Policiales

Tiratiros sin miedo entre gendarmes

Viernes de furia en Tablada: con el asesinato de una familia cerró una jornada marcada por balaceras

“Fue en una zona donde tenemos un patrullaje muy fuerte de Gendarmería, del grupo especial que ha venido hace un tiempo”, admitió el ministro de Seguridad de Santa Fe, Jorge Lagna. Otra mujer herida, una balacera a un domicilio y tiros a una concesionaria con poca distancia y tiempo de diferencia


Trampa mortal: el pasillo donde fueron acribillados un joven y su pareja y su hija de 6.

El barrio Tablada, en el sur de Rosario, fue este viernes el escenario de una jornada enrarecida por sucesivos hechos de violencia. La saga cerró con el más dramático, poco antes de la medianoche: el asesinato de una joven pareja y su hija de seis años por parte de cuatro personas que los acribillaron cuando ingresaban a un estrecho pasillo de calle Garibaldi 57. Unas tres horas antes, habían baleado en el abdomen a una mujer en Esmeralda al 3900. El auto en el que sospechan se movieron los agresores de ese ataque y otro, una balacera contra un domicilio de Beruti al 4000, fue hallado frente al complejo de viviendas de Lola Mora 55 bis. Esto es, a unos 500 metros de la concesionaria también rociada de proyectiles, en avenida Uriburu al 400, durante la tarde del mismo día.

A la última familia diezmada por la violencia sin medida en la ciudad la abordaron cuatro personas apenas habían traspasado la puerta negra de rejas de Garibaldi 57, que cierra el pasillo angosto por el que ingresaban a su vivienda. La zona era patrullada por personal de Gendarmería desde hace un tiempo, pero esa presencia no incomodó a los agresores. Los federales fueron los primeros en llegar al lugar. Allí encontraron a Rodrigo Tomás Morera, de 27 años, tendido en el piso, ya sin vida, y con numerosos impactos de bala.

Los vecinos informaron a los gendarmes que también estaban heridos la pareja del joven, Ainará “Tahia” Gabriela Altamirano, de 25 años, y la hija de ambos, Auriazul Morera, de 6. Les dijeron que los habían llevado en un auto particular hasta el Hospital Roque Sáenz Peña antes de que arribara el móvil del Sies. En el centro de salud, sin embargo, constataron que la pequeña y su madre ya no tenían signos de vida cuando ingresaron. La niña había recibido impactos de bala en el abdomen y un brazo.

Los investigadores policiales levantaron del piso más de 20 vainas servidas de dos calibres: 16 de 9 milímetros y cinco de 40 (en centésimas de pulgada, equivalente a 10 milímetros). También recogieron dos cartuchos intactos de ambos tipos y cuatro balas.

Con dolor y desconcierto, la madre de Ainará, Karina, expresó en su cuenta de Facebook su impotencia por el arrebato a su familia y aseguró que su hija y su yerno no se metían con nadie.

“Gente de mierda, qué se piensan, que todos somos iguales. Sólo somos un número más. Mi hija y mi yerno se rompían bien el lomo para criar a sus hijas, no se metían con nadie. Mi nieta, una criatura llena de vida dulce, llena de amor. Y así terminaron. Se confundieron, lo único que dicen. ¡Basta! ¡¿Hasta cuándo?! Queremos justicia. Nadie hace nada. ¿Seguridad? ¿Dónde? Impunidad e impotencia”, escribió.

El Club Atlético Almafuerte de barrio Las Flores pidió justicia para Rodrigo y su familia en su perfil de Facebook. “Hoy recibimos una horrible y terrible noticia sobre Rodrigo, Tahia y Auri. No hay palabras para este terrible suceso, sólo queda decirle a sus familiares que los acompañamos en este feo dolor”, escribieron en la red social.

El posteo fue acompañado de un lazo de luto y varias imágenes: “Te hacemos este pequeño homenaje de tantos partidos que compartiste con Almafuerte Las Flores, momento buenos y momento tristes, pero siempre estabas ahí en cada partido con tu pequeña familia”.

Tiratiros entre federales, sin acuse de recibo

El triple crimen fue el cierre letal de una jornada marcada por las balas a discreción en Tablada. El mismo viernes en el que se presentó a quien coordinará el refuerzo de despliegue federal en la ciudad prometido por Nación. Y en un territorio que, enfatizaron autoridades provinciales, está custodiado especialmente. “Fue en una zona donde tenemos un patrullaje muy fuerte de Gendarmería, del grupo especial que ha venido hace un tiempo”, admitió el ministro de Seguridad de Santa Fe, Jorge Lagna, consultado este sábado en Radio Dos.

El funcionario provincial aprovechó para ampliar responsabilidades sobre una violencia creciente en número de casos, ferocidad, uso intensivo de armas de fuego y falta de apego a cualquier código, aún dentro de las actividades criminales. “Es hora de que la política haga un mea culpa. Todos los partidos. Todos somos responsables de la situación a la que hemos llegado. No me saco el sayo, nosotros estamos a cargo del Ejecutivo, pero tenemos que dejar de hacer partidismo con la seguridad”, prendió el ventilador el ministro.

Jornada enrarecida

A unos 400 metros de donde perpetraron el triple crimen, en Esmeralda al 3900, hubo otro ataque. Fue alrededor de las 20.30. La víctima, Amparo M., una mujer que tuvo mejor suerte: sufrió una herida de bala en el abdomen, pero en principio su vida no estaba en juego.

Testigos indicaron que los agresores se movían en un auto, del que ofrecieron la descripción. La policía encontró cerca, en Lola Mora 55 bis, al Chevrolet Prisma blanco mencionado. Estaba en ese complejo de viviendas con las ventanillas abiertas y adentro encontraron varias vainas servidas, una billetera y una bolsa, según el primer y escueto parte oficial. El mismo vehículo, además, está señalado como la presunta movilidad utilizada para otro ataque, contra la fachada de una vivienda de Beruti al 4000, casi a la vuelta del primero.

Todos estos hechos están en la misma zona de otra balacera, perpetrada por dos personas en moto y cuyo blanco fue la concesionaria de autos Capa Automotores, ubicada en avenida Uriburu entre Alem y 1º de Mayo. El negocio no estrenaba esos daños: ya había sufrido una andanada de tiros similar dos veces, una en enero de 2019.

La violencia letal parece estar a la vuelta de la esquina en ese sector del sur, que en las últimas semanas ocupó gran parte de la crónica roja de una ciudad sin calma. A poco más de 400 metros de la escena del triple crimen, diez días antes, amaneció con el cuerpo de un hombre en la esquina de Esmeralda y Presidente Quintana. Tenía 9 orificios de bala y de la identificación de la víctima no hubo noticias por parte de las autoridades. Cerca del cadáver, dejaron un mensaje manuscrito: “Que peleen, si no que corran”, escribieron inspirados en una canción del músico Callejero Fino. Como ocurrió el último viernes, ese crimen coronó una noche en la que se reportaron tres balaceras en el mismo sector.

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