Las lluvias registradas en la primera semana del año ocasionaron pérdidas millonarias en el centro y sur de Santa Fe. En menos de siete días cayeron 160 milímetros de agua que golpearon duro al departamento Castellanos (localidades como Rafael y Ramona), y a Constitución (localidades como Uranga y Villa Amelia), donde se registraron evacuados. Los problemas se replicaron con menos impacto en el resto del sur de la bota: casas invadidas por el agua, cultivos echados a perder, rutas y autopistas cortadas y hasta industrias que frenaron la producción porque les había entrado agua a las fábricas, como en las cerámicas de Arroyo Seco. A lo anterior, se sumó el problema sanitario. Cuando el agua sale de las casas el suelo se vuelve fértil para la bacteria de la leptospirosis a partir de los excrementos que dejan los animales domésticos y también los de corral. Desde el Ministerio de Salud provincial lanzaron un alerta y aplicaron el habitual protocolo para prevenir enfermedades que deja la inundación. La principal, la leptospirosis. Desde la emergencia, la cartera provincial envía asistencia sanitaria: agua segura, medicamentos, elementos para la desinfección de las casas. Al cóctel se suman los viajeros que vuelven de vacaciones y los posibles casos de dengue, zika y chikungunya. La directora de Promoción y Prevención de la Salud de Santa Fe, Andrea Uboldi, adelantó que la provincia podrá tener los primeros casos estivales del país porque compró antes los reactivos para detectar las enfermedades ya que Nación está retrasada con el envío de insumos.
Vaticinio
“Esta semana podemos tener casos de leptospirosis con el retiro del agua. Las personas afectadas por las inundaciones vuelven a las casas cuando cede el agua y empiezan a limpiar”, sintetizó la directora e insistió en la importancia de usar guantes y botas para limpiar. “Es un momento delicado porque si no se utilizan bien los desinfectantes el suelo húmedo ayuda a que el virus que eliminan los animales (ratas, perros, caballos) por orina llegue al hombre. Se cree que el principal problema va a ser el dengue, pero no”, sumó Uboldi. Según el boletín integrado de vigilancia del Ministerio de Salud de la Nación, entre 2015 y 2016 bajó más de un 50 por ciento la cantidad de casos confirmados de leptospirosis en Santa Fe, mucho más que la media nacional. El año pasado hubo 1.514 notificaciones y 36 casos confirmados.
Según explicaron desde la provincia, en dos semanas el panorama epidemiológico será complicado. A los posibles casos de leptospirosis se sumarán quienes vuelven de la primera quincena de vacaciones de verano. “Vamos a empezar a detectar notificaciones por dengue, zika, chikungunya. Quizás ocurra que Santa Fe parezca el lugar con más casos de estas enfermedades pero sólo se debe a que ya tenemos los reactivos para hacer los estudios”, adelantó Uboldi. Siempre según la funcionaria, tuvieron que comprar esos insumos porque la cartera nacional está retrasada con los envíos. “El año pasado hemos sufrido con la entrega de insumos. Ha habido faltante en lo ligado a HIV, tuberculosis, hepatitis B, entre otras. Nos atienden el teléfono pero ha sido complicado el paso de gobierno. En el caso de dengue, zika y chikungunya, los reactivos que compramos nos alcanzarán para medir lo que pasó en diciembre y enero”, detalló la funcionaria. Según Uboldi, el problema con no poder detectar a tiempo es el retraso de las tareas de bloqueo para cuidar la propagación de vectores que pueden traer problemas mayores.
Cruces políticos
Las inundaciones llevaron a cruces políticos entre referentes de la cartera de Producción y representantes de Cambiemos en Santa Fe. Es que desde la provincia, que tramita fondos de asistencia por la emergencia agropecuaria decretada hasta mitad de año, criticaron la discrecionalidad federal de las ayudas: exenciones impositivas y beneficios a damnificados en los departamentos La Capital, Castellanos, Las Colonias, San Jerónimo, San Cristóbal, San Martín, General López. El espejo con el que medirse es, como suele ocurrir, el dinero que otorgan a la provincia de Buenos Aires, unos 25 mil millones de pesos. Desde el PRO, la diputada Gisela Scaglia pidió conocer qué hizo la provincia con la ayuda enviada en 2016 por la emergencia de abril y mayo. Aún así, desde Producción indicaron que la cuenca lechera necesita un salvataje extraordinario. Desde Nación indicaron que brindan ayuda a través de distintos ministerios. Desde el Ministerio de Agroindustria recordaron que los productores que posean certificado de emergencia cuentan con la prórroga para el pago de los impuestos nacionales, entre otros beneficios. El Pami puso a disposición unidades móviles y materiales de primeros auxilios para brindar asistencia a la población de adultos mayores en las distintas localidades afectadas. El Ministerio de Defensa desplegó equipos de trabajo en diferentes municipios santafesinos para relevar los daños producidos por las inundaciones y colaborar con las tareas de apoyo a la comunidad.
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