El envión anímico por la clasificación a las semifinales de la Liga de Campeones de Europa terminó hace ya unos días. Y es que los de Milán, que llegaron sextos al choque ante Empoli, no tenían margen de error en esta jornada si no querían quedarse fuera incluso de los puestos de clasificación a las copas.
Lukaku, la figura del partido, hundió cualquier tipo de sorpresa en un segundo tiempo totalmente distinto al primero, en un partido en el que Simone Inzaghi, entrenador del Inter, pese a lo apremiante de la situación, apostó por un once casi alternativo, con Onana, Bastoni, Dimarco, Darmian, Dumfries, Barella y Lautaro en el banco.
Quizá por eso en la primera mitad al Inter le costó tanto generar peligro más allá de acciones individuales de Correa o el propio Lukaku. El Neroazzurro dominaba pero sin inquietar al rival, hasta que en la segunda mitad el DT metió mano y la historia cambió por completo.
El marcador se abrió a los 3 minutos con un derechazo cruzado de Lukaku, quien celebró con furia y desde hace rato viene pidiendo titularidad a gritos. Y poco después recibió por la izquierda y, con mucha habilidad, hizo una bicicleta y sacó un zurdazo al arco letal para aumentar la ventaja del Neroazzurro, que liquidó el pleito con el tanto de Lautaro en el minuto 88: el Toro quedó frente al arco tras una asistencia de Lukaku y, con la zurda, definió cruzado ante el arquero Perisan.
Inter ganó y tomó aire en la Serie A para recuperarse de una racha de cinco fechas seguidas sin triunfos. Ahora está quinto en la tabla, con 54 puntos, a dos de Roma, que es el último en zona Champions y este lunes visita a Atalanta.
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