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“Asombroso” mojón para la arqueología en Santa Fe”

Hallaron cerca de Malabrigo restos humanos con entierro ritual de entre 1.800 y 2.000 años de antigüedad.

Hallazgos arqueológicos definidos sin más como “asombrosos” quedaron expuestos en Costa Itatí, a orillas del arroyo San Javier, a pocos kilómetros de la ciudad de Malabrigo: allí, en el centro del departamento de General Obligado, límite del territorio santafesino con Chaco y Corrientes, una expedición encabezada por el director del Museo Municipal de Arqueología y Paleontología de Reconquista, Dante Ruggeroni, e integrada por profesores e incluso por alumnos de dos escuelas secundarias locales dejó al descubierto un enterratorio datado a priori entre 1.800 y 2.000 años de antigüedad, con signos de haber desarrollado un ritual complejo respecto de la muerte. “Son dos adultos enterrados como una pareja. Pero la disposición no sólo parece expresar un ritual religioso sino que además conlleva una gran carga emotiva, como de ternura, porque los cuerpos parecen estar abrazados”, dijo a El Ciudadano el profesor Ruggeroni. El investigador, que desde hace cuatro décadas está al frente del museo de Reconquista, afirmó que “es la primera vez” que ve algo así, y comparó el yacimiento hallado en la provincia, por su similitud, con la Gruta del Niño de Grimaldi, en la región italiana de Génova, que data de 6.000 años atrás y tiene fama mundial.

La excavación y búsqueda que derivó en el “impresionante” hallazgo se inició prácticamente por accidente o casualidad. Todo comenzó hace 30 días, cuando un pescador vio “colgando” de la barranca del San Javier, huesos que habían aflorado, y le avisó al intendente. Y Amado Zorzón, que además de jefe comunal de Malabrigo es docente, llamó a su vez al director del museo de Reconquista, la ciudad cabecera del departamento, distante a 48 kilómetros. Ninguno sospechaba todavía a las puertas de qué estaban, pero de inmediato se armó un equipo de trabajo y se pidieron los permisos para excavar en tierras privadas. Y, con respaldo político e institucional, todo arrancó.

Además del director, por el museo de Reconquista se sumó la profesora Edith Gallagher. También se incorporaron el director de Cultura de Malabrigo, Ubaldo López, y un grupo de chicas y chicos, todos alumnos de las escuelas 2.057 y 232, acompañados de algunos de sus profesores. Y vecinos de la zona, que conocen bien la geografía,  son “ayudantes de campo” voluntarios.

Como de lunes a viernes todos trabajan o estudian, el día elegido para las sucesivas “expediciones” fue el sábado. Y así se lanzó la primera incursión en el terreno, que está en un campo privado de la comuna de Los Laureles que hace un triángulo con Malabrigo y Reconquista. Allí, en la barranca de un curso que se hace caudaloso con las crecientes pero baja mucho en las sequías, el mismo ciclo del agua había dejado al descubierto lo que asombró al pescador: se trataba de una mandíbula humana.

La confirmación llenó de entusiasmo al grupo, que comenzó a trazar las cuadrículas y a organizar la excavación arqueológica. Y sumó más adherentes todavía. Fue en la cuarta expedición, que los investigadores confirmaron que habían hallado algo más que un esqueleto. Y en la quinta, este mismo sábado, confirmaron que existía un entierro practicado en forma ritual por primigenios habitantes de lo que hoy es el noreste santafesino.

“Se procesaron las cuatro cuadrículas del sábado anterior, se avanzó hasta el cuarto estrato, por debajo del conchero y se localizaron los restos humanos. El hallazgo más espectacular fue el que encontró Edith Gallagher en la cuadrícula 4, quien junto al equipo que la acompañaba, halló los cráneos que damos a conocer en la foto”, se entusiasmó Ruggeroni.

Junto a la profesora Gallagher trabajaron alumnos que, según el director del museo de Reconquista, pasaron de la adolescencia a ser experimentados –y cuidadosos– excavadores arqueológicos. Y en otra cuadrícula también quedó al descubierto “un cráneo muy grande”.

Pero las distintas cuadrículas tenían más sorpresas: se encontraron “un proyectil de cerbata, restos de un vaso decorado con guardas grecas, y varios instrumentos de hueso, un tembetá de color amarillo transparente muy llamativo”, refiere Ruggeroni.

El tembetá es un adorno ritual: los guaraníes solían llevarlo en el labio inferior –un cuarzo tallado en forma de “T” de unos 10 centímetros– como insignia chamánica o distintivo en ceremonias. Y el hallazgo podría significar un indicio de la etnia a la que pertenecen los restos precolombinos, que fueron enterrados en posición fetal.

Con todo, lo cierto es que la aventura recién comienza. Según explicó Ruggeroni a este diario, ahora deberán confirmar por el método del carbono 14 la datación de los restos. De ello se encargará el museo de Ciencias Naturales de La Plata, que trabaja junto al equipo. Y el intendente Zorzón, del Frente para la Victoria, ya anunció la apertura de un museo arqueológico en Malabrigo, para “promover el rescate cultural en el año del Bicentenario”.

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