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2010, odisea del Congreso: el jefe de la calle vs. el jefe de los desestabilizadores

Por: Ezequiel Rudman

Con sólo 84 legisladores propios sobre un total de 257, el ex presidente estará obligado a buscar consensos.
Con sólo 84 legisladores propios sobre un total de 257, el ex presidente estará obligado a buscar consensos.

El jefe de la calle –PJ, CGT y movimientos sociales– contra el jefe de los desestabilizadores. O el líder populista contra el guardián de la institucionalidad. Cualquiera sea el enfoque del duelo 2010 entre Néstor Kirchner y Julio Cobos, lo seguro es que el Congreso se convertirá en el campo de batalla de ese juego dialéctico que tendrá al ex presidente y al vicepresidente como protagonistas excluyentes.

Separados por apenas 40 metros, el diputado Kirchner y el titular del Senado, Cobos, serán los ejes de la batalla entre el oficialismo y la oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2011.

Pero ambos deberán sufrir la dificultad de ser jefes en minoría.

Kirchner debutó el 3 de diciembre con la primera derrota de la bancada del Frente para la Victoria en la puja por la conformación de las comisiones en la Cámara de Diputados. Con sólo 84 legisladores propios sobre un total de 257, el ex presidente estará obligado a buscar consensos y a someterse a las contrarrefomas al Consejo de la Magistratura, Superpoderes y hasta a la de ley de Medios que impulsará la bancada de la UCR del cobista Oscar Aguad.

Cobos padecerá un karma similar al de Kirchner. En el Senado el oficialismo conserva una agonizante mayoría de 37 legisladores entre propios y aliados.

La bancada de Miguel Pichetto es el principal reaseguro de Kirchner, más  allá del veto de su esposa, para detener la avanzada opositora en el Congreso.

Sin embargo la incertidumbre senatorial abre también un tentador escenario para Cobos: el empate numérico en el recinto. Si las votaciones en la Cámara alta terminan 36 a 36, el vicepresidente será nuevamente el encargado de desempatar, esta vez abiertamente volcado en su campaña presidencial con Kirchner como competider directo en la Cámara de  Diputados. Un deja vú que atormenta al kirchnerismo desde la madrugada del 17 de julio de 2008 con el voto no positivo contra las retenciones móviles.

Con este escenario abiertamente desfavorable en Diputados y ambigüo en el Senado, el diputado Kirchner ya avisó que montará durante 2010 un esquema de exposición mínima en el Congreso. Irá sólo a las sesiones pero no  integrará ni una sola comisión. Tampoco ocupará su despacho legislativo y seguirá operando vía gobernadores desde la Quinta de Olivos.

Así, el escenario que buscará instalar el kirchnerismo será el de un Congreso que obstaculiza la gobernabilidad del país, trabando las medidas de Cristina de Kirchner e intentando dejar sin efecto las leyes del gobierno, contra una administración que buscará su fortaleza más en la legitimidad de las calles que en la legalidad de un Parlamento copado por la oposición.

Pero el microcosmos parlamentario también es complicado para el ex presidente y para el vice. Cobos enfrenta un radicalismo dividido, con Ricardo Alfonsín amagando a lanzar su propia candidatura presidencial y, para colmo, las embestidas de Elisa Carrió. Kirchner será testigo de la diáspora de legisladores del Frente para la Victoria hacia bancadas del peronismo disidente. A eso se suma el lanzamiento de Eduardo Duhalde y la sombra de Carlos Reutemann.

Kirchner y Cobos: los dos quieren ser presidentes y tendrán al Parlamento como escenario de campaña.

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