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“Un sistema inquisidor llevó a la cárcel sin pruebas”

En visita a este diario, el gobernador habló de la Justicia, los docentes y la reforma impositiva

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Hermes Binner mantuvo un nivel constante de tensión en sus declaraciones durante toda la semana. El eje de su conflicto con la Corte y la Justicia santafesina dominaron la escena de la semana política, incluso por encima de otros temas importantes como el reclamo docente y la reforma impositiva. Por tanto tono beligerante vivido en los días que siguieron a su gira por Malasia –hasta llegó a decir que si fuera juez de la Corte renunciaría–, lo que menos quería el gobernador era encontrarse con un periodista el viernes por la noche, cuando ya el traje y la corbata tenían destino de placard. Sin embargo, el lanzamiento del sitio web de El Ciudadano lo obligó a estirar la actividad semanal y a encontrarse, una vez más, con un cronista que le repreguntara por sus declaraciones de la semana, como si no terminara de creer que Binner haya dicho lo que dijo.

—Después de escuchar sus declaraciones contra la Justicia santafesina, ¿no cree que muchos comprovincianos se empezaron a preocupar por la garantía que tienen sus derechos como ciudadanos?

—Bueno, pero más me preocuparía a mí si con mi decisión he llevado a la cárcel a personas a las que no se les ha comprobado la culpabilidad (NdR: en alusión al caso Fraticelli, condenado junto a su esposa en primera instancia, con fallo confirmado por la Cámara y la Corte provincial, y absuelto hace pocos días por una Cámara revisora a instancias de un fallo de la Corte de la Nación que declaró inconstitucional todo lo actuado).

—Por eso, a la gente le preocupa. Porque si usted tiene razón cualquiera puede ser Fraticelli.

—Estamos en la construcción de una nueva Justicia. Hay miradas hacia atrás que se resisten a morir y miradas hacia delante que tardan en nacer. Indudablemente el mundo va para adelante. No tenga ninguna duda. Las arbitrariedades que se produjeron en nuestra provincia durante tantos años tienden a desaparecer. La vida es una acción permanente donde hay elementos retardatarios y hay elementos progresistas. Nosotros no tenemos ninguna duda de estar con los elementos progresistas.

—El procurador le pidió al fiscal que apele la sentencia de absolución.

—Está bien, no tiene sentencia firme todavía. El problema son los seis años que se chuparon a la sombra. ¿Cómo le devolvemos la felicidad que le quitamos a esa gente porque un sistema inquisidor los llevó a la cárcel sin pruebas? Por eso yo me pongo en ese lugar. ¿Qué haría yo con la responsabilidad que me entregó la sociedad para que imparta justicia? ¿De qué manera honraría ese rol?

—Con lo que encontró a la vuelta del viaje de negocios: conflicto docente, este retruque con la Corte, la pulseada de la reforma impositiva, ¿le hubiera gustado pasar unos días más en Malasia?

—No, nuestra obligación está aquí y por eso nos pareció tan largo el viaje. Aunque tenemos que cumplir con los empresarios y con las obligaciones ya pactadas, esta es la realidad que tenemos que conocer cada vez más para modificarla. Negarla sería hacer lo del avestruz, y así no se transforma la realidad.

— ¿Cuál de los problemas de la gestión le parece el más urgente para solucionar?

—Todos son importantes porque son todos partes de la sociedad. No se puede avanzar con educación sin justicia. Usted no puede avanzar con el presupuesto sin planes. Todos son partes de la necesidad de integrar la realidad con las ideas que tenemos para mejorar la vida de la gente.

— ¿La aprobación o el rechazo de la reforma fiscal tal como fue enviada a la Legislatura puede marcar sus próximos dos años de gobierno?

—No podemos exigir más seguridad, más salud, más justicia, si no tenemos dinero.

Hay tres elementos que son esenciales para todas estas cosas. Primer hay que tener un proyecto. En segundo lugar el recurso, el dinero. Y tercero, tener tiempo. Le doy un ejemplo de la importancia que tiene contar con los recursos necesarios para la gestión: en educación, sin decir nada, lo estamos jerarquizando a nivel presupuestario. El año pasado la provincia invirtió 640 millones de pesos más en educación de lo que estaba presupuestado. Este año invierte 1.000 millones más que lo que estaba presupuestado. Esa es la importancia de la reforma. Sin recursos, es imposible.

—Ya que tocó el tema, ¿le duele lo que está pasando con los docentes?

—No nos duele porque hay todavía un terreno muy grande para avanzar. Hay algo que nos deja muy tranquilos: todo lo que estaba escrito en la paritaria docente se cumplió. Creo que esta es una gran responsabilidad de cumplir con lo pautado. Y lo hemos hecho.

—No diga lo del carro delante de los caballos. ¿Qué va a hacer Binner en 2011?

—Primero hay que terminar 2009. Transitar todo 2010, y nosotros pensamos en cumplir con todo lo prometido a la gente de Santa Fe.

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