Ciudad

“Necesitamos sanar las heridas de los excluidos”

Así lo sostuvo el intendente Lifschitz, tras presidir el acto principal en el Monumento a la Bandera.

La celebración en el día del Bicentenario de la patria comenzó alrededor de las 9.30 de ayer con el Tedeum en la Catedral colmada de rosarinos, y con la presencia de las autoridades gubernamentales municipales y provinciales. También se hicieron presentes representantes del Ejército y numerosas escuelas con sus respectivos abanderados. Durante la misa, monseñor José Luis Mollaghan recordó la responsabilidad de abogar por los principios declarados en el preámbulo de la Constitución para los próximos cien años de vida nacional, con una repetida interpelación al diálogo y consenso para reconstruir la patria. Tras el canto tradicional del Tedeum a cargo del Coro de Lourdes, Mollaghan agradeció a toda la asistencia y en especial a las personas de distintos credos presentes.

Promediando las 10.30 de la mañana y finalizado el Tedeum, una multitud de delegaciones escolares, vecinos y autoridades civiles, eclesiásticas y de fuerzas de seguridad se trasladaron desde la Catedral hacia las escalinatas del Monumento a la Bandera, engalanado y con una importante concurrencia avizorando el comienzo del acto oficial por el Bicentenario. Celeste y blanco en las banderas, y el esperado sol del 25 que tras sendos días lluviosos reaparecía en el cielo rosarino, el escenario apostado sobre el patio cívico mostraba los habituales instrumentos y equipos más una gran pantalla de video sobre la que se disponía un sol dorado compuesto por hojas de palmera pintadas. Al pie del mismo, el espacio asignado para las autoridades municipales y provinciales. Atrás del vallado, cursos enteros de distintas escuelas de la ciudad y miles de vecinos que se acercaron al festejo.

Tras el izamiento de la bandera, y con la presentación de Julio Orselli, los músicos rosarinos Litto Nebbia (piano y voz), Silvina Garré (voz), Franco Luciani (armónica) y Fabián Gallardo (guitarra) guiaron al público en el Himno Nacional argentino.

Promediando el acto, fue el momento del discurso del intendente Miguel Lifschitz, donde luego de una breve introducción histórica en la que destacó el papel de Rosario y la región en la historia argentina aseveró: “La exclusión, la desigualdad y la pobreza pueden evitarse en la Argentina”. Seguido a esto, Lifschitz exhortó a un esfuerzo colectivo de pacificación y unidad para construir una Argentina justa, solidaria y desarrollada. “Los invito a sumar esfuerzos y seguir trabajando para que este 2010 sea un año de realizaciones y progresos, un año de transformación y cambio, como homenaje a estos 200 años de la Patria”, dijo. Para ello, el intendente pidió una mirada crítica y exigente para valorar el pasado, para reprensar y construir el futuro. “Necesitamos sanar las heridas de los excluidos y recuperar un proyecto colectivo como razón de nuestra vida”, sostuvo.

Finalizado el discurso, el intendente realizó por primera vez en un acto del 25 de Mayo  la “promesa de fidelidad a la Patria”. Esta fórmula patria, muy parecida al ya conocido juramento a la bandera que se realiza todos los 20 de junio en el mismo lugar, apeló a que el pueblo de Rosario, a través de los compromisos “a trabajar por la paz, solidaridad y convivencia entre todos los argentinos; respetar las ideas de todos; defender la democracia y la vigencia de la Constitución; defender los derechos de los niños y las niñas; cuidar la ciudad igual que nuestra propia casa”, entre otros. El grito unánime hizo eco en las calles adyacentes: “Sí, prometo”.

Acto escolar

El festejo continuó con la conducción de Darío Grandinetti, con intenciones de evocar el lugar común de los actos escolares de la primaria. Así, actrices caracterizadas repartían escarapelas al público mientras una proyección de una videoanimación con imágenes de Billiken, realizada por Ernesto Figge acompañada de música de Rodolfo Mederos, mantenía la atención fija de la multitud. Siguió la interpretación de una chacarera a cargo de Sombra e’ Toro y Marina Acosta, y la presentación del músico Rubén Goldín, quien invitó al público para acompañarlo en la ejecución de la clásica zamba “Luna tucumana”.

Minutos después, Grandinetti interpeló –video de por medio– al historiador Felipe Pigna, con algunas preguntas históricas que refirieron a la distribución de escarapelas en aquellos días de mayo y la importancia de esta fecha patria junto a la del 9 de julio de 1816.

Para finalizar, y ya con la conducción de la actriz, Liliana Gioia haciendo las veces de directora escolar que presentaba los distintos números, se destacó una fila de actores en guardapolvo que en breves palabras recordaban los valores argentinos de los distintas disciplinas formales e informales. Representantes de las artes y la historia argentina brotaban de las bocas de estos jóvenes, acompañados con algunos aplausos en casos particulares, como el del Negro Olmedo o las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. En tanto, el video proyectado sobre la pantalla mostraba un compendio de imágenes que apoyaban los nombres: “Por Maradona, Messi y Kempes; por Julio Bocca y la Cassano; por Goyeneche y Gardel; por Favaloro y Leloir”. Por todos ellos se repitió: “Gracias, Argentina”.

Un estallido de papelitos celestes y blancos, que decoraban el cielo en la mañana de ayer, marcó el cierre del evento. Tras la desconcentración del público, la Asociación de Ex Combatientes de Malvinas en Rosario repartió chocolate caliente y torta asada a los costados del Monumento, por calle Santa Fe.

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