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Galíndez: “Aprendí la lección”

“Es muy difícil que traigamos un arquero”, le confió un dirigente a El Hincha.

Enrique Genovar

Hoy se cumplen exactamente 15 días desde que Central terminó su participación en el torneo Apertura. En los dos últimos encuentros que jugó el Canalla en el campeonato se pudieron observar muy pocas falencias. Más allá de esto los errores cometidos por Hernán Galíndez pusieron en el arco de los de Cuffaro Russo un signo de interrogación para lo que vendrá. Días atrás, Hernán Castellano declaró que el único idóneo en el

fútbol argentino para proteger los tres palos del auriazul era Roberto Abbondanzieri. Y que sino era el Pato, el Rifle sugirió que Galíndez es quien debe atajar ya que el único que lo supera es el arquero de Boca. Ante la negativa de la vuelta del experimentado arquero todo indicaría que hoy por hoy el Gordo, como le dicen sus compañeros, va a comenzar atajando. “Mi deseo para el año que comienza es ser el arquero de Central”,

enfatiza Hernán Galíndez.

—¿Supiste lo que dijo Castellano?

—Sí, lo leí. La verdad es que me puso muy contento que el Rifle diga algo así sobre mí. Es muy bueno para mí que un arquero de la trayectoria de Castellano tenga ese concepto hacia mí que recién empiezo.

—¿Creés que esto el concepto que tiene tu entrenador de arqueros, te puede generar una responsabilidad mayor para afrontar lo que viene?

—Puede ser, pero la presión siempre está. No te olvides que me tocó reemplazar al mejor arquero del torneo que era Fatura (Jorge Broun) y fue una responsabilidad muy grande.

—¿Volviste a ver los errores que cometiste frente a Godoy Cruz y Vélez?

—Lo ví muchas veces. En Mendoza tuve que haber despejado la pelota con los puños y no lo hice y en el de Vélez me picó mal, tuve mala suerte. Fueron errores, pero ya aprendí la lección.

—¿Con éstos dos antecedentes vas a tener que rendir examen todos los partidos?

—Creo que todos los arqueros rendimos exámenes durante el torneo, en cada partido.

—¿Hablaste durante este receso con Cuffaro Russo?

—No, no hablé. Con el que si hablé fue con el Rifle que lo llamé para agradecerle lo que había dicho de mí.

—¿Te deprimiste cuando terminó el torneo?

—Deprimirme no. Estuve mal porque sabía que me había equivocado, pero por suerte estuve muy cerca de mi familia y de mi novia. Los seres queridos son lo más importante cuando suceden estas cosas. Y yo me apoyé en ellos cuando cometí los errores.

—¿Te castigaron demasiado?

—No. Fueron errores muy importantes, tal vez la prensa lo puntualizó mucho.

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