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“Los caudillos nunca son buenos, y menos en la UCR”

El concejal radical santafesino Jorge Henn tildó de “mesiánico” a Barletta y explicó por qué acompañará al PS.

Por: Ezequiel Nieva

Para el concejal santafesino Jorge Henn, integrante del espacio “UCR en el Frente”, virtual compañero de fórmula del socialista Antonio Bonfatti, el oficialismo debe presentar al electorado una propuesta en la que estén representadas las dos principales fuerzas del Frente Progresista: “Es necesario que la fórmula garantice la integración radical-socialista, socialista-radical. Si hay fórmulas puras, el frente termina el mismo día en que se elige la fórmula de gobernador y vicegobernador”.

El radical, quien transita su tercer mandato en el Concejo santafesino, habló con El Ciudadano en vísperas de la oficialización de la fórmula en la que acompañará al delfín del gobernador Hermes Binner. Para Henn, la cúpula de la UCR cometió el error de priorizar las estrategias de poder antes que el fortalecimiento del frente. El concejal criticó la candidatura a gobernador del intendente santafesino Mario Barletta, a quien tildó de “mesiánico”, y no se ahorró calificativos para definir el acuerdo entre reutemistas y kirchneristas, que competirán en las primarias del 22 de mayo dentro del PJ para intentar recuperar en las generales de julio el gobierno de la provincia. “Es un rejunte”, opinó Henn.

—¿Por qué lo apoyan a Bonfatti y no al candidato de la UCR?

—Porque el Frente Progresista es una herramienta que ha permitido logros muy importantes. Nosotros no dudamos; vamos a estar en un esquema que consolide el frente. Además, es lo que sostuvimos históricamente. Las plataformas históricas de la Unión Cívica Radical hablaban de fortalecer la salud pública y hoy vemos cómo se proyectan una gran cantidad de hospitales y 80 centros de salud. Alguna vez dijimos, desde el radicalismo, que había que eliminar el clientelismo político; hoy observamos que hay una Tarjeta de Ciudadanía que evita la discrecionalidad. Hay una gran cantidad de elementos que nos hacen sentir cómodos, ideológicamente, en este lugar.

—¿Qué tiene el proyecto de Bonfatti que no tiene el de Barletta?

—Contenido político. No me gusta hablar por la negativa; sí creo que cuando uno construye un frente lo primero que tiene que tener en cuenta no es si con eso se salva. Primero tiene que haber una convicción de que este sistema sirve y después tiene que haber un sustrato. Cuando se habla de programas, no es un mero verso; tiene que ver con los destinos, con cómo llevar adelante una gestión. A nosotros no nos gustan las especulaciones de aquellos dirigentes que, cuando el frente sirve para la construcción de poder, son frentistas, pero cuando tienen la posibilidad de fortalecer un espacio de poder –a veces sin acuerdos programáticos, sin ideas de fondo– lo hacen en su propio partido. No estamos de acuerdo con candidaturas que respondan solamente al reparto de poder. Deben tener sustrato, contenido político, ideológico. Por eso adherimos, desde la convicción, a este proyecto que viene liderando el gobernador Hermes Binner.

—¿Por qué les molestó tanto que la conducción de la UCR haya decidido disputarle al socialismo el liderazgo del frente?

—El mismo día en que el Frente Progresista ganó las elecciones, hace dos años (el 28 de septiembre de 2009), empezaron los cantitos de las candidaturas (en alusión a los militantes de Franja Morada que ese día proclamaron a Barletta como candidato a gobernador). Los radicales que reivindicamos los cien años de historia, los esfuerzos para defender valores como la honestidad y la probidad, decimos que hay que discutir cuestiones programáticas. No hay Mesías; no son buenos los caudillos en ningún partido político y menos en la UCR. Si alguien interpreta que tiene un mensaje divino, claramente un grupo de radicales le decimos que creemos en la democracia con sustento y que si producto de rencillas de afecta al Frente Progresista lo que estaríamos haciendo sería generar una frustración a la gente que confía en nosotros.

— ¿Qué opina del acuerdo entre las distintas líneas internas del PJ para competir juntos en las primarias?

—Es un rejunte. No nos gustan los rejuntes, ni de derecha ni de izquierda. A nivel nacional nos asustaba cuando estábamos junto con Menem (en alusión al Grupo A, conformado a fines de 2009 en el Congreso, para disputarle la mayoría parlamentaria al kirchnerismo), cuando dependíamos de su voto para ganar una elección. Una coalición debe tener contenido ideológico y, en función de eso, empezar a trabajar. Pero es una decisión del PJ. Lo que nosotros tenemos que hacer en darle contenido político a cada una de nuestras acciones. Si no, nos convertimos en punteros, en grandes hacedores que le venden a la gente una obra y no nos damos cuenta de que para que se produzca el cambio el ciudadano debe convertirse en un agente central de ese cambio. Lo otro son estas construcciones que se hacen en base a un rejunte y sin proyectos políticos. Nosotros no estamos de acuerdo con estos rejuntes ni estamos de acuerdo con las construcciones locales basadas en la retórica y en al autobombo.

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