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“En general hay acuerdo”

El titular de la comisión de Salud de Diputados, Raúl Antille, aspira a conseguir consenso para sacar la nueva ley de salud. Apunta a la compra centralizada de remedios e insumos para abaratar costos oficiales.

Esta semana se anunciará formalmente el inicio del tratamiento, en la comisión de Salud de la Cámara de Diputados, del proyecto de ley de salud pública que el gobierno de Hermes Binner remitió a la Legislatura a fines de 2009, por el cual se busca reformar el marco legal del servicio –con la eliminación de la ley de Samcos, de 1967, y la de hospitales de autogestión, de 1991– para aplicar el sistema de atención primaria tomando como punto de partida la experiencia de Rosario. La iniciativa de Binner y del ministro de Salud Miguel Ángel Cappiello aparece como una de las prioridades del oficialismo para 2010; el gobernador ya adelantó que su intención es que el tema comience a discutirse en el período extraordinario, que acaba el 1º de mayo, pero los conflictos salariales y los retoques al presupuesto y al régimen fiscal de momento figuran a la cabeza del ranking de urgencias de la Legislatura.

No obstante, en la semana se hará el anuncio oficial del inicio del debate por el nuevo sistema de salud pública. Fue confirmado por el diputado socialista Raúl Antille, presidente de la comisión de Salud. “Ya se viene trabajando y consensuando entre los diputados de los distintos bloques. Y, en general, hay acuerdo”, dijo Antille, quien se manifestó optimista respecto del tratamiento del proyecto, que hasta el momento recibió críticas severas de parte de los representantes de los consejos de administración de los hospitales públicos –que serán reemplazados por consejos de salud– aunque también fue elogiado por legisladores de las distintas bancadas, algunos de los cuales –como el presidente de la comisión de Salud del Senado, Danilo Capitani– adelantaron su voluntad de favorecer un “aggiornamiento” del sistema sanitario aún sin acordar con todos los puntos propuestos en el proyecto.

“Los lineamientos de la ley de salud son buenos en cuanto al destino, a quien va dirigida, que es la población más vulnerable”, opinó el diputado Antille. “Entonces, hay que tratar de no desviar el eje de la discusión. Debemos considerarla en forma integral; no podemos centralizar el debate en quién va a administrar los hospitales”. Según el proyecto del oficialismo, los actuales consejos de administración serán eliminados para dar paso a un nuevo régimen. En los hospitales seguirá habiendo un director profesional designado por la autoridad política y, a la vez, se conformarán consejos a nivel local, regional y provincial en donde estarán representados todos los actores vinculados a la salud y también la comunidad. Ese cambio ha sido interpretado por los actuales consejeros como un atentado contra la participación; para el socialismo es todo lo contrario: Cappiello viene repitiendo que los actuales consejos son “cotos políticos” que no permiten la participación real de la sociedad.

Antille coincide con esa mirada. “La participación será a través de los consejos de salud. Y de esto puedo hablar con solvencia porque antes de ser diputado fui coordinador de la subregión del departamento Garay y formé parte del primer consejo de salud que funcionó en la provincia. Y si bien es cierto que las decisiones (de los futuros consejos de salud) no serán vinculantes, también es cierto que sus opiniones tendrán un gran peso”, explicó el diputado oficialista.

—Usted dice que en general hay consenso. ¿En qué aspectos no acuerdan?

—El punto que más se discute es la administración de los hospitales. Nosotros queremos derogar la ley de Samcos y la ley de autogestión y hay gente que no tiene esa posición. Nosotros tenemos el concepto de que la participación debe ser ejercida desde otro ángulo. Esa es nuestra postura frente a la otra de buscar una salida consensuada para mantener un poco el sistema actual. Yo no veo en el horizonte ninguna forma de que sea así.

—Hay dos puntos importantes en el proyecto. El que hace hincapié en la prevención y el que promueve la producción estatal de medicamentos. ¿Qué opina de cada uno?

—La ley está basada en la estrategia de la atención primaria de la salud. Eso es básico y se instalan los tres pilares de la atención: la prevención, la curación y la rehabilitación. Eso está bien claro en la ley. En cuanto a la compra de insumos y medicamentos, estamos de acuerdo en que sean centralizadas por una razón básica y fundamental: el único organismo del gobierno que tiene una estructura de compras de ese volumen es el Ministerio de Salud. Los hospitales no tienen estructura de compras. Esto parece una cosa simple, pero no lo es. Con la estructura de compras no sólo se organizan los procesos licitatorios sino también el control de calidad de los medicamentos. En este momento estamos viendo en los hospitales de toda la provincia compras en forma directa sin el verdadero control de calidad que requieren los medicamentos.

—Entonces el problema no sólo es que se pagan precios más altos sino que no se chequea la calidad de los insumos.

—Claro. La provincia tiene control de calidad y de precios, hay una dirección de farmacia y una estructura de compras que hay que poner el funcionamiento porque eso significa un ahorro importante. No así la distribución; la distribución de los medicamentos debe ser descentralizada. En cada uno de los cinco nodos en que está subdividida la provincia habrá depósitos de medicamentos y de insumos para que la provisión sea más dinámica. Por eso hablamos de compras centralizadas y distribución descentralizada.

—¿De qué modo se va a encarar la diversificación de la producción de medicamentos en los laboratorios estatales?

—Esos laboratorios (el LEM y el LIF) producen una variedad bastante grande de medicamentos: antibióticos, anticonceptivos, antihipertensivos, diuréticos, diabetógenos, pero lo más importante fue la firma de un convenio de reciprocidad entre el LIF, el LEM y la Facultad de Bioquímica de Rosario. Es un convenio de complementación para la provisión de medicamentos a nuestro servicio de salud. La provisión de medicamentos se rige por un vademecum provincial que está en vigencia.

—Del universo posible de medicamentos que se pueden producir en un laboratorio, ¿qué porcentaje aproximado ya se fabrica en los laboratorios públicos?

—Por supuesto que una parte (de los medicamentos) se compra, pero yo diría que un porcentaje mayoritario se produce en esos laboratorios, no podría decir exactamente cuántos. Fíjese que el LIF empezó haciendo dos o tres y hoy está fabricando una serie de medicamentos que es indispensable. La idea es seguir ampliando la producción.

—¿Con qué expectativas esperan que el proyecto sea tratado en el Senado una vez que salga de la Cámara de Diputados?

—He leído declaraciones del presidente de la comisión de Salud de Senadores (Capitani) y veo que en algunas cosas está de acuerdo y en otras no. Nosotros en ese sentido somos más taxativos. Las compras deben ser centralizadas; no pueden ser unas veces sí y otras no. Con una aclaración: la compra de grandes insumos debe ser centralizada, no obstante los hospitales pueden tener una caja chica para la emergencia, para ese medicamento que no está y debe ser comprado. Pero no hacerlo en forma sistemática, porque si no estamos comprando grandes volúmenes de medicamentos en la farmacia de la esquina. Y eso es carísimo.

—¿Qué plazos tiene la discusión del proyecto dentro de la comisión?

—No sabemos. Tenemos pedidos de audiencias de gente que quiere conversar y eso va a ser lo más amplio posible. Aspiramos a llegar a un amplio consenso.

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