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Ciclo de teatro

Un tiempo para tomar envión

Romina Mazzadi Arro, creadora del grupo teatral Hijos de Roche, habla de la reposición de un puñado de obras estrenadas por ese equipo en la última década, de cara a sus 20 años de trayectoria y de la compra del primer espacio propio.


Mientras se prepara para los festejos de sus primeros veinte años de trabajo, Hijos de Roche, uno de los grupos teatrales rosarinos que acredita, en su vasto recorrido, el abordaje de una poética propia que si bien abreva en cierto teatro clásico y realista, juega con rupturas de una valiosa innovación, puso en marcha el pasado fin de semana el Ciclo Repertorio, que se extenderá por los próximos meses, todos los sábados a las 22, en Santiago 150, y supone la reposición de varias de sus obras, en su mayoría, estrenadas en la última década.

“La idea fue volver a revisar el teatro que hicimos en estos últimos diez años, un poco como antesala de los veinte años del grupo, que se cumplen en 2018, cuando además vamos a inaugurar el nuevo Espacio Bravo, el primero de nuestra propiedad, dado que después de mucho esfuerzo y mucha ayuda logramos comprar una casa en Catamarca y San Nicolás”, adelantó la mentora del grupo, Romina Mazzadi Arro, quien agregó: “Los sábados de este mes estará en cartel El Desagüe, que es una obra de 2014, y en julio volvemos con Ya estoy solo, que es del mismo año y son de las más nuevas; después, para agosto, reponemos Insoportable, que es una obra de 2007, y cerramos en octubre con Se finí que es de 2008.

La directora y dramaturga, cuyos comienzos fueron en la ciudad de Rafaela, analizó a la distancia el contenido de este corpus de obra que encierra poco más de la mitad de la producción del prolífico grupo. “Estoy con cierto grado de expectación por ver todo este material nuevamente en escena, pero también, el ciclo aparece en un momento complejo; este es un año de resistencia en varios aspectos, y volver a poner estas obras es como decir: «Miremos lo que tenemos y veamos cómo seguimos adelante»”, analizó. Y continuó: “Es un buen año para reflexionar y así poder hablar de nosotros mismos; siempre estamos produciendo y estaba bueno parar y mirar un poco para atrás, sobre todo en este tiempo y de cara a la mudanza al nuevo espacio que será a fin de año; pero también porque la realidad nos está demandando alguna poética que tendremos que encontrar, más vinculada a lo político, más allá de que es algo imposible pensar un teatro que no sea político, porque a nivel político y social nos está pasando algo muy feo, cercano e ineludible. Es un momento en el que hay que producir un teatro que esté vivo, y para que esté vivo, tiene que estar a la altura de los acontecimientos”.

Respecto del recordado y elogiado biodrama (pieza escrita a partir de las biografías de personajes reales) Insoportable, el término de un largo día, la directora analizó: “No sólo es una bisagra en la producción de Hijos de Roche sino también una bisagra en mi vida, porque en esa obra está metida mi familia, y mientras ensayábamos, murió mi viejo. Pero además, es una bisagra en términos de actuación, porque hay un cambio de lenguaje en la búsqueda del grupo: se trataba de encontrar el clima de tragicomedia familiar y de ese modo entramos en otros registros. Quizás también por eso es, cronológicamente, la obra que marca el comienzo de este ciclo, porque es de 2007”.

Finalmente, Mazzadi Arro analizó el esfuerzo que implica sostener por dos décadas una construcción poética y política que dialogue con un modo de concebir el teatro. “Más allá de las diferencias y de los problemas, ha sido un recorrido muy placentero. Es un proceso difícil, por momentos hasta se puede volver aterrador, pero también es apasionante. Siempre fuimos por un poco más y esa búsqueda incluyó el espacio propio, que es Espacio Bravo, y que el año que viene será propio de verdad. Se trata de una casa en Catamarca y San Nicolás, es una casona antigua con un gran galpón detrás donde montaremos la sala. Es un espacio que podemos comprar gracias al aporte del Instituto Nacional del Teatro (INT), que nos otorga un subsidio especial a cambio de actividad por veinte años, y el resto con créditos y un gran esfuerzo. Es un proceso muy estimulante el que estamos atravesando porque se volvió algo imposible para nosotros, como para otros grupos, sostener los espacios alquilando. De no contar con esta posibilidad, el año que viene no hubiésemos podido seguir. Hoy, en Rosario, somos once salas que estamos nucleadas en la Asociación de Teatros Independientes (Atir), y que estamos entre todos buscando la manera de salir adelante. Nos impactó fuertemente todo el tema de los tarifazos porque además somos espacios sin fines de lucro y al mismo tiempo sentimos que somos espacios muy necesarios”, analizó la creadora. Y concluyó: “Los tiempos de crisis suelen ser potencialmente buenos para el teatro que llamamos independiente, de vanguardia, alternativo o como quieran ponerle, porque se trata de un teatro de la necesidad; el teatro es hoy un lugar donde la gente se quiere ir a acurrucar, a encontrarse con el otro, la gente necesita en este momento escuchar lo que tenemos para decir los artistas independientes”.

Materiales que encierran una poética propia

El Ciclo Repertorio de Hijos de Roche ofrecerá, los restantes sábados de mayo a las 22, El Desagüe, hasta que nada los separe, con dramaturgia y dirección de Romina Mazzadi Arro, y las actuaciones de Paula García Jurado y Francisco Fissolo, en el que una pareja pasa por distintos estados entre el encuentro, el desencuentro, el hastío y hasta la violencia. En julio, siempre los sábados y en el mismo horario, el ciclo sumará el imperdible Ya estoy solo, de Romina Mazzadi Arro, con la actuación de Elisabet Cunsolo y dirección de Paula García Jurado. Se trata de un texto duro y conmovedor, por momentos pesado, torcido en su tránsito, lleno de atajos y vueltas al principio, en el que la autora ensaya una crítica cruda y mordaz al verdadero sentido del arte, y donde se pregunta cuánto está dispuesto a entregar cada uno (o a entregarse) en la hoguera de las vanidades que supone el oficio, con un descomunal trabajo de Cunsolo, y muy buena dirección de García Jurado.

Por su parte, agosto verá de regreso a una obra bisagra del grupo estrenada en 2007. Se trata del biodrama Insoportable, el término de un largo día, de Mazzadi Arro, quien además dirige a Ricardo Arias, Bárbara Peters, Paula García Jurado y Elisabet Cunsolo. Lo que parece no tener fin, la convivencia familiar que se revela casi como una pesadilla, el costado perverso pero insoslayable de una familia que confunde los finos bordes del amor y la protección con los del odio y el abandono, son los temas sobre los que trabaja la directora, a partir de historias (diálogos) de su propia familia vividos (escuchados y escritos) por ella en su infancia.

El cierre del ciclo, los sábados de octubre, llagará de manos de la reposición de Se finí, también de Mazzadi Arro, quien dirige a Sofía González y Francisco Fissolo. En la propuesta, hoy de absoluta vigencia por toca problemáticas como la inseguridad y la violencia de género más allá de que fue estrenada en 2008, conviven dos situaciones temporales: la de un ayer en la presencia de Matilde y la de un presente, en la irrupción de Hernán. Sin embargo, se trata de dos mundos superpuestos a partir de una serie de sutilezas armadas desde el realismo, un campo que la directora comenzó a transitar desde su trabajo anterior en términos cronológicos, el logrado y referido biodrama Insoportable (el término de un largo día).

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