Es 18 de julio, el reloj está por marcar la una de la tarde y en el Bosque de la Memoria, en el Parque Scalabrini Ortiz, suena por primera vez el shofar. El sonido dura 23 segundos y viene de uno de los instrumentos de viento más antiguos de la humanidad, de la mano del rabino Pablo Iugt. El toque del shofar se hace durante el mes previo al año nuevo judío y en el Día del Perdón, para preparar el alma de los practicantes. Es la primera vez que suena en Rosario en un acto de aniversario por el atentado a la AMIA cometido hace 28 años.
El homenaje convocado por la DAIA y Asociación Israelita de Beneficencia Kehilá locales tuvo como eje central recordar a las 85 víctimas fatales del atentado que se cometió contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) el 18 de julio de 1994, en la ciudad de Buenos Aires.
Todos los disertantes del acto manifestaron la necesidad de que se haga justicia, que los responsables paguen su condena para terminar las casi tres décadas de impunidad. El encuentro tuvo el acompañamiento de la Municipalidad y el Concejo Municipal, con la presencia del intendente Pablo Javkin y la presidenta del cuerpo legislativo local María Eugenia Schmuck, ambos fueron algunos de los oradores al igual que la vicegobernadora de Santa Fe Alejandra Rodenas.
El acto estuvo conducido por Veronica Guenzelovich, integrante de la comunidad judía de la ciudad, que repasó de qué se trató el atentado, sostuvo que reclamo de Justicia no se detendrá hasta conseguirla y explicó que en esta oportunidad se haría una plantación de árboles cipreses en nombre de dos víctimas, la más joven y la más vieja: Sebastián Barreiro, que tenía cinco años, y Faiwel Dyjament, que tenía 73 años.
Sonó el himno nacional argentino y luego de la intervención de la conductora, sonó el shofar. Para la comunidad judía el sonido de este instrumento -con forma de cuerno- tiene un significado especial, durante el acto explicaron que hacerlo sonar “implica oír la profundidad de un anhelo que no puede ser expresado en palabras” y que “el sonido se compara con el pedido de auxilio de un niño a su padre”.
“Que el viento recoja de este sonido el pedido de Justicia como anhelo”, proclamaron. Más tarde el rabino Iugt explicaría a este medio que este lunes 18 de julio el toque estuvo representado por el llanto y la congoja que inunda el alma de quienes perdieron a sus seres queridos en el atentado, y en verdad de todas las personas que recuerdan el hecho.
El presidente de la DAIA de Rosario Gabriel Dobkin fue el primero que disertó en el homenaje, su discurso y el del intendente fueron los más extensos.
Recordó que en el lugar donde se realizaba el encuentro hay una placa que fue inaugurada en 1999 y ahora recibía de parte de las autoridades un impulso para reacondicionarla y ponerla de nuevo en valor.
“Pregunto si es natural que la Justicia, nuestros dirigentes y funcionarios hayan dejado pasar 28 años de impunidad. ¿El asesianto de 85 seres humanos perpetrado en el corazón de la capital de nuestro país es normal? ¿Es natural que los acusados todavía estén caminando por las calles de Irán y de distintas partes del mundo sin que nadie los detenga y como si nada hubiese pasado, que sistemáticamente se nieguen a estar a derecho y colaborar ante la justicia argentina?”, expresó en un encendido discurso.
También se preguntó “si es natural que nuestras instituciones tengan que seguir protegidas con pilotes de hormigón para defendernos de atentados terroristas”. En este sentido subrayó el mal accionar de los tres poderes del Estado para encontrar de forma veloz a los responsables del crimen.
Por otro lado, Dobkin se refirió a la agenda de noticias reciente. “La sombra del terrorismo vuelve a estar presente. Hace semanas se investiga a un avión y a su tripulación, sospechosos por su vínculo con actividades terroristas. Esto constituye un hecho que debe ser esclarecido con urgencia por las autoridades nacionales. Nada que venga de Irán y su aliado Venezuela nos puede tranquilizar, nos preocupa qué hace Irán en América Latina y principalmente en nuestro país donde ya tuvimos dos atentados y el asesinato del fiscal que investigaba”, consideró sin mayores precisiones.
Los demás interlocutores hicieron caso omiso a estos últimos lineamientos de Dobkin, aunque Javkin habló sobre la actualidad de Rosario y los vínculos con el pasado reciente: “Quiero remarcar especialmente que de la impunidad del atentado a la embajada y a la AMIA padecemos muchas de las cosas que hoy padecemos porque en Argentina en ese periodo no solo hubo dos atentados internacionales sino que tuvimos el registro de las primeras actividades de lavado internacional de dinero, el primer ingreso fuerte de armas ilegales al país y de la operación de grupos criminales internacionales en las fronteras de la Argentina”.
A ese repaso, agregó que “desde ahí hasta hoy esa impunidad es la que permite muchos de los hechos de violencia cotidiana que sufre nuestra gente, nunca hay que olvidarse el origen y lo que generó esa época en la Argentina”.
Tanto él, como Schmuck y Rodenas enlazaron la lucha por justicia de este caso con las consignas de Memoria, Verdad y Justicia iniciadas a partir del genocidio cometido por la última dictadura cívico militar. De hecho, Schmuck recordó al atentando justamente como un crimen de lesa humanidad.
El acto cerró con la plantación de árboles y la voz de Dana, una joven que es hija de unos de los fallecidos del atentado en Nueva York cometido en 2017 contra cinco amigos rosarinos, interpretando la canción “La memoria” de León Gieco.
De la ceremonia también participaron funcionarios de la gestión municipal, concejales del Frente Amplio Progresista y Juntos por el Cambio y el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci.
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