Sin ideas, sin fútbol y sin resultado. Central tuvo una tarde totalmente a contramano en el gigante de Arroyito. Perdió y sembró dudas de cara a lo que viene. El Canalla jugó muy mal. Costó saber cuál fue la estrategia para enfrentar a Godoy Cruz. Muchos jugadores de buen pie, pero ninguno desequilibró. Encima el rival, con escasísimas armas, terminó ganando un partido malo.
La imagen que dejó ayer en el Gigante, ante su gente, fue pálida. Por momentos pareció como que el equipo estaba en otra cosa, en otra sintonía. Y esto hizo mella en el encuentro, ya que el rival nunca propuso nada. Encima las dos expulsiones terminaron de palidecer la fría tarde.
El primer capítulo lo único que dejó fue la roja para Abreu. A poco más de cinco minutos para el final, Rapallini expulsó de manera justa a Abreu. El delantero saltó a cabecear con el salteño Burgos y le aplicó un codazo certero en el rostro. El Loco había quedado caliente por una entrada dura de Lértora minutos antes, pero nada justificó la reacción de un jugador experimentado como él.
Central ni siquiera aprovechó la expulsión temprana en el complemento (40 segundos) de Jerez Silva. Con el partido diez contra diez la cosa invitaba a otro protagonismo del Canalla. Sin embargo, las ideas no aparecieron…
Russo debió mover el banco antes. Encima, cuando promediaba el juego, Ramírez capitalizó un centro aislado y pudo con Caranta. Central no reaccionó, o mejor dicho lo hizo, pero con armas muy inofensivas. Los jugadores se amontonaron en el campo rival y el único que pudo marcar fue Valencia, pero Moyano se lo impidió. El Canalla no jugó bien, careció de ideas y fútbol. Pero principalmente se mostró como un equipo totalmente inexpresivo.
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