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“Desde hace mucho tiempo están buscando un muerto”

Cristina dijo que hay sectores que no pueden utilizar a la Policía y “lo hacen con bandas” armadas.

Al final de un día plagado de interpretaciones políticas sobre la muerte del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, en el que Aníbal Fernández terminó bajándole el tono a la versión inicial según la cual Eduardo Duhalde estaba detrás de los hechos de violencia, la presidenta Cristina Fernández de  Kirchner volvió a sugerir la posibilidad de que haya otros intereses tras la muerte del joven de 23 años, caído en un enfrentamiento entre militantes de la Unión Ferroviaria y trabajadores tercerizados de empresas vinculadas con el Ferrocarril Roca. “Yo creo que algunos desde hace mucho tiempo están buscando un muerto en la Argentina”, dijo Cristina en un acto en Parque Norte, casi en simultáneo con la realización de una manifestación en Plaza de Mayo donde partidos de izquierda y la CTA (Central de Trabajadores Argentinos) responsabilizaron al gobierno y pidieron el esclarecimiento del crimen (ver página 8).

“Yo creo que algunos desde hace mucho tiempo están buscando un muerto en la Argentina. Como no lo pueden lograr desde las fuerzas policiales comandadas por los sectores políticos, lo que ha sido normalmente la democracia, aparecen bandas como la de ayer”, dijo la mandataria.

La presidenta realizó un fuerte llamado a que se encuentren los culpables, y que la Justicia “y toda la sociedad ayude a suministrar todos los elementos y testimonios para que quienes resultaron responsables sean sancionados, los autores materiales e  intelectuales, sea quien sea”, y agregó: “Ustedes ya saben, con el único que estoy casada es con Néstor Kirchner, después no estoy casada con nadie”.

Cristina también reivindicó la política de no reprimir la protesta social y señaló que “hechos como el de ayer reafirman esta política que hemos desarrollado”.

Antes de la palabra de la presidenta, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, salió a poner paños fríos a una versión que circuló con insistencia en referentes del oficialismo –incluido el propio Hugo Moyano–, según la cual el ex presidente Eduardo Duhalde podría estar involucrado en la autoría intelectual del hecho: “No pienso que Duhalde esté detrás. No tengo nada para decir semejante cosa”, aclaró Fernández.

También salió a respaldar el accionar de la Policía Federal y subrayó que la fuerza “hizo lo que tenía que hacer”. El jefe de ministros indicó que “la primera discusión” entre los manifestantes y los integrantes de la Unión Ferroviaria fue “en Avellaneda y el enfrentamiento lo paró la Policía”, y sostuvo que el ataque posterior a balazos se produjo “en un lugar al cual no pueden acceder móviles y hay que ingresar caminando”.

“La Policía Federal ha hecho lo que tenía que hacer”, dijo Fernández en declaraciones radiales, horas después de que el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, señalara que el gobierno investigará “si hubo algún personal policial que no hizo lo que tenía que hacer”, situación que fue denunciada por los dirigentes del Partido Obrero y otras organizaciones que acompañaron en la protesta al grupo de ex empleados tercerizados del Ferrocarril Roca.

“Si un tarado sale de su casa con un arma, estamos hablando de un asesino. (Mariano) fue muerto por un asesino, ¿quiere que yo me haga cargo de un asesino? Hay que buscar a ese asesino”, afirmó el jefe de Gabinete.

Además, Fernández dijo que “teme” que “esto sea fruto de la manija de algunos que motivaron este enfrentamiento”, pero de inmediato aclaró que no piensa que el ex presidente Eduardo Duhalde estuviese involucrado.

Durante la jornada, en la que la fiscal Cristina Caamaño decidió apartar a la Policía Federal de la investigación y le tomó declaración al secretario general del gremio, José Pedraza (ver aparte), se sucedieron declaraciones políticas de todo tipo en relación con el hecho. Desde el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri y el diputado nacional Francisco De Narváez, quienes sugirieron que los hechos de violencia eran responsabilidad del gobierno, pasando por el vicepresidente Julio Cobos, quien hizo un llamado “a la paz social”, hasta las declaraciones del jefe de la CGT, Hugo Moyano, quien dijo que “la violencia es un tema que los gremios tendrán que corregir”.

Además, en la madrugada de ayer un sindicalista enfrentado a la Unión Ferroviaria denunció que el frente de su casa, ubicada en la localidad bonaerense de Sarandí, había sido baleada por desconocidos. Alfonso Severo vinculó el hecho con el trágico enfrentamiento gremial ocurrido en el barrio de Barracas.

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