Edición Impresa

“Le debo lealtad a Galtieri porque me salvó la vida”

Cosidoy rechazó acusaciones de Piumato sobre su rol en la dictadura, pero admitió relación con el represor.

La integrante del Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario Laura Inés Cosidoy negó ayer las acusaciones que un día antes había realizado el titular del gremio de los Judiciales, Julio Piumato, sobre su presunta complicidad con la dictadura cuando ocupaba una defensoría en la Justicia federal, pero de todos modos reconoció “lealtad a (Leopoldo Fortunato) Galtieri”, por entonces comandante del Segundo Cuerpo del Ejército con asiento en esta ciudad.

“Ignoro cuál es la razón de esta acusación, no tengo la menor idea. No sé donde queda la Quinta de Funes y jamás he compartido una comida con Galtieri”, dijo la jueza de segunda instancia en declaraciones radiales.

Un día antes, al declarar como testigo en el juicio oral y público de la causa Díaz Bessone, por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, Piumato recordó que dos detenidos santafesinos –Aloisio y Nasini– le habían contado durante su cautiverio que Cosidoy les pedía que “colaboraran” con información a cambio de que ella intercediera por su libertad ante Galtieri, con quien “comía asado en la Quinta de Funes”.

Dicho lugar era una finca alquilada por el Ejército y convertida en centro clandestino de detención. Por allí pasó la cúpula de Montoneros Rosario, que fue fusilada cuando se conoció en el exterior la existencia del campo de exterminio.

La magistrada consideró ayer sobre las acusaciones de Piumato: “Son injuriosas con mi persona y gratuitas, porque no veo el motivo del ataque en este momento”.

“Niego terminantemente los dichos de Piumato. No existe una sola persona que haya sido defendida mía que no haya denunciado las penurias por las que han pasado”, añadió Cosidoy. “Yo viví los horrores que vivieron mis defendidos”, abundó la jueza, para asegurar: “Había muy pocos defensores particulares, me ocupé de los procesados en Rosario y los que venían en apelación desde San Nicolás y Santa Fe”.

De todos modos, Cosidoy volvió a defender su amistad con Galtieri durante los años de la represión ilegal y el terrorismo de Estado. “Yo le debo lealtad a Galtieri porque me salvó la vida. Tenía una relación fluida con él en relación a mi función. Él me escuchaba y no tengo por qué ocultarlo”, dijo ayer la jueza.

También se refirió a su relación con Rafael Bielsa, quien alguna vez reveló que la entonces defensora lo había ayudado a salvarse de las garras de la dictadura. La explicación de Cosidoy exhibe el vínculo que existía en esa época entre el poder político y el judicial.

“Fui a pelear por él, porque Rafael Bielsa me juró su inocencia y me parecía injusto que estuviera detenido. Lo acompañé a defender su inocencia al comando del Segundo Cuerpo”, dijo, mostrando que la inocencia se defendía en el comando y no en los estrados judiciales. “Rafael Bielsa no tenía una causa en ese momento porque había estado en calidad de desaparecido”, agregó, lo cual echa dudas sobre su participación en la cuestión, atento a que ella era defensora oficial. “No hablamos con Galtieri. Con autorización de Galtieri hablamos con el coronel a cargo de esas decisiones”, remató.

Comentarios