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Vivir un hoy que no es otoño sino primavera

Con la excusa del show acústico que la traerá a Rosario, Claudia Puyó, una de las voces emblemáticas del rock, habló de su carrera, sobre la independencia con la que trabaja y adelantó detalles de su nuevo disco.


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Por Daniela Barreiro

Ella es quien puso su voz en aquel emblemático disco de Fito Páez El amor después del amor; muchos la recuerdan por ese elogiado trabajo en el que fue perfecta partenaire del rosarino, pero la carrera de Claudia Puyó había comenzado mucho antes: fue en 1985 que grabó su primer disco y pisó fuerte en la escena del rock-blues nacional. Y continuó siempre en un camino independiente, con la libertad al frente, sosteniendo las bases de un camino que disfruta, vive y sobrevive.

Ahora, 40 años después de sus primeros pasos, cuando tenía apenas 15 años, esta voz distinguible que no goza de la popularidad de los flashes pero que todos reconocen a primera escucha, volverá a sentirse en la ciudad mañana, acústica e íntima, en el bar Lennon (Urquiza 1493). El show que comenzará pasadas las 22 será la antesala de la presentación oficial de su quinto disco solista (sin fecha confirmada aún), un material que bajo el título Primavera por un día desnuda parte de sus vivencias de los últimos años, pérdidas entrañables y la algarabía de la vida, un amor-desamor que decidió plasmar en nada más y nada menos que 16 canciones.

En su departamento del porteño barrio de Flores, Puyó contesta el teléfono y sin dar comienzo aún a la charla se apresura a nombrar a los músicos que la van a acompañar en Lennon: el guitarrista Oscar Kamienomosky y el tecladista Ricardo Gafas Maril estarán presentes en una velada que también contará con invitados como Fabián Gallardo y Caburo blues, y Alejandro Garcilazo y Juan José Flores.

“Mi plan es volver a Rosario pronto para presentar Primavera por un día”, desliza, e inicia la charla sobre el nuevo material, un disco editado de forma independiente, una forma de vida que Puyó eligió y sostiene. “Trato de mantener el espíritu intacto. Sigo siendo la misma persona de siempre, me pasaron muchas cosas pero escribo, compongo, toco el piano, me junto con mis amigos acá en la cocina con un cajón peruano, por suerte seguimos siendo los mismos, algunos al menos”.

Para Claudia la independencia es “la libertad de hacer lo que te da a gana”. “Vivo precariamente, tengo un departamentito en Flores, vivo acá hace mil años, soy de Ramos Mejía”, dice y bromea: “Sobrevivo de la música”.

“Tengo que salir a tocar sí o sí porque si no, no pago las cuentas. Yo no voy a la televisión, no entro en esos programas rarísimos de «Soñando por …» porque no me gustan las competencias, no las entiendo, para mí todos somos músicos diferentes, nadie puede juzgar a nadie, pero se gana mucho dinero con eso; tengo amigos que participan y no los critico, me parece muy bien que cada uno forje su camino como quiera pero yo siempre fui igual, medio under, dejé de serlo cuando empecé a cantar con Páez y la gente me conoció pero no por mi música, algunos siguen pensando que soy la corista de Fito Páez. A veces quedan esas cosas que no siempre son las más importantes, lo importante es el corazón, la coherencia, que le pongas la misma garra que cuando tocabas a los 15 en el garaje”.

Canciones de primavera

Primavera por un día es un disco ecléctico con inéditos y reversiones que lleva consigo el dolor de grandes pérdidas pero también el color de un renacer, de un valorar el día a día. “El título representa algo parecido a vivir el hoy –confesó–, un hoy que no es otoño, es primavera. Es tratar de vivir el día y ser lo más feliz posible”, relató quien grabó como invitada con Sueter, David Lebón y supo formar parte de Gulp, el emblemático disco de los Redondos de Ricota. “Este año voy a cumplir 40 años arriba de un escenario, me subí a los 15 y voy a cumplir 55. Cuando pasa el tiempo y vez caer muchos amigos músicos, muchos compañeros de ruta, intentás vivir con felicidad y que la primavera dure un día El dolor es mucho más largo”.

“La vida de la gente que uno ama es como un cristal que puede romperse en cualquier momento. Hemos perdido un montonazo de músicos maravillosos en los últimos años, fue difícil. Cuando se fue Luis (Alberto Spinetta) quedamos huérfanos para siempre. También falleció Pilo (Dardo Ruiz Díaz) mi armoniquista y el año pasado se fue mi bajista, el Polaco Riedel. Ellos son como hermanos porque estás más con ellos que con tu propia familia. Fue y es muy duro. Si bien contiene todo ese dolor, este disco es a color a diferencia de los anteriores, que son blanco y negro o sepia”.

“Primavera por un día es casi como un disco doble, tiene muchos temas, es muy ecléctico. Generalmente hago una selección de cosas que sinteticen un poco lo que me pasó en los últimos años”, describió, y para concluir adelantó: “Tengo ganas de hacer un disco todo de blues. Los últimos tres discos que hice fueron más eclécticos, tienen hasta una zamba compuesta por mí. La idea es recopilar tanto blues míos como de amigos que no son tan populares, como León, el blusero de Ramos Mejía, por ejemplo”.

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