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Sello mafioso

Una saga de balas y sangre con la venganza como móvil

Un joven de 18 años fue baleado ayer y quedó detenido en el Heca. Hoy le imputan la muerte de Luis Bassi, padre del Pollo.


Un joven de 18 años que hoy va a ser imputado por el crimen de Luis Ángel Bassi, el padre del Pollo, fue baleado anteanoche cuando viajaba en un remís por Oroño y Lamadrid, hecho en el que el chofer también resultó herido. Para muchos de los investigadores, el ataque a Javito (como apodan al herido, que hace poco cumplió la mayoría de edad) obedece a una venganza. Es que el otro joven vinculado con el crimen de Bassi fue Diablito y también fue alcanzado por las balas. El 1º de abril, dos motociclistas le dispararon cuando caminaba por barrio Industrial. Una bala le rozó la médula y quedó parapléjico. Diablito había sido desvinculado 12 días antes del crimen de Bassi, algo que al parecer no resultó convincente para sus deudos. Hasta allí, dos ataques que los pesquisas atribuyen a una venganza familiar. “Los policías acusaron a estos pibes, que no tienen nada que ver y gracias a esa versión terminaron los dos baleados; uno paralítico y otro casi muerto”; sostuvo un allegado a Javito y Diablito.

Hasta allí, lo que podría haber sido una venganza por el crimen de Bassi. Pero la secuencia de muerte y drama no termina allí. Después de que se firmara el juicio abreviado que benefició a la banda de Los Monos, una serie de balaceras y homicidios parecen dar cuenta de que una guerra de bandas renació de las cenizas y todo hace pensar que lejos está de terminar.

Semana agitada

El lunes mataron a Rubén Muñoz, un hombre de 51 años que es el padre de Facundo, conocido como Macaco. Este joven está preso acusado por el homicidio de Claudio “Pájaro” Cantero, quien supo liderar la banda de Los Monos y fue fatalmente baleado el 26 de mayo de 2013.

Un día después, el martes, Diego Cuello, quien fue detenido en abril de 2013 con 20 kilos de droga en su chacra de Alvear, un hecho que trascendió a los medios como la Narcochacra, sufrió un ataque en zona sur. Llegaba a su casa en auto con sus cuatro hijos cuando desde otro vehículo le bajaron un cargador entero, aunque resultó ileso.

Dos de sus hijas de 2 y 7 años sufrieron heridas pero están fuera de peligro.

Los padres

Luis “Pollo” Bassi, Facundo “Macaco” Muñoz y Milton Damario fueron procesados en julio de 2014 por el crimen de Claudio “Pájaro” Cantero por los delitos de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego y lesiones graves agravadas por el mismo motivo. Al Pollo en carácter de instigador, mientras que Macaco y Damario fueron considerados autores del crimen.

Poco después Luis Ángel Bassi, padre del Pollo, fue asesinado en la puerta de su remisería de Villa Gobernador Gálvez por un solitario atacante que se bajó de un auto, caminó algunos metros y descerrajó varios disparos contra el hombre que perdió la vida el 22 de octubre de 2014. Antes, dos de sus hijos tuvieron el mismo destino. La tarde del 31 de diciembre de 2013 Leonardo Bassi fue asesinado en el interior del comercio familiar por un hombre que ingresó y le pidió un coche para ir al cementerio. Dos meses después, Maximiliano Gerardo Bassi arreglaba un camión estacionado frente a la remisería en Chile al 2000 cuando lo balearon mortalmente.

En diciembre pasado, Miguel Ángel Damario, padre de Milton, fue ejecutado cuando circulaba en una motocicleta. El hombre, que tenía una dificultad física en una pierna, fue abordado en Lola Mora y Grandoli desde una moto. Al menos dos proyectiles calibre 9 milímetros le impactaron en la cabeza y el omóplato derecho, y provocaron la muerte del hombre de 57 años. El lunes pasado fue el turno del padre de Macaco. Todos estos hechos tienen puntos en común, los autores llegaron en vehículos y a cara descubierta desenfundaron armas calibre 9 milímetros y dispararon a zonas vitales.

Ninguna de estas causas tiene autores individualizados.

A balazos

Javier “Javito” Aníbal M., de 18 años, y Juan Carlos G., un remisero de 38, ingresaron al Heca minutos antes de la medianoche de anteayer trasladados por un móvil del Sies.

Un rato antes, circulaban en un Ford Focus por la zona sudoeste de Rosario y a la altura de Oroño y Lamadrid fueron atacados a balazos. Juan Carlos estaba al volante del vehículo y Javito iba en el asiento de acompañante cuando un Volkswagen Bora negro se les puso a la par y abrió fuego contra ellos.

En diálogo con El Ciudadano, Néstor Marchetti, director del Heca, explicó que Javito ingresó con una herida de arma de fuego en el pecho, mientras que Juan Carlos tenía once impactos de bala. Los plomos lo hirieron en piernas, la ingle y brazo izquierdo.

Apenas llegaron al Heca, los dos fueron operados y, si bien las lesiones eran graves, se encontraban estables y recuperándose.

Javito está internado en una habitación con custodia policial permanente y se encuentra incomunicado, ya que hoy va a ser imputado por el crimen de Luis Bassi.

Llamada

Ayer al mediodía, la esposa de Javito y sus hermanas esperaban la autorización del fiscal a cargo de las investigaciones, Florentino Malaponte, para poder visitarlo. Según su mujer, anteanoche Javito la llamó por teléfono de un número desconocido. Sonaba agitado y en pocas palabras le dijo que estaba herido: le habían disparado cuando quisieron robarle el auto a su amigo y ambos se resistieron a entregar el vehículo.

Sin embargo, desde la Fiscalía de Homicidios consideraron el ajuste de cuentas como la principal hipótesis del ataque.

El chico de 18 años está en pareja desde hace tres años y tiene cinco hermanos. Según una de sus hermanas, la familia vive desde hace años en Rosario, aunque son de Buenos Aires. Acerca de Juan Carlos, fuentes policiales indicaron que trabaja de remisero, aunque no cuenta con habilitación para hacerlo. En apariencia, fue baleado por estar en el lugar menos indicado, en el momento menos oportuno.

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