Central vive una realidad a fuerza de resultados. Ganó tres y perdió dos, sin importar demasiado la condición de local o visitante. Ayer repitió fuera de casa, terminó siendo una gran victoria, pero no jugó un gran partido. Tuvo la virtud de acertar en la red de Defensa y Justicia cuando peor la pasaba. Eso también es un mérito. Mientras tanto, puede afirmarse que sigue buscando su identidad, pero tal situación es mucho más amena cuando se gana.
El primer tiempo no dejó demasiada letra para el análisis. Valencia no es Abreu, ya que el colombiano es grandote pero no parece sentirse cómodo cuando la pelota viene por arriba, pues esquiva los choques. Si bien no tuvo sobresaltos defensivos, en Canalla en ataque gravitó poco y nada.
En cambio, en la segunda parte encontró el partido. Algo que empieza a ser una costumbre: lo vivió contra Quilmes, Gimnasia y ayer también. Acuña enseñó el camino desde una acción individual que nació de contra. Niell apenas ingresó por el inexpresivo
Valencia marcó el segundo. Y el voluntarioso Medina clavó el tercero. Las oportunidades que ofrecía la última línea de Defensa no había que dejarlas pasar, y eso sucedió con Central.
Otro buen partido de Damián Musto: es cinco y juega de eso. La velocidad de Aguirre y la profundidad de Acuña fueron las bases de la victoria. Además de contar con un siempre efectivo Caranta.
En el maratón canalla se viene Boca por la Sudamericana el próximo jueves… no hay descanso entonces. Pero siempre es mejor que esto transcurra en medio de victorias como la de ayer. Para la semana quedará saber el estado físico de Niell, pues jugó apenas cinco minutos por lesión, y de Medina. Sonrisa del Canalla en Varela, una buena manera de recuperarse.
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