PARIDAD
Partidos políticos:
los nucleos duros
Por Luciana Mangó @LucianaMango
EL CIUDADANO

Una de las leyes de ampliación de derechos que no vio luz el año pasado fue la de paridad de género. La ley nacional fue votada el 23 de noviembre de 2017 por el Congreso Nacional en un ejemplo de construcción transversal de mujeres de todos los partidos políticos. En Santa Fe el debate mantuvo en vilo a la Legislatura provincial pero finalmente no se logró que en las elecciones de 2019 haya igualdad de mujeres y varones en las listas. La iniciativa fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados el 24 de mayo. Cuando llegó a la Cámara Alta provincial, los 18 senadores y la única senadora mujer lo giraron a cinco comisiones. El proyecto quedó varado en la primera de ellas, de Derechos Humanos. En paralelo, los integrantes del bloque del PJ presentaron un proyecto similar, pero de alcance más amplio, ya que agregaba el criterio para los colegios, sindicatos y las asociaciones de profesionales. Lejos de favorecer la aprobación, la maniobra fue considerada una traba para dilatar el tratamiento. Pese a la intensa campaña de las integrantes de la Mesa por la Paridad, el proyecto que buscaba garantizar el acceso para las mujeres a los cargos de decisión, no fue aprobado y perdió estado parlamentario. El gobernador Miguel Liftschitz, que había pedido el tratamiento, no lo incluyó en las sesiones extraordinarias. Los partidos políticos se hicieron eco del debate y la mayoría formó sus listas con una paridad de hecho. Además, los concejos municipales de varias localidades santafesinas aprobaron normativas locales en la misma dirección. Un ejemplo fue el reemplazo de la diputada Claudia Moyano. Tras su muerte, la Cámara Baja santafesina nombró a otra mujer, la radical Susana Bertone, y no a quien la seguía en la lista, que en este caso era un hombre. La Cámara que le dio media sanción a la ley de Paridad hizo valer un criterio de género por sobre el reglamento interno del cuerpo que no establece el cupo femenino para su conformación. Sin embargo, la paridad de hecho y los debates instalados por el movimiento de mujeres y disidencias sexuales no rompen del todo las estructuras tradicionales de poder en los partidos políticos. Si bien las mujeres vienen dando la discusión interna y ocupan lugar en las listas, son pocas las que llegan a encabezar las listas: de las siete fórmulas para gobernar la provincia sólo una está encabezada por una mujer. En Rosario pasó lo mismo: de todas las listas para la Intendencia, una sola es femenina.

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