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¿Ghirardi es el elegido?

Según se desprende de declaraciones formuladas por el actual secretario de Seguridad de la provincia, podría ser el hombre señalado por Lifschitz y por Binner para pelear en la interna con el sector de Giustiniani.

Mientras se espera que el intendente Miguel Lifschitz muestre el nombre de su elegido para sucederlo en la ciudad, y cuando algunos voces especulan con un probable tercer mandato, ayer habló el secretario de Seguridad de la provincia, Horacio Ghirardi, uno de los nombres que suenan con insistencia como preferido del intendente (y del gobernador Hermes Binner), y dio pistas sobre la posibilidad de que sea finalmente el nombre elegido para develar la incógnita.

“Mi nombre puede ser un elemento de síntesis; si es así, bienvenido”, dijo ayer el ex secretario de Gobierno de Lifschitz, en alusión a la posibilidad de encarnar esa pata del acuerdo Binner-Lifschitz, que resta para completar el panorama del PS en la ciudad.

“Está en debate, en los próximos días tiene que haber una solución”, adelantó a Radio Dos, y agregó: “Yo fui claro con mis referentes, les dije que siempre estoy dispuesto a un desafío tan importante”, sostuvo.  Abonaron la tesis algunas voces de su entorno, que  mostraban en los últimos días encuestas que le otorgaban cierta ventaja sobre los otros candidatos del PS.

Salvo esta precandidatura, el resto de las cartas del socialismo parecen estar echadas: ya está más que claro que Antonio Bonfatti y Rubén Giustiniani competirán el 22 de mayo, junto al radical Mario Barletta, para ver quién se queda con la candidatura a gobernador.

También está más que claro que quien en principio figuraba como cuarto candidato, el intendente Miguel Lifschitz, acordó con el gobernador bajar su candidatura, en un pacto que todavía no muestra todas las cartas del escenario local, la última incógnita que resta por definir en el panorama electoral, y que deberá resolverse antes del cierre de listas previsto para el 21 de este mes.

Mientras tanto,  Giustiniani, con su candidato a intendente, Miguel Zamarini, espera ese resultado y se descarta que se sumen a ese acuerdo.

Cierto es que antes del pacto Binner-Lifschitz había despuntado la candidatura a intendente del diputado provincial Raúl Lamberto, un hombre con recorrido y consenso, que quedó en medio de una negociación que a pocos días del cierre de listas no termina de cerrarse. Es otro punto a resolver.

La aspiración del intendente

“Rosario es la marca de socialismo no solamente en la Argentina, sino en el mundo”, dijo ayer Lifschitz a la prensa, en medio de frases esperanzadoras sobre la unidad del PS, pero sin largar prenda sobre el nombre del “elegido”.

El titular del Palacio de los Leones apostó unas fichas a la unidad y dijo que si bien es casi imposible evitar las internas en el ámbito provincial, ya que “las posiciones están muy definidas”. “En la ciudad de Rosario eso es posible, y estamos trabajando para ello”, dijo.

Claro que la unidad de la que habla el intendente excluye al sector de Giustiniani, ya lanzado en la figura de su candidato, el actual presidente del Concejo, Miguel Zamarini.

Tal vez, la única chance de la unidad total del PS, bajo un solo candidato, sea que el propio Lifschitz se anime a un tercer mandato, algo que desmiente y acepta con intermitencias.

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