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Sociedad

Valores en el rol educativo de los medios de comunicación

Por cómo impactan las nuevas tecnologías en la sociedad, lo que nos rodea se constituye en una fuente de conocimiento.


El hombre es un ser de necesidades que se satisfacen socialmente y en condiciones concretas de existencia, vale decir, en su cotidianeidad. Las relaciones que el individuo establece con el medio social determinan un mundo interno que irá ampliando en la medida que desarrolle su vida.

La sociedad actual se ve atravesada por profundos cambios que impactarán sobre las condiciones individuales y colectivas. Las tecnologías de la comunicación y la información son un ejemplo de ello.

En este proceso de crecimiento el hombre está en permanente aprendizaje, a partir del cual, conforma su cosmovisión. Todo lo que nos rodea se constituye en una fuente de conocimiento, en otras palabras, somos permanentemente educados por el medio social, cultural, tecnológico, político, económico, etc.

Decir que “todo nos educa”, nos involucra como educadores, no sólo la escuela está llamada a cumplir este rol. Educamos como padres, vecinos, como referentes de organizaciones o asociaciones, como trabajadores y también como comunicadores sociales. Vale decir que en todas las relaciones humanas se manifiesta nuestra doble condición de educadores y educandos.

Educar no es sinónimo de escolarizar, porque no siempre este proceso se lleva adelante en las aulas. En esta realidad se imponen otros actores sociales, que en el marco de las nuevas tecnologías también tienen la función de educar, con algo más en su beneficio: la masificación de los contenidos en menor tiempo.

Comienzan a surgir nuevos formadores sociales: los medios de comunicación. No es que antes no hayan existido, sino que ahora han alcanzado tal grado de desarrollo que contribuyen a formar nuevos modos de relaciones sociales.

La constante diversificación de los medios de comunicación supone, no sólo una variada forma de vehiculización de los mensajes informativos, sino que además, plantea una nueva concepción de los sujetos como receptores de la información. La sociedad de la subinformación ha dado lugar a la sociedad de la multiinformación que amplia significativamente la oferta comunicativa e impone una inquietante vertiginosidad que plantea desafíos sin precedentes. Las comunicaciones, más que ampliar las capacidades físicas del hombre, propician una nueva estrategia intelectiva.

Según el diccionario de la Real Academia Española educar es: dirigir, enseñar, desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven. Desarrollar las fuerzas físicas. Perfeccionar, afinar los sentidos. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.

Es en esta definición donde los medios de comunicación juegan un papel fundamental.

No se trata de educar en contenidos curriculares como ciencias, matemáticas, lengua, etc. porque para eso hay otros ámbitos naturales como la escuela. Se trata de educar en valores como: solidaridad, responsabilidad social, compromiso con su comunidad, respeto a la diversidad, etc.

En un estudio realizado por la Fundación para la Investigación y el Desarrollo de la Ciencia, el licenciado Daniel Cohen señala que los niños en edad preescolar miran alrededor de tres mil horas de TV antes de ingresar al primer grado del ciclo básico.

Durante el período de enseñanza primaria y secundaria, los estudiantes acumulan alrededor de diez mil horas de asistencia a clase, mientras que en el mismo tiempo gastan un promedio de quince mil horas frente a un aparato de TV.

Según una investigación realizada por la Secretaría de Medios de Comunicación de la Nación, el equipamiento de televisores en los hogares argentinos ha crecido en los últimos años y llega a una cobertura del 96,6 por ciento, con un promedio de 2.4 televisores por hogar, aún en los de bajos recursos.

Por otra parte, los entrevistados manifiestan ver un promedio de 3,5 horas diarias de televisión, lo que equivale a decir que la TV sigue siendo el principal consumo cultural de los argentinos.

Según esta encuesta, la TV ya no es el medio de entretenimiento por excelencia puesto que hoy ha crecido mucho como fuente de información. En este sentido el 84,4 por ciento de los entrevistados se informa por TV, vale decir, se educa.

Estos datos confirman que el desarrollo de las nuevas tecnologías asociadas a los medios de comunicación, ha potenciado la difusión de otros modos de constitución del mundo interno, que van modelando de manera vertiginosa nuestras matrices de aprendizaje. En otras palabras, los medios ejercen un importante papel pedagógico desde el cual imponen determinados valores.

En tal efecto la Unesco señala: “La comunicación engendra un medio educativo y pasa a ser ella misma un tema de educación, al paso que el sistema educativo pierde el monopolio de la educación”.

Ahora, más allá de las confabulaciones y la eterna lucha épica entre las máquinas y los hombres, los medios de comunicación son herramientas humanas creadas y dirigidas por humanos que han adquirido un enorme control de la información. Esta humanización de los medios pone el trabajo de los comunicadores en un plano de absoluto compromiso social.

Nuestras vidas están vinculadas a los medios y podríamos decir que nos acompañan cualquiera sea el nivel de alfabetización que tengamos, por ellos nos informamos, construimos valores estéticos, consumimos determinados productos, formamos agendas temáticas y actuamos roles sociales.

Aguaded y Contín sostienen: “La escuela y los medios de información de masas son dos ámbitos privilegiados del discurso, pero ambos mantienen una diferencia fundamental: el primero, en una tendencia tradicional y casi universal, trabaja con públicos ‘cautivos’ sujetos casi exclusivamente a una pedagogía transmisora y reproductora que intenta perpetuar un sistema endogámico de supervivencia… Los medios, en cambio, distribuyen sus voces de manera abierta, cautivando al público, con un sistema en plena expansión que tiene todo a su favor, desde la tecnología novedosa hasta los intereses mercantiles de los grupos poderosos”.

La comunidad en general y los medios en particular forman parte de la gran trama de compromisos sociales que se necesitan para que la educación en valores se constituya en un verdadero paradigma de futuro.

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