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Se agrandó la brecha entre ingresos que perciben los hogares y los que necesitan para no ser pobres

Durante el primer semestre la inflación impactó fuerte en las economías familiares y creció la diferencia entre ingresos y el umbral para no ser pobre, un indicador que venía bajando en los últimos tres años   

El primer semestre de 2023 cortó con el descenso de dos indicadores que significaban un avance socioeconómico para Argentina. Por un lado se frenó la reducción en el nivel de pobreza que venía desde 2020, mientras que por otra parte se volvió a agrandar la brecha de la pobreza, es decir la distancia que hay entre los ingresos de los hogares y la canasta básica total.

Los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) para el primer semestre de este año, todavía no tuvieron en cuenta los efectos lapidarios de la devaluación post Paso presidencial, por lo que resulta difícil proyectar una mejora de esos datos en el corto plazo. Se calcula que las medidas adoptadas durante las últimas semanas por el gobierno nacional, puedan inclinar la balanza en favor de los ingresos y atenuar una suba en la pobreza e indigencia.

Durante la primera parte de este 2023, la población que vivió en la pobreza llegó a 40,1%, un incremento respecto al primer semestre de 2022 y segundo semestre de 2022, donde había alcanzado 36,5% y 39,2% respectivamente. Si bien corresponde cotejar con el mismo período, el dato previo también sirve para verificar que la pobreza se sostuvo en los últimos semestres. En el caso de la indigencia, el dato actual implicó un incremento de 0,5 p.p respecto al primer semestre de 2022 (8,8%) y algo mayor respecto al segundo semestre de 2022 (8,1%).

Cabe aclarar que el índice de pobreza mide la cantidad de personas que u hogares que no tienen ingresos suficientes para cubrir el costo de una Canasta Básica Total, la cual se componen de alimentos y otros bienes y servicios básicos. La de indigencia se remite exclusivamente a quienes no llegan a reunir el dinero suficiente para acceder a la canasta alimentaria.

Elaborado por Cepa

 

Los gráficos elaborados por el Centro de Economía Política (cepa) exponen que en el primer semestre de 2020 y de 2021 Argentina había registrado una baja en el índice de pobreza, fenómeno que tuvo una interrupción en este último informe del Indec. La indigencia, venía solo de una baja entre un semestre y otro. Buena parte de este fenómeno se explica a partir de la disparada inflacionaria que sufrió la canasta alimentaria en los primeros seis meses de este 2023.

Los incrementos de precios en alimentos durante febrero, marzo y abril exponen una suba sensible en los niveles de inflación de alimentos. Respecto al semestre anterior, el aumento es de 5,7% a 7,7%. Como el precio de los alimentos determina los niveles de la canasta alimentaria y, en buena medida, de la canasta total, un incremento significativo de la inflación de alimentos implica presiones al alza de la tasa de incidencia de indigencia y, en parte, de pobreza.

Otro de los indicadores que venía cediendo en las últimas mediciones y que volvió a tener un ascenso es el de la brecha de la pobreza, que mide la diferencia entre el valor de la Canasta Básica Total y el ingreso de las familias. Dicho de otra manera, es el dinero que le falta a las familias para dejar de ser pobres.

Esta brecha se venía achicando desde el primer semestre de 2020, cuando marcó 41,2%. Durante el primer semestre de 2021 se redujo al 40%. El mismo período de 2022 bajó al 37,2%, pero en esta ultima medición, correspondiente a 2023 cortó la racha de descensos y se ubicó en 37,8%.

Este dato pone de manifiesto las dificultades que tuvieron los trabajadores para recomponer sus ingresos y seguirle el ritmo a la inflación. Durante el último semestre se observa que la evolución de la CBT se incrementa en 5,6 p.p (105,3% vs 99,7%) respecto al valor del semestre equivalente anterior en términos reales. En el caso de la CBA, el incremento es menor: 3,4 p.p (99,5% vs 96,1%).

En simultáneo a estos aumentos, la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), que mide ingresos de trabajadores que se encuentran bajo relación de dependencia,  tuvo en el primer semestre de 2023 una desmejora en términos reales de 2,8% respecto al primer semestre del año 2022 y una mejora de 1% respecto al último semestre del año anterior.

Por su parte, si se considera la evolución del salario del empleo no registrado, este se redujo 7,1% respeto del primer semestre del año anterior y casi 1% respecto al semestre inmediato anterior. Mientras que, si se analiza la evolución del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) se percibe un valor equivalente al primer semestre de 2022 y una retracción de casi 13% en relación al semestre inmediato anterior (como resultado de los bonos de $22.500 abonados en noviembre y diciembre de 2022, que atendió a aquellas personas que no tenían ningún ingreso declarado (ni AUH, ni Potenciar Trabajo, etc).

 

 

Cómo sigue la película

Desde el Centro de Economía Política Argentina (Cepa) pronosticaron cómo puede continuar la evolución de la pobreza e indigencia,  y sostuvieron que los datos disponibles anticipan niveles elevados de inflación (FMI, sequía, inercia, especulación, tensiones cambiarias, devaluación), y CBA y CBT moviéndose levemente por encima del primer semestre de 2023 (considerando julio y agosto de 2023).

“En relación con los ingresos, el SMVM, en el segundo semestre mostrará probablemente una sensible mejora como resultado del incremento anunciado el 27 de septiembre y por el bono pagadero en dos cuotas de $47.000 para trabajadores informales. El RIPTE, que ha mostrado niveles similares a la evolución de la inflación, sólo se se encuentra disponible a julio, donde mostró niveles elevados. AUH y Tarjeta Alimentar tienen una tendencia a la baja, aunque es prematuro ser contundente (considerando la evolución de la inflación según el REM BCRA)”, evaluaron.

Consideraron que el beneficio de la devolución del IVA, no incluido en los gráficos previos, tendrá impacto en los ingresos de trabajadores. En tanto, los planes sociales se mantendrían en niveles similares al primer semestre gracias a los bonos anunciados recientemente (incluso sin considerar el beneficio de devolución de IVA mencionado). La jubilación mínima tendría un mejor desempeño al del primer semestre 2023 como resultado de los bonos otorgados (ANSES + PAMI) y debería adicionarse la devolución de IVA.

“En términos de empleo, el trabajo registrado muestra, en todo 2023, un crecimiento sostenido que podría mantenerse en el segundo semestre. A todo esto, debería adicionarse las medidas anunciadas para Casas Particulares (bonos y devolución de IVA) y monotributistas (devolución de IVA)”, concluyeron.

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