Edición Impresa

“Pedimos que la Justicia intervenga la cooperativa”

Empleados de Cotar están de paro desde hace casi un mes por deuda salarial y falta de materia prima.

Por: Guillermo Griecco

La planta de Cotar, una tradicional firma de Rosario que lleva 75 años nutriendo con sus productos al mercado lácteo, está paralizada desde hace casi un mes. ¿Las razones? Los trabajadores reclaman salarios adeudados (más de la mitad de junio, el medio aguinaldo y un resto de enero) y el envío de materia prima por parte de Sancor, empresa que desde 1998 controla Cotar.

El grueso de los trabajadores de la cooperativa resolvió movilizarse hoy, a las 10, hasta las puertas de los Tribunales provinciales para acompañar a los delegados sindicales a una reunión convocada por la jueza en lo civil y comercial Paula Sansó, que también cursó el convite a las autoridades de Cotar y de Sancor. Los empleados reclaman que la Justicia intervenga la administración de la cooperativa Cotar frente al agite del fantasma de quiebra y cierre de la fábrica.

El conflicto viene de larga data y tiene más recovecos que los apetecibles quesos con agujeros. Empleados de la cooperativa lechera, 210 en total, resisten y se muestran convencidos de revertir la complicada situación laboral: “Vamos a seguir peleando por las fuentes de trabajo, no sólo por el sueldo. Más de 200 familias están pendientes y esperan una solución definitiva del conflicto”, repiten los obreros.

Jueves a las cuatro de la tarde. Humberto 1º y Don Bosco, zona norte de la ciudad, pleno barrio Industrial. El portón de la planta de Cotar está entreabierto, algunas banderas colgadas hacia el lado de la calle explican el conflicto. Los bombos descansan en un rincón de la oficina de entrada. Las máquinas están en silencio.

Cajones de leche vacíos, negros, azules y rojos, algunos apilados y otros esparcidos por el patio de la fábrica, sirven de asiento para los obreros que cumplen con sus horarios habituales y debaten en asamblea los pasos a seguir en la senda del reclamo por “un trabajo sustentable”.

Por la deuda salarial con el personal, el planteo de la firma fue “pagar el aguinaldo en cuatro cuotas mensuales y entregar una suma semanal sin garantías de cubrir el salario”, indicó Fabio Colombo, uno de los trabajadores de Cotar. “A partir de los niveles de producción y la cadena de cobranza pagarían el resto. Buscan que financiemos con nuestro salario deudas que contrajo la empresa”, agregó.

Hace pocos días los trabajadores se anoticiaron que pesan sobre Cotar dos pedidos de quiebra por parte de proveedores, y un tercero estaría en camino. Una empresa de limpieza, una de transporte y otra de correas reclaman por “cheques rebotados”.

Oscar Acosta, delegado de planta, dijo: “Desde que Sancor compró la marca Cotar siempre la tiró abajo. En 2001 Cotar entró en concurso de acreedores. Estamos muy preocupados. No salimos a cortar calles porque nos gusta, sino porque reclamamos por nuestros derechos”.

“Rechazamos varios puntos del nuevo convenio firmado entre Cotar y Sancor en enero de este año. En aquel momento, la jueza Silvia Cicutto (ahora la causa la tiene la jueza Sansó) resolvió que Sancor tenía que poner a punto las maquinarias. También se habían comprometido a enviar determinada cantidad de materia prima y tampoco cumplieron”, sostuvo Acosta.

Los obreros de Cotar asocian el corte en el envío de leche fluida al conflicto desatado en el centro de distribución que Sancor posee en la zona norte sobre avenida Circunvalación, donde a mediados de mayo fueron despedidos cinco obreros con reconocida militancia gremial. Según los empleados de Cotar, esta situación tiene como mar de fondo “la connivencia entre Sancor y el sindicato Atilra a nivel nacional”.

“Disolvieron nuestra seccional”, recordó Acosta. La disolución de la seccional rosarina se remonta a lo que se conoce como la batalla de Atilra, donde el 3 de diciembre de 2008 se enfrentaron dos facciones internas en inmediaciones de la sede local del sindicato, en Iriondo y San Luis, y terminó con la muerte de un trabajador lechero enrolado en el sindicato nacional.

Para Colombo, “la sociedad cooperativa de tamberos responde a los intereses de Sancor. Todos los asociados de Cotar entregan su producción tambera a Sancor. Lo que vemos es que no hay ninguna intención de que la fábrica siga funcionando. Los únicos interesados somos los trabajadores”.

Cuando Sancor compró la marca, Cotar procesaba alrededor de 500 mil litros de leche diarios. “Ahora, por la falta de mantenimiento de las máquinas, la capacidad de producción bajó a  la mitad”, contó Acosta, con 26 años de antigüedad. Y Colombo añadió: “Hay compañeros que están más apretados que otros en la cuestión económica. La diaria se hace complicada, porque muchos dependemos exclusivamente de este trabajo”.

“Los vecinos nos dicen que están muy preocupados y quieren que esta planta siga funcionando porque le da vida al barrio”, relató Acosta. “Día a día se agrava la cuestión. Vamos a seguir peleando por las fuentes de trabajo”, completó el trabajador de Cotar.

Comentarios