Edición Impresa

“La hegemonía y la oposición sistemática embrutecen”

Cavallero relató la trastienda que llevó a varios bloques de la oposición a aprobar el presupuesto local.

La mayoría hegemónica y la oposición sistemática embrutecen”. Ésa es la conclusión a la que arriba el concejal Héctor Cavallero, cuyo bloque y el del Frente para la Victoria, más los concejales Diego Giuliano (reutemismo), Laura Weskamp (PRO) y Alberto Cortés (Proyecto Sur) permitieron la aprobación del presupuesto 2010 de la Municipalidad en la última sesión del Palacio Vasallo, consiguiendo además una serie de modificaciones “para resolverles los problemas a la gente”, según explicó el Tigre.

El ex intendente de Rosario ofició de articulador para que la gestión del intendente Miguel Lifschitz tuviera el presupuesto con la legitimidad que le dan los votos de un importante sector de la oposición. Quienes no levantaron la mano fueron el radical Jorge Boasso y los integrantes del bloque Encuentro por Rosario, María Eugenia Bielsa y Fernando Rosúa.

En diálogo con El Ciudadano, Cavallero realzó la posibilidad de articular con el Ejecutivo la puesta en marcha de proyectos que mejoren la calidad de vida de los vecinos, como son el de la concreción de obras de cloacas para la ciudad. Aunque aclaró que no tiene “un pacto” con el Ejecutivo.

“El oficialismo lo podía sacar con los votos propios”, destacó Cavallero, atento a que posee once escaños y la oposición sólo diez, por la ausencia de la radical Daniela León por problemas personales.

“Éste fue un punto de inflexión”, se entusiasma Cavallero cuando recuerda la sesión del último jueves, en la que como concejal opositor fue el que defendió “los mal llamados superpoderes” que reclamaba Lifschitz en la ordenanza, que se reducen a la facultad de modificar partidas presupuestarias como lo hacen los gobiernos provincial y nacional. “Hay un antes y un después”, agrega, convencido de su rol de “estadista” ubicado por encima de las pequeñeces de la política cotidiana para tejer consensos perdurables en favor de los intereses del conjunto de los rosarinos.

“Se votó el presupuesto porque es un instrumento jurídico que le permite al Estado y al gobierno funcionar y desarrollar su proyecto”, explicó el Tigre respecto del apoyo opositor a la denominada ley de leyes.

La composición actual del Concejo obliga al oficialismo a buscar acuerdos para sacar las ordenanzas que son de su interés, y a la oposición a tener mayor responsabilidad en el tratamiento de los temas que cuando el socialismo tenía mayoría propia. Entonces, un atajo político consistía en oponerse a todo, dejando en manos del oficialismo el costo de las medidas que se adoptaban.

En ese sentido, Cavallero opinó ayer que “la mayoría hegemónica embrutece”, del mismo modo que “la oposición sistemática embrutece”. En cambio, el escenario de equilibrada relación de fuerzas que rige hoy el funcionamiento político del Palacio Vasallo “hace que los concejales tengamos que estudiar los temas y fijar posición y no cerrarnos”, asegura el ex intendente.

Así fue que el Partido del Progreso Social –cuya bancada también integra Alfredo Curi– y el Frente para la Victoria –bloque conformado por Arturo Gandolla y Norma López– decidieron discutir con el oficialismo algunos cambios al proyecto de presupuesto. Y arrastraron en esas conversaciones al reutemista Giuliano, a Cortés de Proyecto Sur y a Weskamp del PRO.

“La estrategia que seguimos fue tratar en el presupuesto de discutir y reorientar la mayor cantidad de partidas para resolverles los problemas de la gente”, contó Cavallero a este diario.

  “Paralelamente, estamos discutiendo un proyecto bastante extenso que está terminado y tiene la aprobación de la comisión de Obras Públicas, que es el tema del plan de realización de cloacas en un plazo de 8 a 10 años en toda la ciudad”, agregó. Ese tema, que formó parte como ítem destacado del programa de campaña de Cavallero y el FPV en las elecciones del año pasado, fue el que abrió la puerta al entendimiento.

El ex intendente explicó que consiguió “unos 40 millones anuales” pertenencientes al “Fondo de Desagües Pluviales, que se destinará en un 90 por ciento a obras de cloacas y en un 10 por ciento para mantenimiento de los desagües”.

“Eso tenía que estar en el presupuesto 2010”, dijo el concejal respecto de la negociación entablada con el oficialismo. “Después había que incluir 15 millones de pesos de lo que se recaude del Fondo Solidario Federal (conocido como Fondo de la Soja), que este año está proyectado en 51 millones”, agregó. Finalmente, el líder del PPS también consiguió, junto a los restantes bloques que aprobaron el presupuesto, que se incluyan 8 millones de pesos provenientes de Aguas Santafesinas SA, destinados a materiales para las ansiadas obras cloacales de la ciudad.

“Para que no haya sorpresas, hicimos que nos envíen el detalle de cuál es el plan de ejecución de las obras para los primeros tres años. Eso está aprobado en la comisión de Obras Públicas”, detalló Cavallero.

Lo otro que consiguió la entente opositora fue que las partidas destinadas a fondos específicos que no sean ejecutadas en cada ejercicio presupuestario queden como remanentes en esos fondos, y no pasen a Rentas Generales, como se hizo hasta ahora. “Se usaban para amortiguar el déficit municipal”, se quejó Cavallero.

Para evitar que confundan el entendimiento del jueves con un acercamiento al oficialismo, el concejal aseguró que “en la práctica rechazamos el contenido del presupuesto, porque es deficitario”. En ese sentido señaló que “es el séptimo año consecutivo que tiene déficit” y recordó que este año se pagarán casi 130 millones de pesos de servicio de la deuda mientras que existen “otros 90 de deuda flotante”.

“El municipio tiene un alto nivel de endeudamiento. Es una barbaridad lo que dice el secretario de Hacienda (Gustavo Asegurado) de que estamos en niveles aceptables de endeudamiento”, machacó.

Sin embargo, una de las cosas que más llamó la atención en la última sesión del Concejo fue que quien defendió las facultades especiales no fue el titular del bloque oficialista sino Cavallero. “Yo hice la defensa de los mal llamados superpoderes, eso no son los superpoderes que dicen los medios de Buenos Aires y repite todo el mundo; son los poderes que tienen el gobernador y la presidenta y que son para gobernar y llevar adelante la gestión”. Y concluyó: “Cuando un gobierno roba o tiene funcionarios corruptos lo hace con o sin superpoderes, en todo caso hay que hacer funcionar los organismos de control”.

Comentarios