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Villa Cañas

Triángulo amoroso tuvo trágico final

Los tiros fatales ocurrieron frente a una vivienda de calles 62 y 57. Un niño de diez años presenció los hechos.


Un hombre de 32 años fue asesinado anteanoche en la localidad de Villa Cañás en medio de una pelea por una mujer, según la hipótesis principal de la pesquisa. De acuerdo con fuentes de la investigación, el homicida confeso, un conocido empresario de la zona, declaró que la víctima lo fue a buscar para reclamarle que le había robado la novia y que en medio de la pelea le tiró un tiro y él le respondió de la misma manera. Sin embargo, los peritajes en la escena del crimen no coinciden con la versión del matador y los pesquisas suponen que ciertas pruebas fueron alteradas. Por el caso, el homicida y la mujer por la que, según sus dichos, se habían enfrentado están detenidos. Además, trascendió que un niño de 10 años presenció los hechos.

Hasta anoche las cosas no estaban claras. Los investigadores sólo sabían que dos hombres se enfrentaron y que en la pelea hubo tiros, aunque no sabían si hubo un intercambio de balazos o si sólo el matador disparó. Tampoco estaba establecido dónde comenzó la pelea y se dudaba sobre el lugar preciso del desenlace.

Lo que no se duda

Pablo Ullúa, quien vivía en Santa Isabel, un pueblo que está a 158 kilómetros de Rosario, fue asesinado anteanoche, a eso de las 20.30, en la intersección de calle 62 y 57, de Villa Cañás, otra localidad del departamento General López, 21 kilómetros al sur de donde vivía la víctima. El hombre, de 35 años, fue baleado por Marcos M., de 52, un empresario transportista del lugar, en medio de una pelea por el amor de Paola P., según la principal línea de la investigación. Ella hasta hace pocos días había sido pareja del fallecido, a quien había abandonado por el matador, relataron los pesquisas. De acuerdo con estas fuentes, Pablo fue a buscar a Paola, Marcos intervino y se pelearon. En medio de la disputa, el empresario le disparó con un arma calibre 22 al muchacho de Santa Isabel y lo mató.

Mar de dudas

Hay dos teorías sobre el comienzo de la pelea. De acuerdo con lo que contaron Paola y Marcos, Pablo se presentó en la casa del empresario, se metió en el patio delantero del domicilio y les disparó con una pistola calibre 11.25, tiro que, siempre según los dichos del confeso homicida, quedó incrustado en el marco de la puerta. Ante esta situación Marcos salió con otra arma, respondió a la agresión y lo mató, declaró.

Pero los investigadores dudan de los dichos del acusado y su novia. Manejan la posibilidad de que la pelea haya empezado en Santa Isabel, cuando el empresario fue a buscar a Paola, y que la víctima los haya seguido hasta Villa Cañás.

A su vez, creen que los tiros no se dieron en el patio de la casa de Marcos, sino que arrancaron en la vereda. ¿Por qué? El 307 que manejaba la víctima tiene dos impactos de bala (en la ventanilla delantera y el picaporte, del lado del acompañante), que de acuerdo con los peritajes tienen un ángulo que no coincide con el lugar desde el cual dijo haber disparado el matador. ¿Cuál es la teoría de los pesquisas? Que el asesino alteró la escena para hacer pasar el tiroteo como una acción en legítima defensa. Por ello el fiscal que investiga el caso mandó a realizar pruebas de dermotest a los tres implicados, para saber cuántos de ellos dispararon un arma el viernes a la noche.

El otro testigo

Según contaron fuentes de la investigación, en el 307 de quien resultó asesinado también viajaba un nene de 10 años. El chico presenció todo lo ocurrido y su testimonio podría ser muy valioso para el esclarecimiento del hecho.

Golpes y mala fama

De acuerdo con voceros del caso, Paola presentaba numerosos golpes en la cara. Cuando fue consultada por los pesquisas sobre las heridas, la mujer dijo que Pablo la había golpeado varias veces con la culata de un arma, aunque no aclaró si lo había hecho momentos antes de la balacera o en una situación previa. A su vez, de acuerdo con lo que pudo averiguar El Ciudadano, Pablo Ullúa era un muchacho problemático de Santa Isabel, con un importante historial de violencia.

El caso es investigado por el fiscal Mauro Blanco, del Ministerio de la Acusación de Venado Tuerto, con colaboración del personal de la comisaría 6ª de Villa Cañás.

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