Según el tenor, que lideró la conferencia de prensa junto a Pupi Sebastiani, titular de la Fundación Beethoven, organizadora de este concierto («con el Gobierno de la Ciudad como principal sponsor»), el director de Orquesta Eugene Kohn y la soprano Virginia Tola, él se enteró de que su recital corría peligro por una nota que alguien le envió hace 10 días, pero hasta el momento de la conferencia, todavía no se había reunido con autoridades del teatro oficial. «Haré todo el esfuerzo posible para hablar con las personas que tengan la responsabilidad, porque el problema es más delicado de lo que parece». prometió. Y, componedor, afirmó también: «entiendo a las dos partes. Tanto los derechos de los sindicatos», a quienes «algo se les ha quitado, y eso es parte del problema, y a las autoridades del Cólon, porque sé que cada vez es más difícil mantener un teatro».

Domingo contó también que, pese a que no pudo realizar el ensayo que él creía pactado para las 18, se había reunido ayer con la orquesta, a la que «le expresé que estoy con ellos, de cualquier manera». Dicho lo cual, deslizó que existe la posibilidad de traer músicos de las provincias para que lo acompañen en su concierto.

Luego de expresar su deseo de que «se arregle todo para que este teatro comience a funcionar de manera extraordinaria», y también su admiración por el Colón, «al que siempre puse de ejemplo por el profesionalismo de su gente», Domingo, dijo que pase lo que pase, «no voy a dejar de visitarlo».

Más allá de la incertidumbre sobre el concierto de Plácido Domingo, el conflicto en el Colón ha vuelto a demostrar la gravedad de un callejón sin salida. Si bien la historia de enfrentamientos gremiales con las autoridades políticas no es nueva, esta vez se ha llegado como nunca antes a posiciones irreductibles que, con el estado actual de las cosas, y de los protagonistas, parece imposible de resolver. Todavía es imposible saber qué bajas deberán producirse para empezar a encontrar una vía de solución, ya que de persistir los mismos no la hay.

Es sabido, extraoficialmente, que en estos días hubo largas negociaciones a puertas cerradas entre algunos representantes de ATE y del gobierno, pero la irreductibilidad no es patrimonio de una de esas partes sino de las varias posiciones encontradas que hay dentro de ellas, en especial del sindicato. Entre los músicos no directamente afiliados, aunque comprometidos por solidaridad, reina la angustia. No son pocos los que desean que esto se resuelva lo más rápidamente posible. Un artista sin actuar, obvio es decirlo, malgasta su carrera. Y cualquier paso en falso sería muy nocivo porque las represalias podrían llegar desde cualquier rincón. El Colón no sólo debe sanear su estructura de mando (la mesa directiva establecida por la ley de autarquía jamás llegó a definirse, las decisiones continúan siendo verticales, el lugar del representante de los trabajadores no se concretó) sino muchos otros aspectos de su funcionamiento, como la transparencia en los concursos y el régimen de jubilaciones.

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