Ciudad

Robo y vandalismo

Volvieron a robar en la escuela de la Vía Honda

Sin protección efectiva, del lugar se llevaron ventiladores, estufas y radiograbadores.


“Desde que estoy como directora, hace ocho años, robaron entre quince y veinte veces; es cíclico. Ahora se llevaron estufas, ventiladores, radiograbadores, y además provocaron destrozos y desparramaron pinturas. Hay que tener en cuenta que la semana pasada descabezaron la seccional 19ª y todo tiene que ver con todo”, dice resignada Andrea Berrone, a cargo de la escuela primaria Nº 660 Francisco Laprida, que comparte edificio con el Jardín Nº 249 Héroes de Malvinas.

En Biedma, entre Camilo Aldao y Matienzo, en pleno barrio Vía Honda, la docente hace esfuerzos para llevar adelante el trabajo en el lugar al que asisten más de 250 chicos en el jardín y más de 750 en la primaria. “Nos causa muchísima angustia porque esto nos afecta profundamente. El contexto donde trabajamos es muy complejo y vemos las vulnerabilidades de los niños. Esto causa desazón; es como volver empezar, que es lo que nos planteamos todos los días”, definía ayer por la mañana mientras esperaba que llegara la policía científica para levantar huellas dactilares.

Los hechos de vandalismo para con la institución se repiten los fines de semana. En este caso, fueron los vecinos, el sábado por la mañana, quienes avisaron a las autoridades.

“Nadie se mete por miedo a represalias y lo entiendo. Esta es una seccional donde la semana pasada relevaron a toda la dotación de la comisaría. Es una zona muy compleja”, agregó Berrone sin más aclaraciones.

“En el edificio de la primaria hay alarma y en el Jardín no, y, obvio, entraron por ahí. Hoy (por ayer) vino gente del FAE (Fondo de Asistencia Educativa) para hacerse cargo del tema y esperemos que ahora nos pongan la alarma en este sector”, indicó.

Romper todo por nada

A las maestras les quedaba ayer el consuelo de que los intrusos no se llevaron libros.

“Hicieron el lío propio de romper todo por nada”, señaló la directora en medio de la rutina de la mañana, mientras respondía a los medios y se mantenía atenta a que el comedor siguiera alistando las 1.550 raciones de comida que se preparan en viandas.

Es que “somos un comedor abastecedor. No sólo les damos de comer a nuestros chicos sino a los de cuatro escuelas más, como la 1359 y la 2050, que a su vez, abastecen a otras dos establecimientos”.

Como consecuencia del vandalismo el nivel inicial, ayer no se dio clases en la escuela, a la que la directora Liliana Cortellioni, “llegó llorando apenas enterada del hecho”, según contó Berrone.

“Nos causa mucha angustia. Trabajamos en un contexto muy complejo y nos causa desazón. Nos planteamos cómo seguir”, remató.

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