Espectáculos

Una joven escritora que recolecciona experiencias

Abril Castagnola se define como "recolectora de experiencias" y las transmite en su libro "De aromas y (sin) sabores".


Imaginemos por un momento al joven Jorge Luis Borges deslizando sus escritos iniciales en los bolsillos de los sacos de los periodistas en el vestíbulo del diario La Nación. O al niño Domingo Faustino Sarmiento repitiendo en voz alta los textos que su padre está empeñado en que le recite antes de salir a trabajar con los carros, un hecho que marcó su lectura y su pluma. Pensemos qué se le habrá ocurrido a Julio Cortázar cuando por fin logró una cátedra en Letras en la novel Universidad de Cuyo, ¿habría tramado ya la estrategia de Rayuela? ¿Cómo habrá sido la formación de Luis Guzmán para trastocar las pautas del psicoanálisis y llegar a lo más alto de la vanguardia con El Frasquito, su primera novela? ¿En qué ambiente se movió Claudia Piñeiro para lograr escribir Las viudas de los jueves, o Un comunista en calzoncillos? ¿Cómo se gesta, qué caminos recorre, de dónde surge un escritor argentino? ¿Cómo será la nueva generación de escritores de nuestro país?
Parece ser que algo de todo eso puede pensarse de la generación que está creciendo. Si pudiéramos haber visto a los escritores argentinos cuando se estaban formando, cuando escribían sus primeras líneas, tal vez nos toparíamos con un caso similar al de Abril Castagnola y su libro De aromas y (sin) sabores. Un texto que es una importante carta de presentación y lleva inscrita una marcada incidencia del realismo mágico latinoamericano; un libro que no deja de abrir puntas al descubrimiento de nuevas formas de narrativa. Parte de esas marcas se deben a que Castagnola lleva ya ganados algunos concursos literarios, siendo el certamen histórico-literario Caminos del Mercosur 2013: la ruta del café, su oportunidad para conocer otros destinos sudamericanos, tener nuevas experiencias y desconocidas tradiciones en los cafetales colombianos. Esta carta de presentación le sirvió a la joven escritora santateresita para seguir descubriendo nuevas y viejas historias en Perú, España y Francia, lugares a los que llegó a través de sus premios literarios.
Nacida en el corazón de la Pampa gringa, en un pueblo del sur santafesino llamado Santa Teresa, esta joven de 16 años escribió una novela que transcurre en la Colombia del café a partir de la historia de mujeres –la mujer obrera, la campesina con su sueño de tierra–  que reflexionan sobre sus vidas desde distintas perspectivas.
Castagnola lo describe a partir de sus pensamientos retomando el estilo que supo legar Gabriel García Márquez, de quien la escritora se confesó lectora. La mujer que se reencuentra con el trabajo, el aroma, el color del café cosechado y las tradiciones, es otra alma que reflexiona su vida teniendo como excusa ese cultivo. Para la joven escritora es importante observar a la mujer en distintas épocas y atendiendo a cómo transcurre el tiempo, cómo cambian las épocas.
“Un escritor es un recolector de experiencias”, afirmó Castagnola y en ese sentido está trabajando. Habiendo recorrido países de Sudamérica y Europa, la joven santateresina parece decidida a seguir recolectando relatos para poder retransmitirlos.
Posiblemente de su reciente  viaje a Europa surja otra novela; para su anterior texto, la escritora confesó haber estudiado sobre la historia y las costumbres de Colombia, hasta haberse sentido empapada con eso y lista para escribir.

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