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Escándalo por Wikileaks: Australia quiere iniciar juicio al fundador y sigue la repercusión en el mundo

No cesa el impacto global por la difusión de 250.000 documentos secretos que desnudan la diplomacia norteamericana. Varios gobiernos salieron a amortiguar el impacto, al tiempo que descalificaron al sitio. El creador de la ONG, Julian Assange, ya afronta embestidas judiciales. Wikileaks volvió a la carga

El impacto global no cesa. Los 250 mil documentos revelados por la ONG Wikileaks, que dejaron al descubierto los secretos de la diplomacia de EEUU siguen causando repercusión a nivel mundial, y amenazan con poner en jaque las relaciones internacionales entre varios países.

Tras conocerse ayer los primeros documentos, que fueron difundidos por los diarios El País (España), The New York Times (EEUU), The Guardian (Gran Bretaña), Der Spiegel (Alemania) y Le Monde (Francia), el gobierno de Australia quiere llevar a juicio al fundador del sitio Julian Assange, según advirtió en Canberra el fiscal general Robert McClelland.

“Desde el punto de vista de Australia creemos que hay una serie de leyes penales que pueden haber sido violadas”, dijo McLelland en referencia a la publicación por parte de Wikileaks de 251.287 documentos internos del Departamento de Estado norteamericano. “La policía federal australiana está investigando”, agregó el fiscal.

El gobierno de Australia puso en funcionamiento en julio un grupo de trabajo para monitorear las implicaciones penales de las revelaciones de Wikileaks.

En tanto, varios países salieron a criticar y alertar sobre las derivaciones que puede causar la masiva filtración de cables diplomáticos en el escenario mundial. Otros optaron por tratar de reducir su impacto.

Alemania, por ejemplo, sostuvo que los documentos que los comentarios en los documentos respecto a algunos de sus ministros o la propia canciller federal, Angela Merkel, no alterarán las buenas relaciones con Estados Unidos. “Está claro que apenas se pueden mantener ya conversaciones que no acaben publicadas. Hay que vivir con ello. Pero hay que tenerlo en cuenta también”, afirmó el ministro de Economía, Rainer Brüderle.

En los documentos, a la jefa del Gobierno se la tacha de “poco creativa” y se le atribuye una actitud reticente a asumir riesgos, así como un comportamiento mucho más “distanciado” respecto al presidente Barak Obama, en contraste con la cercanía con su antecesor, George W. Bush. De su titular de Exteriores y vicecanciller Westerwelle se pone en duda que tenga conocimientos suficientes del ámbito que le compete o que tenga un interés auténtico en política exterior.

Por su parte, la Organización de Naciones Unidas (ONU) prefirió no hacer comentarios hasta el momento. Las revelaciones indican que EEUU realizó tareas de espionaje dentro del organismo sobre su titular, Ban Ki-moon, y sobre los países miembros. La misma postura tomó Rusia, estado que consideró prematuro pronunciarse sobre el hecho. El perfil trazado por la diplomacia de Washington en los cables sobre el actual primer ministro ruso, Vladimir Putin, es uno de los más polémicos.

Asimismo, Italia y Turquía restaron importancia a la difusión de documentos concretada por Wikileaks. Sin embargo, esperan que se conozcan el resto de la información,

Israel, por su parte, consideró que su gobierno sale bien parado. Según dijo un alto funcionario, que pidió anonimato, a la agencia de noticias AFP esas revelaciones “demuestran que Israel no tiene un doble lenguaje y dice en privado lo mismo que dice en público”, respecto al programa nuclear iraní. “Resulta que todo Oriente Medio está aterrado por la perspectiva de un Irán nuclear. Los países árabes instan a Estados Unidos a una acción militar de manera mucho más acelerada que Israel”, estimó.

Por último, el ministro iraquí de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari, fustigó la publicación por el portal WikiLeaks de documentos confidenciales norteamericanos, y dijo que esperaba que los mismos no perjudicaran el proceso de formación de gobierno en curso.

“Esas publicaciones no nos ayuda en absoluto”, dijo Zebari. “Estamos en una fase crítica, tratando de formar un gobierno. Esperamos que todo esto no envenene la atmósfera general entre los políticos y dirigentes iraquíes”, agregó.

No obstante, el ministro reconoció que todavía no había leído los textos que conciernen específicamente a Irak. Los mismos evocan esencialmente la influencia que los diplomáticos norteamericanos atribuyen a Irak y a Irán.

El presidente iraquí, Jalal Talabani, encargó el jueves al primer ministro saliente Nuri al Maliki la formación de un nuevo gobierno, que el país espera desde las legislativas del 7 de marzo.

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